jueves, 24 de septiembre de 2015

Señales y prodigios: milagros y manifestaciones del Espíritu Santo en la historia del cristianismo alrededor del mundo

Introducción

Pocos creyentes conocen los registros históricos que demuestran que los cristianos y cristianas de otras épocas y de los siglos pasados experimentabanla guía del Espíritu Santo, el Bautismo en el Espíritu Santo como se registra en el Libro de Hechos, y la capacidad sobrenatural de hablar en lenguas, en varias lenguas, y la recepción de otros dones del Espíritu tales como el don de la sanación y la ocurrencia de milagros, el don de la profecía o el don de la interpretación. No obstante, el hecho de que esta información poco se conozca entre los creyentes modernos no quiere decir que no existan registros históricos que testifiquen sobre su presencia en la historia.

Las experiencias sobrenaturales que Dios le ha dado a su Iglesia preceden por mucho a la historia del siglo XX y aunque hoy en día se asocian más a ésta época y a algunas denominaciones en particular, estas no son manifestaciones meramente propias del movimiento pentecostal o de las iglesias carismáticas de la época moderna, pues son experiencias que empezaron y continuaron desde tiempos del mismísimo cristianismo primitivo. 

En la época del cristianismo primitivo, los seguidores fieles de Cristo no se atreverían a cuestionar la presencia de los dones del Espíritu Santo. Hacerlo hubiese sido como negar la vivencia y doctrina apostólica, y algo propio de los anatemas. En aquel entonces era una realidad aceptada totalmente en el cristianismo, de manera que lo que se debatía era más bien cómo se debían regular estos dones. Por ejemplo, en relación al don de lenguas: ¿deben los cristianos hablar lenguas dentro de la iglesia, o debe ser fuera? ¿cuántos cristianos es conveniente que hablen juntos en lenguas? ¿es apropiado hablar en lenguas si nadie pide o tiene el don de la interpretación? ¿cómo es propio manejar el don de lenguas ante los incrédulos? Este tipo de preguntas eran las que hacían entre nuestros antiguos hermanos.

No obstante, con el paso de los años y con la llegada de nuevas generaciones, doctrinas, y grupos religiosos, lamentablemente el debate fue cambiando en un sentido textualista. Ahora lo que se debate entre los círculos cristianos es si los dones del Espíritu Santo continuaron después de la época apostólica. En la teología, a los cristianos que afirmamos su continuidad y su presencia verdadera en el cristianismo se nos llama "continuacionistas", mientras que a los creyentes que dicen que los dones han cesado o ya no están disponibles se les llama "cesasionistas"

Históricamente, también ha habido un debate teológico sobre el significado del "Bautismo en el Espíritu Santo" como tal. Actualmente, hay iglesias que, aunque dicen ser cristianas o bíblicas, justifican la ausencia de una experiencia personal con el Espíritu basándose en el argumento de que "todos los creyentes reciben el bautismo en Espíritu en el momento de la conversión". Sin embargo, esto no es lo que enseña la Escritura, ni la historia.


Un recuento histórico

1. En el Antiguo Testamento

El primer lugar donde leemos sobre la historia de la obra del Espíritu Santo en la humanidad es en el mismísimo Libro de Génesis. Tan sólo en el Antiguo Testamento, se hallan alrededor de al menos 70 referencias directas al Espíritu de Dios actuando en las personas y dándoles poder para realizar hazañas sobrenaturales, milagros y/o profecías. Este tema es extenso, pero a manera de preámbulo en este blog se ha preparado un escrito especial titulado "El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento".

2. En el Nuevo Testamento

La Biblia enseña que en la época en que Jesucristo vino aquí en la Tierra y en le época posterior a su ascención, el Espíritu Santo siguió obrando en los creyentes que esperaban al Mesías Salvador. En algún momento de los cuarenta días en que estuvo apareciendo a sus discípulos, Jesús, de manera personal, sopló en sus discípulos para que éstos recibieran el Espíritu Santo (Juan 20:22). Sin embargo, después de esto (justo antes de ascender) Jesús les dijo todavía que esperasen en Jerusalén para recibir la promesa del Bautismo en el Espíritu Santo (Lucas 24:49-52; Hechos 1:4-5) y en el registro de Marcos se plasma que después de la ordenanza de la Gran Comisión, Jesús habló de las señales que seguirían a los creyentes, incluyendo el hablar en nuevas lenguas (Mr. 16:17-18). 

En su libro "Puedes hablar en lenguas", el líder evangélico Don Nori comienza ofreciendo una reseña histórica neotestamentaria sobre aquellos que buscaban inicialmente procuraban la comunión con el Espíritu Santo y los dones que Dios le daría a su iglesia: 
"Continuaba habiendo una línea de fieles creyentes que buscaban a su Dios y querían tener comunión con Él más de lo que amaban sus propias vidas. Ellos llevaron la antorcha del Espíritu Santo y el testimonio de Jesús a través de las más difíciles circunstancias. Estos incluían a María, la madre de Cristo; a su prima, Elizabeth, junto a Zacarías, quien servía fielmente en el Templo como sacerdote; 
a los santos que estaban orando continuamente, tales como Ana, la profetiza de edad avanzada; y a Simeón, quien, por el Espíritu Santo, profetizó cuando sus ojos vieron la salvación de Dios en Cristo como un infante. 
Estos fueron santos de antaño que, a pesar de la oscuridad de la época, llevaron un fiel testimonio a Dios, conforme a las Escrituras.  
Sí. La Iglesia que Jesús estaba construyendo continuó desde el tiempo de Cristo y a las siguientes generaciones. Aunque a veces pareciendo "colgada del hilo" por persecuciones, apostasía, herejías y corrupción eclesiástica, ellos encontraron una forma de mantener el fuego del Espíritu encendido incluso hasta nuestros días. 
Podemos seguirle "el rastro" a la vida en el Espíritu a lo largo de la historia. Su legado y valentía son claramente indisputables. El Libro de los Hechos registra los eventos del día de Pentecostés; registra el primer gran derramamiento del Espíritu Santo con los efectos que lo acompañan de hablar en lenguas y profetizar".
En el Nuevo Testamento también leemos que el Apóstol Pablo, según su propia confesión, hablaba en lenguas "más que todos" los otros hermanos de su época, lo cual significa que Pablo sería, seguramente, el hombre en la faz de la tierra que más hablaba en lenguas

Pero en el primero y segundo capítulos del Libro de Hechos, se nos relata que alrededor de 120 personas (Hechos 1:15) estaban alabando a Dios en comunión igualitaria con los Apóstoles, es decir, con los 11 discípulos (Simón (Pedro), Andrés, Jacobo (hijo de Zebedeo), Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás (Dídimo), Mateo, Jacobo (hijo de Alfeo), Judas Lebeo, Simón (Zelote), y con Matías como reemplazo de Judas Iscarionte; Hechos 2:42-47). 
De manera emocionante, se nos relata que mientras estaban "todos ellos" orando unánimes en tiempo de comunión con su Padre Celestial, llegó el día de Pentecostés y fueron bautizados en el Espíritu Santo recibiendo "lenguas repartidas como de fuego". 


Enseguida, Pedro comenzó a predicar con poder y los extranjeros que escuchaban, que eran como 3,000 personas, les escuchaban hablar cada uno en lenguas diferentes, declarando las maravillas de Dios. Con esto, la gente fue llamada al arrepentimiento (a dejar sus pecados) y muchos creyeron en el Evangelio y se bautizaron en el nombre de Jesús prontamente, mientras Pedro les decía "que esperasen el don del Espíritu Santo, porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos, y para todos los el Señor nuestro Dios llame para sí" (Hechos 2:37-41).
"En los Hechos de los Apóstoles, Lucas registra la partida de Jesucristo de la Tierra con las siguientes palabras aún sonando en los oídos de sus discípulos: "Mas recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán mis testigos en Jerusalén, y en toda Judea y en Samaria, y hasta los confines de la Tierra" (Hechos 1:8).
Siguiendo esta promesa, registra la extraordinaria escena en el día de Pentecostés, mientras 120 seguidores experimentaron la poderosa presencia del Espíritu Santo descansando sobre cada uno de ellos e inspirandolos a 'declarar las alabanzas a Dios' en lenguas que no eran las de ellos (Hechos 2:1-11). Es en esta mismísima presencia de Dios con su gente que Lucas registra en el recordatorio de su segundo volumen, cómo inspira y energetiza el Espíritu a la Iglesia en su expansión y misión.
Esta promesa y su cumplimiento en el día de Pentecostés y más allá de este ha inspirado una rama del cristianismo a través de la historia de la iglesia y puede encontrarse en otros documentos del Nuevo Testamento. Por ejemplo, Pablo aborda esto en sus cartas Corintias, especialmente su uso de ciertos dones (charismata) que la presencia de el Espíritu Santo le da a los cristianos en su adoración y servicio a Dios (1 Cor. 12-14).
Es en estos textos bíblicos que se ha informado e inspirado a los Cristianos en sus vidas alrededor del mundo a participar en lo que puede ser llamado la 'tradición carismática' (Cartledge, 2006a). A lo largo de la historia de la iglesia, ha habido individuos y movimiento que han enfatizado estos aspectos de tradición carismático, aunque ha habido a menudo una marginalización de ello con el levantamiento de aspectos institucionalizaddos y formalizados de la cristiandad. La presencia continua de esta tradición espiritual puede verse en referencias a las profecías, la sanación y los exorcismos en escritos de los Padres Apostólicos..." (Cartledge, 2013:1).
Ya tiempo después del día de Pentecostés, en otra ocasión, Cornelio y los que estaban con él recibieron la misma experiencia poderosa en presencia de Pedro (Hechos 10:46). 

Asimismo, otros ejemplos se encuentran con los conversos cristianos en Efeso, Grecia, en los cuales Pablo impuso las manos para que recibieran el don del Espíritu (Hechos 19:6), y los cristianos en la Iglesia de Corintios, que, de acuerdo con Pablo, recibieron el don de hablar en varias lenguas, y otros, el don de interpretarlas (1 Corintios 12:10).

3. En el cristianismo primitivo

Desde la época en que Cristo ascendió hasta el año 325 d.C, la Iglesia del primer siglo seguía esperando la promesa que se les había dado a los creyentes por boca de Jesús.

Fue el Apóstol Juan el que enseñó a uno de los padres de la iglesia, Policarpo (69-156 d.C.), a ser un testimonio fiel y a testificar para el Cristo Viviente (Nori, 2009: Cap. 1).


  

A su vez, Policarpo enseñó a su aprendiz, Ireneo (130-200 d.C.), quien se volvió Obispo de Lyons en Gaul (Francia). Ireneo, de la tercera generación desde Juan, hizo referencias específicas en sus escritos a los dones del Espíritu (Lombard, 2005:118), y escribió:
"El hombre perfecto consiste en la mezcla y la unión del alma que recibe del Espíritu del Padre... Por esta razón hace el apóstol declara: "Hablamos sabiduría entre los que son perfectos", denominando a esas personas como 'perfectos' porque esas personas han recibido el Espíritu de Dios, y por el Espíritu de Dios hablan en todas las lenguas, como él mismo también solía hacer. De la misma manera, también nosotros escuchamos a muchos hermanos en la Iglesia que poseen dones proféticos y que por el Espíritu hablan todo tipo de lenguas y sacan a la luz para el beneficio general las cosas ocultas de los seres humanos, y declaran los misterios de Dios... los cuales también el apóstol denomina 'espirituales', dado que son espirituales porque toman parte del Espíritu" [Against HeresiesLibro V, Capítulo VI]
Cerca del año 107 d.C., Ireneo, como aprendiz de Policarpo, le escribía a éste amigo suyo diciéndole que orara para que "no te falte nada, y... tengas abundancia de todo don" (Ignacio, Epístola a Policarpo, 2, ANF, I, 99.); y como obispo de Lyon, Ireneo escribió: 
"Aquellos que de verdad son Sus discípulos, recibiendo gracia de Él, los realizan en su nombre (los milagros). No es posible contar los números de los dones que la Iglesia (dispersa) en todo el mundo ha recibido por parte de Dios en el nombre de Jesucristo" (Ireneo, Contra las Herejías, 2.32.4, ANF I, 409). 
Ireneo había pasado su juventud en Esmirna y más tarde representó una relación significativa entre las Iglesias del Este y del Oeste. Su obra principal, "Contra las Herejías", fue un ataque contra el gnosticismo con una defensa de la fe cristiana extraída de las tradiciones teológicas y canónicas a su disposición. Ireneo conspicuamente asoció el hablar de lenguas con la efusión que se prometió en Joel 2:28, 29, y escribió: 
"Porque Dios, que prometió al profeta que enviaría su Espíritu sobre todo el género humano, fue Aquél que lo envió" (Ireneo, Contra las Herejías, III, XII, 1, ANF, I, 430.).
Por otro lado, Origen (?-ca. 254), un teólogo cristiano alejandrino, registró las burlas del filósofo pagano Celso, griego  enemigo del cristianismo que vivió en el siglo II y que, según Origen, despreció los cristianos palestinos diciendo que era "absurdo" que hablaran en lenguas extrañas que no se entendían: 
"...A estas promesas, se añaden palabras extrañas, fanáticas y bastante inteligibles, de las cuales ninguna persona racional puede encontrar el significado, porque son tan oscuras, que no tienen sentido en absoluto, sino que dan ocasión a cualquier tonto o impostor a aplicarlas para satisfacer sus propios fines" (cit. en Lombard, 2005:119).

Asimismo, Ignacio de Antioquía (ca. 35/50-98/117 d. C.), quien se ha identificado como un estudiante de Juan el Apóstol, y uno de los mártires cristianos que murió comido por leones, escribió a la iglesia en Esmirna presentándose de esta manera: 
"Ignacio... a la Iglesia de Dios el Padre, y a los amados de Jesucristo, que a través de la misericordia obtuvo todo tipo de dones, que está lleno de fe y de amor, y que no le falta ningún don, de los más dignos de Dios, y sazonado con santidad ... Sean firmes, os ruego, en el poder del Espíritu Santo" (Ignacio, Carta a los de Esmirna, la inscripción y 12, ANF I, 86 y 92).  
Es interesante que desde los años en Lyons, Francia, los discípulos de Cristo y seguidores de las enseñanzas de los Apóstoles, incluyendo lo santos de otras ciudades, tanto  conocidos como desconocidos, mantenían vivo el rastro del Espíritu en la historia.

Clemente de Roma (?-99 d.C.), apóstol que siguió los pasos de Pablo y Pedro, fue predicador en Roma, y tiempo antes de haber sido martirizado (arrojado al mar con un ancla), les escribió a la iglesia contemporánea de Corintios recordando: "una efusión plena del Espíritu Santo cayó sobre todos ustedes" (Clemente de Roma, Primera Epístola a los Corintios, 2, ANF, I, 5).

Cerca del año 110 d. C,, uno de los primeros apologistas cristianos, Justino el Mártir (ca. 100-165), antes de ser decapitado, tuvo la oportunidad de escribir también que los dones del Espíritu Santo estaba presentes en la iglesia de su tiempo:
"Porque los dones proféticos continúan con nosotros, incluso hasta en nuestros días... Hoy es posible ver entre nosotros a hombres y a mujeres que poseen los dones del Espíritu de Dios" (Justino, Diálogo con Trifón, Cap. 88; ANF, I, 240 y 243).

Fue otro padre de la Iglesia, Tertuliano (160-220 d.C.) quien continuó manteniendo un registro sobre la actividad del Espíritu Santo en el segundo y tercer siglos. En el 207 d.C., él escribió específicamente del don de interpretación de lenguas como que se estaba practicando en sus días entre la gente (Lombard, 2005:119).


Tertuliano fue quizá el teólogo cristiano más importante de África en esa época y escribió una apología anti-herética donde aludió a ejemplos de la "interpretación de lenguas" como uno entre varios ejemplos de "dones espirituales" bastante comunes en sus días entre la iglesia, como algo que, en sus palabras, era encontrado con facilidad y que proporcionaba evidencia de que Dios estaba obrando en las personas (Lombard, 2005:119). Él mismo retaba a Marción, un gnóstico, a que si era un verdadero creyente de Cristo, hablara en lenguas para probarlo, pues para los cristianos de su época, argumentaba, era algo común que no representaba "ninguna dificultad"
"Que Marción muestre, entonces, como dones de su dios, algunos profetas, que no pronuncien según el sentido humano, sino con el Espíritu de Dios, que hayan predicho lo que vendrá, y que pongan de manifiesto los secretos del corazón; que produzca un salmo, una visión, una oración - la cual solamente puede ser por el Espíritu, en un éxtasis, es decir, en un arrebato, siempre que haya una interpretación de lenguas para él;... Ahora bien, todas estas señales (de los dones espirituales) están disponibles en cualquier lado sin ninguna dificultad, y éstas se conforman, también, con las reglas, y las dispensaciones, y las instrucciones del Creador; por lo tanto, sin duda, el Cristo, y el Espíritu, y el apóstol, pertenecen solidariamente a mi Dios. Aquí está, entonces, mi confesión franca para cualquiera que se preocupe por requerirlos" (Tertuliano, c. 207, Against Marcion, Libro V, Cap. VIII).
Tertuliano, poco después del año 200 d. C. también escribía que:
"el Creador prometió el don de su Espíritu en los últimos días, y ... Cristo en estos últimos días ha aparecido como el distribuidor de los dones espirituales" (Tertuliano, Contra Marción, 5.8, ANF, III, 446.). 
En la teología de Tertuliano, los bautizados no reciben el Espíritu Santo en el agua - mucho menos en la conversión - sino que el bautismo los está prepara para recibir el Espíritu Santo después. Al hablar de Bautismo en agua, Tertuliano mismo enseñó que seguido de éste, los cristianos debían pedir la manifestación del Espíritu Santo: 
"Por tanto, ustedes benditos, por los cuales la gracia de Dios está esperando, cuando se levanten del baño más sagrado del nuevo nacimiento, cuando extiendan las manos por primera vez en la casa de su madre con sus hermanos, pídanle a su Padre, pídanle a su Señor, el don especial de su herencia, los carismas distribuidos, los cuales forman la característica subyacente adicional [del bautismo]. Pídan, dice Él, y se os dará. En verdad, cuando hayan buscado, habrán encontrado: a ustedes que han tocado, se les abrirá" (Tertuliano, c 160-225, El Bautismo, 20; sources chrétiennes 35:96, en su fase de pre-montanista)
Cabe destacar que en su obra "Apologeticus", dirigida a los magistrados romanos, Tertuliano hizo una defensa pungente del cristianismo y de los cristianos contra los reproches de los paganos, y dejó un importante legado en la antigua Iglesia, proclamando el principio de la libertad religiosa como un derecho humano inalienable y exigió un juicio justo hacia los cristianos antes de condenarlos a muerte. Tertuliano es muy recordado por su frase "La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia", aunque, para su fortuna, él no fue martirizado a pesar de la oposición que otros religiosos le tenían. 

3.1. El Montanismo

En el segundo siglo emergió el movimiento del montanismo, llamado así por seguir la teología de Montano, un converso cristiano que cerca de la región de Misia empezó a llamar la atención por el don de la profecía. 

De acuerdo al testimonio de autores cristianos como Epifanio, Clemente de Alejandría, Orígenes e Hipólito, el movimiento montanista se relacionó con la glossolalia (término alternativo, teológico o secular para referirse a la experiencia de hablar en lenguas), la expulsión de demonios, el profetismo (o la doctrina que ponía atención al don de recibir y dar nuevas profecías), además del énfasis en la espontaneidad del Espíritu Santo y en la obligación cristiana de llevar una vida santificada, recta y con un ética conservadora. 

El montanismo tuvo una influencia considerable en partes de Asia Menor y se considera que de mayor importancia para éste fueron los escritos de Tertuliano, quien se adhirió a la teología de cristianismo montanista hacia el final de su vida.


Montano y sus simpatizantes afirmaban que recibían revelación directa de Dios que era conforme a la Palabra comunicada por Cristo y los apóstoles. Decían que el Espíritu Santo les hablaba, y Montano y otras dos profetisas comunicaban los mensajes del Espíritu.

Montano se oponía al formalismo de la iglesia, a los ritualismos, y audazmente decía que debían caminar en el espíritu y no  andar en la "letra" meramente. De hecho, los cristianos montanistas eran bastante ortodoxos, de manera que, hoy en día los historiadores asemejan el movimiento montanista al pentecostalismo y al movimiento carismático.

Sin embargo, en aquél tiempo los eclesiásticos más apegados a lo que más tarde sería la Iglesia Católica no entendían (o no querían) estas manifestaciones. Uno de ellos, Eusebio de Cesárea (historiador romano y posterior líder del Concilio de Nicea), escribió una crítica del movimiento montanista en su Historia Eclesiástica (v.17, 3), especialmente enfatizando contra su líder, Montano: 
"...Se dice que hay una cierta aldea llamada Ardabau en esa parte de Misia, que limita con Frigia. Allí primero, dicen, cuando Grato, procónsul de Asia, se volvió un converso, Montano, llamado así por su nombre, por su deseo insaciable de liderazgo, le dio ocasión de ser adversario suyo. Y se volvió fuera de sí, y estando de repente en una especie de frenesí y éxtasis, disvariaba y comenzó a balbucear y a enunciar cosas extrañas, profetizando de una manera contraria a la costumbre constante de la iglesia transmitida por tradición desde el principio. Algunos de los que escucharon sus enunciaciones falsas en ese momento se indignaron, y le reprendieron como a alguien que estuviese poseído y que estuviese bajo el control de un demonio y fuese dirigido por un espíritu engañoso, y estaba distrayendo a la multitud; y le prohibieron hablar, recordando la distinción establecida por el Señor y su advertencia para protegerse de forma vigilante contra la venida de los falsos profetas, Pero otros, imaginando que estaba poseído por el Espíritu Santo y que tenía un don profético, estaban eufóricos, y no eran pocos; y olvidando la advertencia del Señor, se pusieron ante al espíritu loco e insidioso y fueron engañados por él. En consecuencia de esto, él ya no pudo ser controlado con el fin de ser callado en silencio... él agitó además a dos mujeres, y las llenó con el falso espíritu, para que hablaran frenéticamente y sinsentido, y extrañamente, al igual que la persona que ya se ha mencionado. Y el espíritu las pronunció benditas mientras se alegraban y se vanagloriaban en él, y les animó por la magnitud de sus promesas. Pero a veces reprendía abiertamente de una manera fiel y prudente, de manera que pudiera parecer que era un reprendedor. Pero entre aquellos frigios que fueron engañados hubo pocos en número.... Los fieles en Asia se reunieron a menudo en muchos lugares a lo largo de Asia para examinar esta cuestión, y examinaron las nuevas expresiones y las pronunciaron profanas, y rechazaron la herejía, y por lo tanto estas personas fueron expulsadas ​​de la Iglesia y excluidas de la comunión" (Eusebio, 339, citado en Roberts, Alexander y Donaldson, James, Nicene and Post-Nicene Fathers, Second Series: Volumen I, Oak Harbor, WA:. Logos, 1.997, Libro V. Capítulo XVI: The Circumstances Related of Montanus and His False Prophets).

En realidad en el pasaje que describe Eusebio se pueden identificar prejuicios y otras conclusiones presuntuosas y tendenciosas, y es peligroso ya que si el espíritu descrito por Montano realmente era el Espíritu Santo, Eusebio, como los fariseos, pudo haber blasfemado al Espíritu Santo. 

A la par, otros eclesiásticos de la época también vieron el avivamiento montanista con desagrado o ignorancia, así que, como se comentó el asunto superficialmente, en las iglesias de Asia, Claudio Apolinar (obispo de Hierápolis en Frigia bajo el reinado de Marco Aurelio), junto a un sínodo de eclesiásticos, los censuró concluyentemente, los excomulgó del reconocimiento de los obispos, y Eusebio incluso condenó a Montano como alguien "demoniaco". El papa Inocencio I se opondría severamente al montanismo. San Agustín también escribió en contra del movimiento, y el Consejo de Constantinopla decretó que montanismo sería considerado equivalente al "paganismo" (Earle E. Cairns; Zondervan, 1954, pp. 110- 11). 

No obstante, Tertuliano mismo, cuando escribió una defensa de la ortodoxia cristiana con respecto a la divinidad y a la cristología, ya se había adherido al montanismo, y escribió en descripción más real de algo que ocurría en un servicio religioso entre los cristianos montanistas:
"Tenemos ahora entre nosotros a una hermana a la que se le han concedido dones de revelaciones, los cuales ella experimenta en la Iglesia durante los servicios del domingo a través de una visión extática en el Espíritu,.... Y después de que la gente ha sido despedida, al final del servicio, es su costumbre compartir con nosotros lo que ha visto" (Tertuliano, citado de Henry BeKenson, ea., Documentos de la  Iglesia Cristiana; Londres: Oxford, 1963, 77.). 
En otro comentario, escribía: 
"Sólo Dios sabe cuántos hombres distinguidos, por no hablar de la gente común, han sido sanados, ya sea de demonios o de sus enfermedades" [Tertuliano," A omóplato, Cap . 4, escrito entre los años 196 a 212).
Durante el tercer siglo, un obispo llamado Novaciano (200-258 d.C), considerado el segundo anti-papa, citaba de las Escrituras y hablaba consistentemente en relación a los dones de poder del Espíritu de Dios. Él describió: "las lenguas, los poderes de sanación y los espíritus de discernimiento y otros dones de charismata [es decir, 'poder espiritual']," como elementos de formaban parte de la Iglesia cristiana de esa época temprana (Véase su Treatise Concerning the Trinity, Capítulo 29).

Novaciano afirmaba que los líderes de la Iglesia no tenían poder o facultad de autorizar que los creyentes que renegaron de la fe en la persecución o cometieron algún pecado mortal o celebraron segundos matrimonios tuvieran comunión con los cristianos. En el año 251 Novaciano se opuso a la elección del Papa Cornelio y como no estaban sometidos al obispo de Roma, fue etiquetado de cismáticos. Él y sus seguidores fueron excomulgados por un sínodo celebrado en Roma en octubre del mismo año. Novaciano fue desterrado de Roma y se dice que sufrió el martirio bajo el mandato del emperador Valeriano I.

Después de su muerte, la doctrina de los novacianos (Novacianismo), se extendió rápidamente y se podía encontrar en todas las provincias, siendo muy numerosos en algunos sitios. Fueron llamados novacianos por sus antagonistas, pero ellos se autodenominaban creyentes cátaros (del término "katharoi" que significa "puros"). Este término que reaparecerá en la Edad Media reflejaba su deseo de no ser identificados con lo que consideraban las prácticas laxas de la Iglesia. Ellos llegaron a volver a bautizar a sus propios conversos y, a parte de las diferencias mencionadas, se cree que sus prácticas eran las mismas que las de la Iglesia primitiva.

3.2. Atanasio y Poitiers



Durante el cuarto siglo el registro histórico acerca de las lenguas decayó mucho, pero Dios fue fiel, y se continuó manifestando a su Iglesia.


Atanasio de Alejandría, (c. 25?/295 -356/73), reconocido tanto en las Iglesias de Oriente como en iglesias de Occidente como el "padre de la ortodoxia", fue un apologista egipcio que defendió el cristianismo en contra del arrianismo y las doctrinas gnósticas. Atanasio destacó como un teólogo que habló enfáticamente sobre la necesidad de reconocer la obra del Espíritu Santo y buscar su implicación y su obra en nuestras vidas. Atanasio enfatizó el carácter de Cristo como coigual, coeterno y cosubstancial con Dios el Padre; defendió arduamente la doctrina de la Trinidad hablando del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo como un solo Dios, y reconoció al Espíritu Santo como Dios mismo y una persona inseparable de la Trinidad de Dios (Wilken, 1995:86)
En su libro "Antonio del Desierto" (que fue una biografía del padre del monasticismo) Atanasio de Alejandría mostró una postura claramente continuacionalista, pues llenó sus páginas con recuentos de milagros, hechos sobrenaturales, sabiduría y revelaciones que a afirmaba habían sido dadas por Dios a su amigo Antonio (Hogue, 2010:143).


Otro testigo de los dones del Espíritu fue Hiliario de Poitiers (ca. s. V-315 d.C.) predicador francés que era conocido como el «Atanasio de Occidente». Poitiers también se volvió un arduo crítico del arrianismo, defendiendo la divinidad de Jesús. En su escrito Sobre la Trinidad, Hiliario escribió: 
"Dios ha fijado en la Iglesia misma, primeramente apóstoles... luego, a profetas... en tercer lugar, a maestros... enseguida, a obras poderosas, entre las que se encuentran la sanación de enfermedades... y los dones, ya sea de hablar o de interpretar diversos tipos de lenguas. Claramente estos son los agentes del ministerio de la Iglesia y la obra de aquellos de los que el cuerpo de Cristo consiste; y Dios los ha ordenado" ("On The Trinity", Vol. 8, Capítulo 33). 
El teólogo ortodoxo Seraphim Rose, también ha señalado que en esta época los grandes predicadores del lado del desierto egipcio, por obra del Espíritu de Dios, documentaron la realización numerosos milagros asombrosos que se llevaron a cabo en nombre de Jesús, y habla incluso de la resucitación de muertos.

4. Llamas en la época del cesasionismo católico

Lamentablemente, después de la promulgación del Concilio de Nicea (el cual ocurrió justo después de la muerte de Atanasio) se dio la formación de la Iglesia Cartílica en el año 325 d. C., y Juan Crisóstomo (c. 349-407), tomó el liderazgo como patriarca de una reorganizada Iglesia de Constantinopla. De acuerdo a la Iglesia Católica, Crisóstomo fue uno de "los cuatro grandes" padres del Oriente, pero en realidad, él fue uno de los primeros en empezar a promover una visión cesacionista, diciendo que los dones del Espíritu Santo habían cesado y que "todo ese fenómeno [de hablar en lenguas] era muy poco claro" y ahora "ya no tenía lugar" en la recién formada Iglesia Católica. 


Para el tiempo de Agustín de Hipona (354-430 d.C.); el religioso escribió sobre creyentes que describió en un estado de éxtasis de la siguiente manera:
"Se gozan y se regocijan, siendo como si fueran llenados con una alegría tan grande, que no la pueden expresar con palabras; luego pasan de hablar palabras concretas, y proceden a sonidos de júbilo. El jubileo es un sonido que significa que el corazón obra con lo que no puede ser expresado... para que el corazón se regocije sin palabras, y la medida ilimitada de gozo no tenga límites de sílabas".  
Agustín de Hipona introdujo, de esta manera, la interpretación y descripción de un fenómeno que él denominó "jubileo" o "jubilación", que concebía como una forma de orar y/o cantar sin palabras entendibles en ninguna lengua. Agustín mismo escribió: "No busquen palabras, como si pudieran poner en palabras las cosas que agradan a Dios. Canten en jubileo: cantar bien hacia Dios significa, de hecho, solo esto: cantar en jubileo"

Otras figuras como Jerónimo, Juan Casiano, Ambrosio, Pedro Crisólogo, Juan Crisóstomo, Gregorio Magno, Isidoro de Sevilla y Casiodoro, escribieron todos acerca del jubileo (Hogue, 2010:136-137), y Agustín también llegó a describir la presencia de sanaciones sobrenaturales en personas que después de haber tenido duras enfermedades, por misericordia de Dios y el trabajo del Espíritu Santo, habían sanado milagrosamente (Hogue, 2010:138). En su más famosa obra, "La ciudad de Dios", Agustín también habla de muchos milagros que estaban ocurriendo en su época al igual que habían ocurrido en el Nuevo Testamento. Él escribió: "A veces se objeta que los milagros, que los cristianos han afirmado que han ocurrido, ya no ocurren... La verdad es que incluso hoy en día los milagros pueden ocurrir en el nombre de Cristo".

Sin embargo, a pesar de esto, Agustín tenía una opinión dividida porque era uno de los principales teólogos adeptos de la doctrina Católica-Romana, y, como tal, adoptó la opinión de Crisóstomo pensando que el bautismo en el Espíritu Santo y el don de lenguas "per se" había cesado; según una interpretación en la cual dijo:
"[En los primeros tiempos] el Espíritu Santo descendió sobre los que habían creído; y hablaron en lenguas que no habían aprendido, según el Espíritu les daba que hablasen. Estas eran señales adaptadas para la época, porque convenía ser dado como símbolo del Espíritu Santo en todas las lenguas, para manifestar que el Evangelio de Dios iba a llevarse a través de todas las lenguas sobre toda la tierra. Eso se hizo para dar una simbolización, y dejó de ser. En la imposición de las manos ahora, para que las personas puedan recibir el Espíritu Santo, ¿buscamos que deban hablar en lenguas? O cuando ponen sus manos a los bebés, ¿acaso cada uno de ustedes busca ver si van a hablar en lenguas?, y, cuando ven que no hablan en lenguas, ¿alguno de ustedes tienen una mente tan malvada como para decir, estos no han recibido el Espíritu Santo, porque si lo hubieran recibido, hablarían en lenguas como fue el caso en aquellos tiempos'? 
Si, entonces, el testimonio de la presencia del Espíritu Santo no es dado a través de estas señales, ¿cómo es dado, cómo es que uno llega a saber que ha recibido el Espíritu Santo? Que se cuestionen su propio corazón: si ama a su hermano, el Espíritu de Dios mora en él(Agustín de Hipona, Homilies on the Gospel of John 6:10, in The Nicene and Post-Nicene Fathers, 7:497-98; 354-430) 
Así, pues, para este famoso teólogo y apologista católico, el intenso amor de Dios experimentado en el bautismo del Espíritu Santo quedaba de lado y entonces recibir al Espíritu Santo era conceptualmente reducido al mero hecho de "sentir amor por el prójimo". Lamentablemente, muchos cayeron en la trampa de creer en este reduccionismo católico.

4.1. Ambrosio de Milán


No fue así para Ambrosio de Milán (c. 340-397), notable teólogo orador y obispo en Milán, que dejó atrás una prometedora carrera política para predicar acerca del Señor Jesús. En su obra "Del Espíritu Santo", Ambrosio afirmó su creencia en la unidad de la Trinidad, señalando que lo que fuese verdad acerca del Padre y del Hijo, era igualmente verdad acerca del Espíritu Santo. 
Ambrosio también reveló su creencia continuacionalista con un compromiso a las manifestaciones sobrenaturales del Espíritu, y al hacerlo, ratificó que las lenguas eran un aspecto que aún seguía presente en la vida de la iglesia cristiana de la época (Hogue, 2010:143):
"Como el Padre da el don de las sanaciones, así también el Hijo lo da; como el Padre da el don de las lenguas, así también el Hijo lo concede. En forma similar también hemos escuchado lo relacionado al Espíritu Santo, en que Él también concede este mismo tipo de gracias [charismata]" (Ambrose, 'De Spiritu Sancto', citado en Nicene and Post-Nicene Fathers, ed. Philip Schaff and Henry Wace, (Peacebody, MA: Hendrickson, 1999), p. 134).  
Ambrosio de Milán declaró que "Esto es la herencia de la fe apostólica y de la devoción" a Dios, y habló del don de lenguas en tiempo presente, no en pasado (ídem)En otros temas tocantes, enfatizó la necesidad de reconocer el nacimiento virginal de Cristo, es decir, el acto milagroso que el Espíritu Santo había llevado a cabo en María. Dijo también que María no podía ser adorada, sino solamente Cristo; y, en relación a la caridad, decía que el darle a los pobres no debía ser considerado como un acto de generosidad hacia los marginados de la sociedad, sino como un repago de agradecimiento a las bendiciones que Dios le había concedido originalmente a todos por igual y que los ricos habían usurpado.

A pesar de testimonios como el de Ambrosio, muchos siguieron interpretaciones "populares" como las de Eusebio, Agustín y otros líderes católicos, quienes enseñaban que, salvo en casos excepcionales, los dones sobrenaturales habían cesado, y con ello dieron a entender que no estaban disponibles para todos los creyentes. No es sorpresa, por lo tanto, que Nori comente:
"Desde el siglo cinco al primer milenio, los registros de hablar en lenguas y otros dones fueron particularmente acallados.  Con la caída de Roma en el año 476 d.C., el Imperio colapsó, lo que llevó a una anarquía política con gran desgracia entre la gente. Solamente conocidos por Dios son aquellos que fueron los fieles desconocidos que se mantuvieron verdaderos ante Dios en medio de la oscuridad y la apostasía" (Nori, 2009: Cap. 1).  
4.2.  San Patricio de Irlanda

En las épocas de oscurantismo de la Alta Edad Media (s. V-X), la luz del Espíritu fue ahuyentada, pero no pudo ser apagada. Entra en escena el legendario San Patricio (s. V), quien fue un importante misionero cristiano que, originalmente fue capturado en Gran Bretaña y vendido como esclavo en Irlanda. San Patricio (cuya afiliación denominacional ha sido disputada por protestantes simpatizantes del Norte de Irlanda), es mejor conocido como "el Apóstol de Irlanda" porque ayudó mucho a difundir las creencias básicas del cristianismo en una región antiguamente celta, idólatra y pagana. 

De acuerdo a la tradición, San Patricio escuchó la voz de Dios diciéndole que dejara Irlanda, y después de un tiempo, le llamó de regreso al país donde comenzó a bautizar a miles de personas ayudando a evangelizar las islas gaélicas.



En uno de sus escritos titulado "Confesiones", San Patricio describió dos sueños que tuvo en los que escuchó un lenguaje extraño y desconocido que estaba siendo pronunciado por el Espíritu Santo: 
"24. "Y otra noche -- Dios sabe, no yo, si dentro de mí o a lado de mí -- la mayoría de las palabras que escuché no las pude entender, excepto al final del discurso que fue interpretado así: "El que dio su vida por ti, Él es el que habla dentro de ti". Y entonces me desperté, gozoso.
25. "Y en una segunda ocasión, le vi orando dentro de mí, y yo estaba, por así decirlo, como si estuviera dentro de mi propio cuerpo, y yo lo escuchaba a Él por encima de mí, es decir, por encima de mi ser interior. Él estaba orando poderosamente con cuchicheos. Y en el transcurso de esto, yo estaba sorprendido y me preguntaba que era, y meditaba sobre quién podría ser que estaba orando en mi interior. Pero al final de la oración, se me reveló que era el Espíritu. Y entonces me desperté y recordé las palabras del Apóstol: "Asimismo, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues no sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos de expresiónes" (Romanos 8:26). Y también: "El Señor nuestro abogado intercede por nosotros" (Romanos 8:27)."
4.3. El cristianismo anglosajón celta

La entrada temprana del cristianismo a la región Británica pudo haber sido vital para la manifestación de los dones del Espíritu Santo en el cristianismo celta. "La Iglesia Celta nunca estuvo bajo el dominio de la Iglesia Romana o su creencia en la cesación del don de lenguas", por tanto entre los celtas que se habían convertido al cristianismo se produjeron líderes que se presume creyeron y experimentaron dones del Espíritu Santo. En cuestión de siglos, una nueva cultura emergió alrededor del Mar Irlandés entre las gentes Celtas que habían adoptado el Evangelio. Desde Britania, el cristianismo celta se extendió a Irlanda, el Norte de Inglaterra, Cornwell, Escocia, Gales y la Isla del Hombre. 

Hilario de Poitiers, conocido como el «Atanasio de Occidente», fue un crítico del arrianismo y gran defensor del Trinitarismo y creía que los dones del Espíritu Santo, incluyendo las lenguas, todavía estaban siendo derramados en la iglesia de sus días. 

Martin de Tours, que era su aprendiz, sería influido por esta expectación y en la iglesia anglosajona-celta y fue uno de los que cuestionó la autoridad de Roma por la corrupción y crueldad de aquellos. Tours, de acuerdo a Hogue (2010:161), realizó muchos milagros de sanación y exorcismos en el nombre de Jesús, además de dos resucitaciones. 

Otra figura que emergió fue Niniano de Galloway, misionero notable de la época que evangelizó por primera vez al pueblo de los pictos en Escocia. Ailred of Rievaulx escribió en latín lo que sería descrito como "un libro con relatos de su vida y milagros" que Niniano realizó en nombre de Cristo. El libro es titulado "Vita Sancti Niniani".


4.5. El Hesicasmo

Además del 'Apóstol de Irlanda', el siglo contó con los llamados "Padres del Desierto," monjes pertenecientes principalmente a la entonces Iglesia Ortodoxa, que, como cristianos de Oriente, comenzaron a practicar el Hesicasmo: una doctrina y práctica ascética cuya meta última era recibir conocimiento experiencial de Dios (esto es, la 'theoria'). Los cristianos hesicastos practicaron esta forma de oración a partir del siglo IV, y ellos tomaban como base el mandato de Cristo en el Evangelio de Mateo: "cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre Celestial".

El hesicasmo como forma de oración y buscar una experiencia sobrenatural con Dios fue promovido por Gregorio Palamás (1296-1359), un teólogo bizantino y ortodoxo de Constantinopla cuya doctrina se conoce en la teología cristiana como "palamismo". Palamás fue duramente criticado por un  sacerdote-filósofo contemporáneo llamado Barlaam de Seminara.

Sin embargo, Palamás escribió una serie de tratados titulados Triadas donde explicó que el objetivo del hesicasmo era la comunión mística con Dios (con el término 'místico' nos referimos a un nivel más allá de los sentidos, las imágenes, los conceptos o las palabras humanas). En esos momentos de oración a Dios, ellos se postraban, imitando la posición en la que oró el profeta Ezequiel, y esperaban recibir mensaje de Dios esa paz que sobrepasa todo entendimiento, con un entendimiento más claro de la Creación. 

Las características fundamentales del hesiquiasmo incluían: la soledad, como medio de huir del mundo; el silencio, para obtener profecías o revelaciones del futuro y del mundo físico; la quietud, para conseguir el control de los pensamientos y la ausencia de preocupaciones, y la sobriedad, haciendo un gran énfasis en orar con humildad y/o arrepentimiento ante el Señor Jesucristo, recurriendo a la llamada "Oración de Jesús".


El hesicasta normalmente decía experimentar la contemplación de Dios como la "Luz Increada", que equiparaba o identificaba como el Espíritu Santo. Asimismo, equiparaban las experiencias sobrenaturales con la Luz Increada a la "adquisición del Espíritu Santo" de acuerdo a sus percepciones. 


Palamas, que fue el segundo arzobispo de Tesalónica, afirmaba que la habilidad para conocer y experimentar a Dios era algo que se había perdido en la caída de Adán por causa del pecado, pero que desde la obra redentora de Jesús, el Espíritu Santo divino podía recibirse otra vez regresando el poder de Dios de regreso a las personas. 

La fuerza de Dios en una persona, decía, es el resultado de la obra del Espíritu Santo cuando encapsula al cristiano en la luz de Dios. Los hombres se vuelven instrumentos de Dios cuando recibe la fuerza que proviene del Espíritu Santo. 

Palmas, por tanto, insistía que el cristianismo sería malentendido a menos de que los creyentes tuviesen una experiencia personal y directa por medio de la oración para conocer el poder de Dios. Palamás también creía que dones como las lenguas, la interpretación de lenguas, la palabra de instrucción de Dios, el don de la sanación y la realización de milagros eran manifestaciones concedidas por Dios en momentos de intensa oración mental. Él creía que era imposible que los dones de instrucción y de lenguas y su interpretación operaran sin la oración, y que la recepción de dones se daba a través de la imposición de manos (Hogue, 2010:158; Anderson, 2005:22). 

4.4. Simeón el Nuevo Teólogo


Relatos notables de encuentros como estos con el Espíritu Santo se encuentran en "La iluminación de George" de Simeón el Nuevo Teólogo (949–1022), un monje bizantino recordado hoy en día en la Iglesia Ortodoxa como una figura que sostenía que para poder hablar de Dios, además de reconocer la autoridad de la Escritura y la tradición Apostólica, uno debía haber tenido una experiencia real o vivencial con el Espíritu Santo.

Sus puntos de vista divergentes sobre la fuente de autoridad para hablar sobre asuntos espirituales fueron la causa de una oposición por parte del arzobispo ecuménico Esteban Metropolis de Nicomedia, quien era entonces un Patriarca de Constantinopla. Esteban decía que Simeón estaba equivocado especialmente por su enfoque carismático, y por apoyar una experiencia directa e individual de la gracia de Dios.

Simeón, por su parte, creí que con la experiencia directa y personal se le daba a los cristianos autoridad verdadera para predicar y se llevaba la carga de los pecados. Esteban, como 'buen' católico, decía que sólo los predicadores autorizados por la Iglesia Católica tenían la autoridad para predicar, pero Simeón decía que la experiencia personal con Dios era lo que realmente se necesitaba y que la "ordenación" formalizada de sacerdotes era inútil si no se tenía un contacto personal con el Dios de la Biblia, e inecesaria si sí tenía esa comunión. 

Estas ideas habían sido practicadas por su propio maestro, Simeón el Estudioso (también llamado Simeón el Piadoso), pero dado a que la hegemonía de los religiosos católicos era amenazada, las autoridades de la Iglesia Católica las rechazaban y llegaron a erradicar los rastros de Simeón el Estudioso en la historia de la iglesia.

Simeón el Nuevo Teólogo sentía que ellos estaban equivocados porque preferían enseñar desde una perspectiva especulativa y filosófica, mientras que él propugnaba que debían enseñar a partir de un propia experiencia mística y comunión directa con Dios (de Catanzaro, 1980:9–10). 

Además implicaba, en su Discurso Ético, que los sacerdotes no podían dar absolución del pecado siendo pecadores, pues decía: "Nunca asuman las deudas de los demás siendo que ustedes mismos son deudores; no se atrevan a dar absoluciones sin haber recibido en su corazón a Aquél que quita el pecado del mundo" (Eth. 6').

Naturalmente, Simeón el Nuevo Teólogo tenía detractores que le habían querido expulsar del monasterio donde estaba, pues trató de reformar los monasterios bizantinos y pasó a convertirse en un abad caracterizado por su interés en el aprendizaje de conocimiento y en la vida llevada santidad (expresada en relación al ascetismo y la nepsis)

Las enseñanzas de Simeón, en especial las relativas a experimentar directamente la gracia de Dios, trajeron acusaciones de "herejía" por parte del arzobispo Esteban. Simeón respondió a los cargos del Metrópolis declarando que la verdadera herejía era enseñar que es imposible tener una experiencia directa de Dios (Disco. 29.4).  

Esteban, como Patriarca de Constantinopla, condenó a Atanasio por predicar tales cosas, y después varios años de intenso conflicto, terminó con una inflexible oposición eventual que provocó el exilio de Simeón en el año 1009 en Chrysopolis (ciudad ubicada actualmente en Istanbul, Turquía). Sin embargo, el legado de Simeón el Nuevo Teólogo ya había quedado en la historia al llevar a cabo un revisión de la teología del cristianismo de las iglesias de oriente (deCatanzaro 1980:11). Simeón no volvió a confiar en las autoridades eclesiásticas, y, en uno de sus himnos escritos posteriormente, representó a Cristo reprendiendo a los obispos de la siguiente manera:

"Ellos (los obispos) manejan indignamente Mi Cuerpo
y buscan dominar ávidamente a las masas ...
Parecen ser muy brillantes y puros,
pero sus almas son peores que el lodo y la suciedad,
peor incluso que cualquier tipo de veneno mortal,
estos hombres malos y perversos!" (Himno 58)

Sabemos por parte de la historia que, a pesar de la gran apostasía medieval, en los años siguientes hubieron algunos grupos que se inscribieron a las doctrinas de los Apóstoles y predicaban el Evangelio en la verdad. De ellos, en los años posteriores, saldría el fruto de la fidelidad al Evangelio. 


4.4. San Francisco de Asís y Antonio de Padua

En Francia, Francisco de Asís (ca. 1181-1226), cuyo nombre inicial fue Giovanni di Pietro di Bernardone, es otra figura que ha intrigado a teólogos y ha llama la atención de algunos protestantes modernos por su predicación en línea con los ideales evangélicos. 
Este personaje creció como el hijo de un rico mercante de telas y a los 20 años se convirtió en un soldado papal en la guerra civil de Perugia. Tras ser prisionero de guerra durante un año, lejos de su hogar, Francisco tuvo un cambio radical de vida en al año 1202.  
A su liberación, fue a la ciudad de Espuleto, donde estuvo muy enfermo. En el año 1204 el joven se dirigía a participar en otra cruzada, pero en medio de sus planes tuvo un sueño en el que escuchó una voz que le decía que debía "Servir al Maestro, no al esclavo" del pecado, y tuvo una visión donde se le indicaba que regresara a su pueblo natal: Asís, en Roma. 
Al principio, el joven pensaba que allí iría para casarse, pero él estaba tan confundido y a disgusto con el mundo, que comenzó a practicar la oración diariamente para buscar la guía constante de Dios. Un día, en un sueño, escuchó una voz, que le dijo: "Francisco, reconstruye mi iglesia, porque, como puedes ver, está cayéndose en ruinas"Francisco interpretó esto como un mandato de Dios de ir y ayudar a la reparación de la cercana Iglesia de San Damiano. Sin embargo, sus seguidores y biógrafos más tarde comprenderían que el sentido de estas palabras implicaban un llamado a reformar la iglesia institucional y no meramente a un edificio (por lo cual hoy en día Francisco de Asís es considerado uno de los más prominentes reformadores eclesiásticos).

Hacia la primavera de 1205, Francisco seguía buscando la voluntad de Dios en una etapa de ayuno y oración en la que oraba a solas, en cuevas o en iglesias abandonadas. En cuestión de tiempo, dijo volver a escuchar la voz de Dios, quien aseguró que le llamó a dejar sus bienes terrenales. 
Francisco se lo tomó muy en serio y sus acciones le costaron el profundo rechazo de su padre y problemas con el pueblo, pero el joven se deslindó de sus propios tesoros terrenales renunciando a su herencia y desechando las riquezas materiales de la Iglesia Católica Medieval. El también llamado Francesco de Assisi se deshizo voluntariamente de sus propiedades perecederas y desde entonces buscó un mayor acercamiento a Dios por medio de una forma de vida sumamente austera y humilde en la buscaba vivir literalmente las bienaventuranzas de Jesucristo al estilo de un pobre. Francisco comenzó a predicar a los mismos pobres y a vivir como ellos, y comenzó a cuidar a leprosos hablándoles del amor y el poder de Dios. Al respecto, Francisco escribiría en su testamento que a pesar de la aversión y terror que le tenía a la lepra anteriormente, "El Señor me guió hacia ellos". Un relato biográfico cuenta que en una ocasión, Francisco de Asís se acercó a un leproso y vivenció un milagro de sanación:
"Le dijo: '¡Que Dios te conceda paz, mi amado hermano!'. Ante esto, el leproso le respondió: '¿Qué paz puedo buscar de DIos, quien me ha arrebatado la paz y toda otra bendición y me ha hecho un objecto repulsivo y podrido?'. San Francisco respondió: 'Hijo mío, sé paciente; porque las infirmezas del cuerpo Dios las da en este mundo para la salvación del alma en el venidero; hay mérito en ellas cuando se soportan pacientemente'. El hombre enfermo le respondió: '¿Cómo podría soportar pacientemente el dolor que me aflige día y noche? Pues no solo soy grandemente afligido por mi infirmeza, sino que los frailes que usted me ha enviado para servirme la empeoran, porque no saben cómo servirme como se debe'. Entonces San Francisco, sabiendo a través de revelación divina que el leproso estaba poseído por un espíritu maligno, comenzó a orar, intercediendo de la manera más ferviente por él... San Francisco calentó algo de agua, poniendo en ella muchas hierbas aromáticas, y luego le retiró la ropa y comenzó a lavarlo con sus propias manos, mientras otro hermano echaba el agua sobre él, y, por milagro divino, en donde San Francisco lo tocaba con sus manos santificadas, la lepra desaparecía, y su carne era sanada perfectamente también. Ante esto, el leproso, viendo que su lepra comenzaba a desvanecerse, sintió gran pesar de tristeza y arrepentimiento por sus pecados, y comenzó a llorar amargamente... San Francisco, percibiendo este milagro evidente que el Señor le había permitido obrar, le dió las debidas gracias a Dios y se fue a un campo distante, porque con humildad quizo evitar toda vanagloria, y en todas sus acciones buscaba sólo la gloria de Dios, y no su gloria propia. Le agradó a Dios que el leproso fuese sanado tanto en su cuerpo como en su alma..." [Little Flowers of Assisi]
En el libro "Italian Fioretti di San Francesco” escrito en el siglo XIV, se relata la vida de Francisco de Asís, y la manera en que él y algunos de sus amigos cercanos, como Antonio de Padua, comenzaron a vivir un modo de vida de ascetismo cristiano. Al no ser sacerdote, en vez de dar doctrina, Francisco practicaba una predicación exhortativa a la caridad y el amor, a la santidad en contra el pecado y a la paz. Sus predicaciones comenzaron en el año 1208 y en ellas incitaba a la gente a experimentar un profundo arrepentimiento en la conversión y a vivir una vida evangélica. En su Testamento, San Francisco de Asís escribió: "El Altísimo me reveló personalmente que se debe vivir de acuerdo a las normas del Santo Evangelio". Predicaba también con el ejemplo, con un estilo de vida aliado a la pobreza, inspirado fuertemente en Mateo 10:9. Por otra parte, detestaba los grandes edificios construidos por la iglesia medieval, porque los percibía como una muestra de arrogancia, y en una ocasión trató de destruir uno de ellos por su propia iniciativa.

En el capítulo 39 de dicho libro, se lee que como uno de los compañero de San Francisco, Antonio de Padua predicó en una ocasión a hombres de distintas naciones: griegos y latinos, franceses y alemanes, eslavos e ingleses, y hombres de muchas otras lenguas y dialectos: "Y siendo movido por el Espíritu Santo e inspirados con elocuencia apostólica, predicó y explicó la palabra de Dios de forma tan efectiva, devota, sutil, clara y comprensible para todos, que todos los que estaban reunidos entendieron sus palabras como i hubiese hablado a cada uno en su propia lengua. Por esto todos estaban impresionados y llenos de devoción, porque les parecía que el antiguo milagro de los apóstoles en el tiempo de Pentecostés había sido renovado, cuando el poder del Espíritu Santo les había hablado en distintas lenguas. -  Y en asombro, justo como en el libro de los Hechos, se decían los unos a los otros: '¿Qué no es este español? ¿Cómo es que todos le escuchamos en la lengua del país en que nacimos cada uno, griegos y latinos, franceses y alemanes, eslavos  e ingleses, lombardos y extranjeros?'.

También se dice que cuando predicaba en Italia, Antonio de Padua habló en italiano de manera perfecta, y predicó en francés cuando predicó en Francia, a pesar de que nunca había estudiado estas lenguas anteriormente. Se resalta el hecho de que incluso, "los más simples y más iletrados de los que escuchaban eran capaces de entender plenamente lo que decía, y su voz, aunque fuese gentil y suave, era oída distintivamente a una distancia muy lejana de donde hablaba". 


Originalmente, los frailes católicos medievales veían en Francisco de Assisi a un hombre loco que desafiaba el modo de vida de los frailes y el pueblo francés. En el año 1209, San Francisco de Asís se presentó ante el papa para presentar su mensaje sobre la necesidad de regresar al Evangelio de humildad y santidad. A esto, el Papa Inocencio III le respondió que se fuera, "y échate con los puercos".  Ese año, Francisco se estableció con sus hermanos a una pequeña iglesia llamada "Portiuncula".
Sin embargo, al ver que el movimiento franciscano crecía, después de un tiempo, la Iglesia instituyó la Orden Franciscana e impulsó la formación de monasterios franciscanos bajo la autoridad de la iglesia católica. Durante las cruzadas en Oriente, Francisco de Asís dijo haber sido advertido por Dios a que no realizaran ningún ataque; pero los soldados papales se burlaron de sus palabras y continuaron la guerra, la cual resultó en una gran derrota para la Iglesia de Roma. 
El movimiento franciscano creció y muchos voluntarios misioneros se ofrecieron para ir a predicar en Alemania, Túnez, Siria y España e Inglaterra, Moroco, etc. Francisco mismo viajó a Tierra Santa y a Egipto para tratar de convertir al sultán musulmán.
Tras la muerte de Francisco de Asís, lamentablemente, su figura se fue mitificando y como con toda la institucionalización religiosa, las generaciones de franciscanos posteriores perdieron mucho de la escencia original y experimentaron diversas crisis al caer en religiosidad, disensiones, y desacuerdos por la introducción de puntos doctrinales contrarios a la idea original del movimiento. Sin embargo, hasta hoy en día, dentro del catolicismo Francisco de Asís es reconocido como "el santo más ecuménico" por la apertura de su mensaje a otros grupos más evangélicos de la cristiandad.

Bonaventuro (1217-1274), quien fue seguidor y biógrafo de Francisco de Asís, escribiría acerco del crecimiento cristiano por medio del Espíritu, y dijo haber sido sanado de una enfermedad grave por las oraciones intercesoras de Francisco y las manifestaciones milagrosas en su ministerio (Anderson, 2005:22). Asimismo, se relata que un hombre con cáncer acudió a él en una ocasión, y al tratar de arrodillarse ante él, Francisco lo detuvo y en vez de ello le dio un beso en la mejilla, tras lo cual, el hombre fue sanado. 

Francisco quería que los frailes franciscanos vivieran de manera simple y entre los pobres, y se resistía a la idea de que asistieran a universidades, que para entonces estaban en el primer periodo de expansión. Sin embargo, no se oponía a la educación per se, ya que se dice que en una carta a San Antonio de Padua les otorgaba permiso a los franciscanos de estudiar teología, siempre y cuando no "extinga el hábito de la oración". 


4.5. Los Waldenses

Ya en la Baja Edad Media (s. XI-XV), en el año 1114 d. C., Dios levantó en Francia a un hombre llamado Peter Waldo (c. 1140-c.1205), el cual, es considerado un precursor de la Reforma Protestante. A través de una poderosa conversión a la fe, Waldo proclamó con poder del Espíritu una defensa a la idea del sacerdocio de todos los creyentes, la predicación del Evangelio en lenguas comunes y comprensibles (en vez del latín), y la autoridad de la Escritura  por sobre de las tradiciones y por sobre de los diversos dogmas católicos irreverentes como el purgatorio, la transubstantación, o el papismo. 

Los que simpatizaban con estas enseñanzas de Waldo, han sido llamados por los historiadores como un ejemplo claro de "Protestantes antes del protestantismo, y se dice que algunos de los valdenses, fundados por Peter Waldo en 1170, también hablaban en lenguas" (Christie-Murray, 1978:39).

El movimiento Waldense nació, de manera que habían cristianos tratando de predicar afuera a la gente común sin permiso ni referencia a la Iglesia Católica, lo que y naturalmente  fue resistido y rechazado por los líderes católicos. Gracias a los Waldenses, en diversos pueblos y ciudades la predicación al aire libre revivió en medio de una era de corrupción eclesiástica

Durante el siglo XII, XIII y XIV, la Iglesia Católica persiguió a los Waldenses, y la Inquisición llegó a quemarlos en la hoguera. Sin embargo, muchos de estos cristianos, guiados seguramente por el Espíritu Santo, huyeron a la zona de los Alpes o se organizaron escondidos en diversos países y regiones europeas.

Cerca del año 1265, el influyente teólogo católico Tomás de Aquino, en su Summa Theologica (176), escribió acerca del don de lenguas en el Nuevo Testamento diciendo que él entendía esto como la capacidad de hablar todos los idiomas, y un don que había sido dado anteriormente para efectos de la obra misionera meramente. Según lo dicho por Aquino, Cristo no tuvo ese don porque su misión era para los Judios, y continuó diciendo: "ni tampoco ninguno de los fieles ahora habla mas que en una lengua... nadie habla en las lenguas de todas las naciones, ya que la misma Iglesia [Católica] habla las lenguas de todas las naciones"

Siguiendo, pues, la tradición de Agustín, los seguidores de Aquino y los católicos negaron la continuidad del don de lenguas y enseñaban que estos dones habían "cesado". Afortunadamente, había algunos cuantos que estaban en descuerdo.

4.6. Juliana de Norwich
En aquella época, Juliana de Norwich (1342-1416), anacoreta inglesa que por causa de su libro "Revelaciones del amor divino"  es recordada en las iglesias anglicana, católica y luterana, también destaca en la historia por sus afirmaciones de haber tenido revelaciones del Espíritu Santo. 

Después de sufrir una severa enfermedad, Norwich afirmó haber comenzado a recibir una serie de intensas visiones que, acompañadas de oración ferviente a Dios, culminaron con una sanación milagrosa en 1373. Algunos estudiosos la consideran en ciertos aspectos una mujer adelantada a la Reforma, y el líder evangélico A. W. Tozer, por ejemplo, en uno de sus sermones habló de ella diciendo: 
"Ella vivió 200 años antes de Martín Lutero, y sin embargo, en su espíritu era protestante. En su pequeño libro dice que en una ocasión estaba orando (y ya saben como rezaban con todo tipo de artilugios para ayudarse); pero el Señor se le apareció y le dijo: "No tienes que tener todas estas cosas para orar; todo lo que Dios quiere y espera de ti es que creas en Él y lo ames con todo tu corazón".
Juliana habló en su libro acerca del "trabajo interno" que realiza el Espíritu Santo en las personas, y dijo haber tenido visiones  o "iluminaciones" provenientes de Dios (Green, 2010:8).

5. En la época de la Reforma Protestante



Lamentablemente, en la época reformista, Martin Lutero (1483-1546) también promovió una forma de interpretación semi-cesacionista y muy textualista (es decir, completamente dependiente del texto de las Escrituras, sin hablar de la interpretación sobrenatural o los dones del Espíritu Santo). Lutero, que había sido un monje católico agustiniano, decía:

"El método de Satanás es tratar de aplastar cada resurgimiento de la palabra Divina, primero, por la fuerza, y si eso no funciona, entonces por medio de un espíritu falso, por medio de maestros artificiosos y dañinos. Así fue en las primeras etapas de la propagación del evangelio; inundó a la Cristiandad con la sangre de los mártires. Pero esto no se resolvió a su propósito. Por lo tanto, él envió a una tribu de falsos profetas y llenó cada esquina del mundo con herejías, hasta el punto de que el papado, el más poderoso de todos los anticristos, cumplió plenamente sus diseños. 
Así es también en esta época... se acuerdan poco de nuestra enseñanza de fe, caridad, y cruz que dimos en Wittemberg. "Tú mismo", me dicen, "debes escuchar la voz de Dios"...  Me perciben como si yo fuese un cristiano sin vida, y como alguien que nunca ha sido favorecido con oír una voz del cielo. Pero en el nombre de todo lo que es bueno, supongamos que yo hubiera actuado de esa manera cuando les pedí que vinieran conmigo ante los papistas, ¡y qué triunfos les hubiese considerado!... Yo estuve allí en un momento muy crítico y peligroso como un detractor público en Leipsic.... Y sin embargo, no tuve la pretensión de haber escuchado voces del cielo, ni de haber poseído talentos sobrenaturales, ni de tener ninguna otra cosa del espíritu que apareció en Alste... Una justa aplicación de la palabra Divina en la producción de la verdadera fe es la única manera de corregir las malas prácticas... El verdadero método de echar a Satanás fuera y arruinar sus trucos es el del Nuevo Testamento, es decir, el de predicar la palabra de Dios" (Lutero, citado en Goode, 1834:158-159). 
Lutero habló, en este sentido, de ciertos cristianos a los que les había pedido que se le unieran contra la Iglesia Católica, pero que no habían ido, por alguna razón, y estaba molesto de haber ido él "solo". Pero Lutero, a decir verdad, tenía un espíritu contensioso. En esa época de la Reforma Protestante, el contemporáneo Erasmo de Rotterdam (1466-1536) ya había criticado la actitud de Lutero, a quien le imputaba sentir que "no había ninguna interpretación pura de la Escritura en otro lugar aparte de Wittenberg". Erasmo le llegó a escribir: "Usted estipula que no deberíamos pedir ni aceptar ninguna otra cosa mas que la Sagrada Escritura, pero lo hace de una manera que le permite ser a usted su único intérprete, rechazando a todos los demás [Incluyendo al Espíritu Santo]. Por ello, la victoria sería de usted si no solo le permitimos ser el mayordomo, sino también el Señor de la Sagrada Escritura".
Erasmo, que era un católico que prefería la idea de una reforma interna de la Iglesia Católica, le escribió a un seguidor arduo de Lutero llamado Philip Melanchton, diciéndole que a pesar de su abogacía por la "Sola Escritura", la vida de los luteranos era carente de los frutos del Espíritu Santo que la Biblia contenía: "El evangelio, la palabra de Dios, la fe, Cristo y el Espíritu Santo. Estas son palabras que ellos siempre tienen en sus labios. Pero miren en sus propias vidas y verán que ellos hablan realmente otro lenguaje"- (El mismo Lutero había escrito "Sobre los judíos y sus mentiras" como una obra precursora del antisemitismo, y había llamado a los gobernantes germanos a embarcarse en una guerra contra los Turcos otomanos (musulmanes).  
Lutero y Erasmo, por lo tanto, se embarcaron en una acalorada discusión escrita que llamó la atención de la gente. Lutero decía que "no existe el libre albedrío" y Erasmo le decía que la Biblia enseñaba acerca de libertad de decisión; pero al final del día cada quien defendía una postura religiosa doctrinal para proteger adeptos para su partido, y ninguno de los dos parecía mostrar referencias a la obra sobrenatural del Espíritu Santo en su vida como creyentes. Lutero, al principio, no quería separarse de la Iglesia Católica, pero eventualmente lo hizo por la negación de ellos a cambiar; sin embargo, Lutero retuvo algunas doctrinas falsas como el bautismo de infantes, además del ritualismo y el formalismo en la institución de los eclesiásticos luteranos. 

Si bien no fue algo característico de su predicación, a  pesar de dichas cuestiones, Lutero no era completamente cesasionista, sino que tenía fe, al menos a un nivel personal, en la sanación de milagros ocurrida por acciones sobrenaturales de Dios. Cuando un amigo cercano y colega suyo, el Pastor Fredrich Myconius, enfermó de tuberculosis, Lutero mismo oró por él y le escribió: "Que el Señor no me deje escuchar que has fallecido, mas que permita que vivas más que yo. Estoy orando por ello; esa es mi voluntad, y que así se haga porque sólo busco glorificar el Nombre de Dios". Myconius fue sanado y vivió dos años más que Lutero (Hogue, 2010:187)Luego de esto, Lutero escribió algo acerca de orar por los enfermos y echar fuera demonios. Él estaba convencido de que ciertas enfermedades provenían del diablo y necesitaban ser "contrarrestadas por el poder de Cristo con la oración de fe". 

De hecho, Lutero tuvo un desacuerdo con Andreas Carlstadt al respecto de la interpretación de lenguas. Lutero no rechazó como tal el hablar en lenguas, pero sí pensaba que se debía exigir una interpretación. En 'Against the Heavenly Prophets' escribió: "Si uno llegara a hablar en lenguas, debe, además, traducir lo que dice al alemán (la lengua vernácula), o interpretarlo de alguna u otra manera, para que la congregación lo pueda entender" (ídem).

5.1. Thomas Müntzer


En el mismo centro de la Reforma Protestante, en Alemania, había un predicador temprano de la Reforma que se opuso tanto a la Iglesia Católica como a las interpretaciones de Lutero. Su nombre era Thomas Müntzer (ca. 1489–1525) y es una figura que aunque es revisada en la historia, es mucho menos conocida en el protestantismo. 

Müntzer y Lutero tenían en común su rechazo a las autoridades católicas, pero en su carta al luterano Philip Melanchthon, Müntzer expresaba que la doctrina de Lutero no era lo suficientemente espiritual, sino que era, de hecho, demasiado carnal, pues se apoyaba demasiado en su capacidad humana de leer en texto e interpretarlo por sí mismo, en vez de depender de la capacidad divina dada por el Espíritu Santo para poder abrir el entendimiento al corazón de las Escrituras. 
Müntzer habia leído a Tertuliano, y consideraba que los teólogos de la época, para tener un punto de vista correcto, deberían desear y pedirle a Dios que les diera el don de la interpretación y el don de la profecía, pues de otra forma sus conocimientos acerca de la divinidad o de la Escritura no valdrían de nada o valdría poco. "Deberían considerar tener a Dios de cerca, no dejarlo lejos", argumentaba. 

Si bien había una abundancia de referencias bíblicas en sus escritos, Müntzer tenía una doctrina que insistía en que la verdadera creencia interpretativa era dictada por la experiencia espiritual con el Espíritu Santo, y no meramente por el testimonio escrito de la carta. La Biblia para él contenía la evidencia última de que habían experiencias espirituales que todavía eran validadas por la acción del Espíritu en el corazón del creyente.


La insistencia exacervada que hacían algunos reformistas en el papel escrito significaba para Müntzer que excluían al hombre común de obtener una verdadera comprensión de la verdadera fe cristiana. Él postulaba que, si por alguna razón, alguien no tenía la vista para leer, o no tenía el sentido del oído para poder escuchar toda la Biblia en un momento de su vida, aún así, el Espíritu Santo le podría sostener y guiar en la única y verdadera fe cristiana, pues el Espíritu mismo había compuesto la Sagrada Escritura. 
Los verdaderos creyentes, en opinión de Müntzer, eran capaces de llegar a la verdadera fe cristiana sin atender ni importarle la opinión de los sacerdotes católicos o los sacerdotes luteranos. 
Desde su punto de vista, lo que sí era necesario era la revelación espiritual, ya fuera escuchando claramente la voz de Dios en el alma, o teniendo sueños o visiones que dados por Dios nos llevaran hacia Cristo. Müntzer mismo creía con firmeza en que Dios aún le podía dar visiones y sueños a su pueblo, pues esto era algo que estaba en "el verdadero espíritu de los apóstoles, los patriarcas y profetas" (Matheson, 1988:242).  
A diferencia de Lutero, Müntzer no seguía el bautismo de bebés ni los ritualismos, y por ello los historiadores le han relacionado más con los reformistas holandeses y los anabautistas como Hubmaier y Grebel, con quienes, se argumenta, asimilaba la doctrina del bautismo a consciencia (Stayer & Packul, 1980).
Otra de las principales dialécticas en la enseñanza de Müntzer era la oposición del "temor al hombre" frente al "temor de Dios". Independientemente de la posición de persona en la sociedad, era necesario que el verdadero creyente tuviera un temor de Dios y no tuviera temor al hombre. En su confesión final, bajo tortura de mayo 1525, Müntzer declaró que uno de los objetivos principales de las reuniones con sus compañeros también era «omnia sunt communia", es decir, tener todas las cosas en común y lograr la distribución a cada cual según su necesidad".

Lamentablemente, Juan Calvino (1509-1564), que se hizo muy popular proponente de la doctrina pseudoreformista conocida como calvinismo, siguió muchos de los errores previos de los católicos y de Lutero, y mostró una postura claramente cesasionista, diciendo que "no es creíble (a ningún nivel que hoy en día leamos al respecto) que persona alguna pueda hablar bajo la influencia del Espíritu en una lengua desconocida por ellos mismos" (Goode, 1834:64). El mensaje predicado por Calvino contenía cinco puntos o doctrinas clave: 1. La "Total depravación" del nombre, 2. La predestinación o "elección incondicional", 3. La "redención limitada", 4. La "gracia irresistible", y 5. La perseverancia de los santos. Ninguno de ellos hacía referencia al Bautismo en el Espíritu Santo o los dones sobrenaturales. 

5.2. Los Alumbrados


En España y en la Nueva España, un movimiento religioso que surgió fue el de los llamados "Alumbrados", término ocupado para describir a diversos grupos de protestantes que fueron perseguidos por la Iglesia Católica, la cual trató de erradicarlos y tacharlos de "herejes" y "sectarios". 


De acuerdo al historiador francés Joseph Pérez (2009), los protestantes alumbrados (que también fueron llamados "iluministas"), "preconizaron un abandono sin control a la inspiración divina y una interpretación libre de los textos evangélicos. Los alumbrados afirmaban que actuaban movidos únicamente por el amor de Dios y que de Él procedía su inspiración". Negando su voluntad propia, decían que desde su nuevo nacimiento Dios dictaba su conducta; y que de ello se concluía que no podían seguir viviendo en el pecado. 
Los alumbrados rechazaban la autoridad de la Iglesia Católica, su jerarquía y sus dogmas. Ellos se reunían en conventículos en pequeñas localidades del centro de Castilla como Pastrana o Escalona, leían e interpretaban personalmente la Biblia y preferían la oración mental a la vocal, como hicieron posteriormente los quietistas y los cuáqueros.

Los alumbrados también creían en el contacto directo con Dios a través del Espíritu Santo mediante visiones y experiencias místicas, lo cual, levantó sospechas celosas entre la Iglesia Católica. Ya desde 1585, un informe de la Inquisición de Córdoba, Veracruz, recogía una acusación contra alumbrados, a los cuales condenaban por creer en la santificación perfecta ante Dios, por negarse a confesarse ante los sacerdotes, y porque decían "que la gente justificada y confirmada en el bien ya no puede pecar" más.


Entre algunos de los personajes que destacaron entre los alumbrados se encontraron Pedro Ruiz de Alcaraz y Gaspar de Bedoya, quienes en Escalona, en 1511, formaron un núcleo de estudio bíblico en el que llegaron a la conclusión de que el amor de Dios no era una idea abstracta, sino una certeza absoluta, y que Dios guía a la mente humana para poder interpretar la Escrituras al leerlas con entera libertad (concepto que en los teólogos de la Reforma se conocería como "el testimonio interno del Espíritu Santo"; Nieto, 1997:93). Luego de que la Inquisición iniciara una investigación contra ellos, diversas personas en Guadalajara y Valladolid fueron acusadas, encarceladas y perseguidas, acusadas a menudo de seguir doctrinas protestantes como las de John Hus.


6. En la Época Moderna



6.1. Los Moravos



En el siglo XIV, en Bohemia, había otros cristianos 'protestantes' en la República Checa que no seguían las interpretaciones de los teólogos populares. Se trataba de los Hermanos Bohemios y moravos, los cuales mantuvieron viva la llama del fuego de Dios, y buscaron acentuar el papel de la dependencia al Espíritu Santo. La Iglesia Moravia, fundada al comienzo del siglo XV, tenía una doctrina que remontaba sus inicios al movimiento husita, un intento de reforma eclesiástica que se había buscado por Jan Hus (c. 1369 –1415) en Bohemia, República Checa

"Conocidos por su incesante perseverancia en oración por 100 años, tanto como por su actividad misionera, los Moravos continuaron en el poder del Espíritu con los dones del Espíritu siendo evidentes en su testificación. Siendo guiados por el Espíritu y llenados con Su poder y los dones del Espíritu, estos portadores de la antorcha encendieron fuegos en muchas partes del mundo y todavía alumbran brillantemente, incluso hasta el día de hoy(Lombard, 2005:)
Por causa de su teología reformada, los cristianos Bohemios y los cristianos Husitas sufrieron por varios siglos mucha persecución religiosa y tuvieron muchos enemigos naturales y políticos. Uno de ellos era John Roche (?-1588), católico contemporáneo, crítico y detractor de los cristianos Moravos, que afirmó que ellos tenían la costumbre de "comúnmente irrumpir en una jerga inconexa, que a menudo pasaban al vulgo como movimientos exuberantes y llamativos", (por no decir la imposición de manos).
Nicolaus Zinzendorf
Hacia el siglo XVIII, en el entorno católico del Imperio de los Habsburgo, un grupo de familias cristianas conocidas como la "Semilla Oculta" habían escapado de la persecución política y religiosa, y durante casi 100 años estuvieron viviendo de forma subterránea en el norte de Moravia como un remanente ilegal de los hermanos Bohemios.  

En 1722, estos hermanos acudieron a la finca de un hombre llamado Nikolaus Ludwig von Zinzendorf (1700-1760), Conde de Zinzendorf (Alemania) y Pottendorf (Austria).  Zinzendorf era un reformador social y un noble cristiano que había sido educado en las tradiciones del pietismo y era conocido por su compromiso personal para ayudar a los pobres y necesitados. Christian David, el carpintero itinerante que era el líder de la "Semilla Oculta", le hizo una petición a Zinzendorf de que les permitieran asentarse en sus tierras en Alta Lusacia (región de Sajonia, en la parte oriental de la actual Alemania).

Zinzendorf se los permitió, y los refugiados establecieron un nuevo pueblo llamado "Herrnhut", cerca de Berthelsdorf. La ciudad creció inicialmente de manera uniforme, pero luego de desacuerdos religiosos, por el año 1727, la comunidad se dividió en facciones y grupos. El conde Zinzendorf sabía que esto no era propio y trabajó para lograr la unidad cristiana entre esos hermanos, y estableció un acuerdo fraternal que fue adoptado por la comunidad el 12 de mayo de 1727. Este acuerdo se considera el inicio del movimiento Moravio.

El 13 de agosto de 1727, la comunidad sufrió una transformación religiosa dramática. Los habitantes de Herrnhut dijeron tener una experiencia que atribuyeron a la visitación del Espíritu Santo, con manifestaciones similares a las registradas en la Biblia en el día de Pentecostés. Como resultado, dijeron que "aprendieron a amarse unos a otros" de verdad, y empezaron a desarrollar planes muy precisos de evangelización para otras partes el mundo. Zinzendor y el carpintero David Nitschmann se convirtieron en obispos de la Iglesia Moravia y entre las prácticas que se promovieron y que se lograron desarrollar a partir de esto se incluyeron las siguientes cuestiones: 
  • El establecimiento de un plan de oración continua e ininterrupida, las 24 horas del día, durante 100 años.
  • El establecimiento de 30 asentamientos internacionales que seguirían el modelo del pueblo en Hermhut: un énfasis en los atributos espirituales, en la oración, en la adoración a Dios, y en una forma de vida comunal en la que el estilo de vida expresara simplicidad y generosidad caritativa. 
  • El propósito de establecer las comunidades sería asistir a los miembros residentes en la santificación de sus vidas ante Dios, proporcionar un lugar de reunión para cristianos provenientes de diferentes confesiones, proporcionar enseñanza y formación cristiana para sus propios hijos y para los hijos de sus amigos y partidarios, y proporcionar ayuda para estos misioneros protestantes alrededor del mundo. 
Como resultado de la implementación de estos puntos, la diferencia entre grupos sociales y los extremos de riqueza y pobreza fueron eliminados en sus comunidades en gran medida, a pesar de que se mantenían las propiedades personales y posesiones materiales (propiedad privada).
Los Moravos formaron cientos de grupos pequeños que operaron dentro de iglesias existentes en Europa y fueron conocidas como "sociedades de diáspora". Estos grupos también animaban a la gente a adorar a Dios, a practicar la oración, a llevar a cabo un estudio bíblico, a confesar sus pecados y a rendirse cuentas mutuamente. Actualmente, la Iglesia Moravia sigue presente en muchos países en cuatro continentes, y sigue destacando por su labor misionera y social. Uno de las bases en su credo básico confesional es que Jesús envía al Espíritu Santo para fortalecer, sostener y brindar empoderamiento a los creyentes.

6.2. Los Huguenotes Camisardos


En el siglo XVII, surgió otro grupo de protestantes en Francia llamados Camisardos o CenevalosEl nombre "camisard" o "camisardo" proviene de la lengua occitana y se relaciones indistintamente con la vestimenta usada por ellos, basada en un tipo de bata de lino o cota conocida como camisa que usaban estos campesinos. 


Estos hermanos vivieron en una época y región muy difícil, pues la religión obligada por los monarcas franceses era el catolicismo, y debido a ello luego tuvieron que emigrar al Reino Unido escapando de la persecución religiosa. Allá serían conocidos como los "profetas franceses" de Cévennes, pues entre sus prácticas religiosas, hacían un énfasis en el don profético. Sin embargo, también mostraban otras manifestaciones del Espíritu:
"Durante los 1600s los Camisardos (que eran Huguenotes) eran conocidos por hablar en lenguas. Estos granjeros de Cevennes, una región en el centro-sur de Francia, tuvieron una influencia tremenda entre la gente, extendiéndose hasta Inglaterra y España" (Lombard, 2005).
Los protestantes franceses eran llamados 'Huguenotes' por la gente católica o política. Los recuentos de la época dicen que entre los Camisardos habían algunos que llegaban a hablar en lenguas durante largo tiempo, y que los descendientes de los camisardos, es decir, sus hijos de la siguiente generación, llegaban a hablar en varios tipos lenguas, y que si ellos llegaban a sufrir de ataques o accidentes, el Espíritu Santo de Dios los protegía de ser lesionados (Lombard, 2005:121). 

El movimiento de los Camisardos cristianos alcanzó su esplendor en el año 1702 a 1705, y sus escritos fueron influyentes para la conformación de otros grupos Protestantes posteriores, tales como los Quakers o Cuáqueros. En España, los descendientes de los Camisardos fueron relacionados con los Alumbrados.

En Francia también (en una época en la que era muy perseguidos por el Estado católico) James Du Bois de Montpellier dijo haber acudido a reuniones de algunos huguenotes y atestiguó haber oído algunas manifestaciones del Espíritu: 
"He oído a varias personas de ambos sexos en sus éxtasis pronunciando ciertas palabras que para los que estábamos cerca parecían ser como algún idioma extranjero". 
Estas elocuciones, dijo Du Bois, a veces eran acompañadas por el ejercitamiento de una posterior interpretación de otro hermano.

6.3. William Erbery

William Erbery (1604–1654), fue un teólogo galés que se graduó del colegio Brasenose de la Universidad de Oxford. Originalmente, Erbury fue parte de la parroquia anglicana de Cardiff, pero fue expulsado por el Obispo anglicano de Landaff que lo acusaba de ser sismático. Después de la guerra civil en Inglaterra, Erbury viajó a la Isla de Ely y allí encontró con un grupo de cristianos que serían conocidos como los 'Seekers' (un grupo de cristianos disidentes del anglicanismo que rechazaban el sistema jerárquico del clero y buscaban tener una revelación personal de Dios). Muchos de los seekers se volverían posteriormente cuáqueros, pero William Erbery permaneció como teólogo independiente. 

Erbury llamaba a la abolición de los diezmos y de la Iglesia estatal, y aunque estaba a favor la tolerancia religiosa, rechazaba muchas de las prácticas de las iglesias de su época y era crítico de la apostasía dentro de los grupos de la cristiandad europea. Por esto mismo, muchos rumores falsos se le imputaron y le surgieron enemigos duros, por ejemplo, que decían que "negaba la Trinidad" y le juzgaban falsa y duramente. 

No obstante, un hermano llamado William Herberg rescató los escritos de Erbery y publicó el libro "El testimonio de William Erbery, dejado en registros para los santos de las épocas venideras" en 1658. En el libro, Erbury aclaró:
"Yo no niego la Santa Trinidad según las Escrituras, sino que (desechando todas las tradiciones de nuestros padres antecesores y las enseñanzas de los hombres). Yo creo que Dios es Padre, Hijo y Espíritu; y que el Hijo de dios, el hombre Cristo Jesús es Dios bendito por siempre; aunque tanto en un misterio que ningún hombre puede manifestar o revelar, sino solo el Espíritu (Mat. 11:25; Ef. 1:17). El Padre no siendo otro sino el único y sólo Dios verdadero, de sí mismo y en sí mismo, habitando en la eternidad; el Hijo siendo el mismo Dios y Padre manifiesto en la carne, y morando entre los hombres; y ese mismo Dios poderoso y Padre continuando poderosamente y ejercitando él mismo, o manifestándose en incontables dones, y obras en el cuerpo, es el Espíritu santo. Estas cosas no deben ser entendidas carnalmente,... percibiremos entonces que el Hijo es el Padre, y el Espíritu eterno es tanto el Padre como el Hijo: así que cuando de dice que el Padre envío al Hijo, es cuando Él mismo aparece en la carne (desde el principio, en la completitud de los tiempos, hasta este día: porque Cristo es el mismo hasta el día de hoy, ayer, y por siempre. Y cuando Cristo, hablando en los días en que estuvo en la carne, dijo que enviaría a su Espíritu, esto no es otra cosa que Él, que moraba con ellos, moraría adentro de ellos, es decir: cuando Dios como el Padre, que moró en la carne, sería manifestado dentro de ellos. Juan 14.17-18-19-20. También confieso esto: que Jesús es el Hijo de Dios y que el hombre Cristo es Dios bendito por siempre".
Erbery fue muy criticado porque pensaba que prácticamente todas las iglesias de su tiempo estaban caído en la apostasía de la Ramera de la que se habla Apocalipsis 17 y 18, y él afirmaba esto basado en los siguientes argumentos:
"Aunque parezcan y hablen como la Esposa, no son como las Iglesias del Evangelio, ni en Espíritu ni en Forma. No hay orden entre ellos en la letra; mucho menos en el Espíritu, según el Evangelio. Porque, a la verdad, la primer ordenanza del Evangelio, o aquella que constituye la Iglesia en el Orden de Dios, era el Bautismo del Espíritu: éste, no para traer la presencia del Espíritu, pues todos los Santos bajo la Ley tenían el Espíritu; sino que el Espíritu, en el Sentido del Evangelio, aún no había venido, o, (como es en el griego), 'El Espíritu todavía no estaba aún'; Jn. 7:39, hasta que Jesús fue glorificado. De nuevo, la abundancia del Espíritu no había sido ese Bautismo en el Espíritu; pues los profetas habían tenido hasta entonces el Espíritu de Cristo, 1 Pedro 1.1., y Cristo había soplado el Espíritu Santo en sus Discípulos después de su resurrección; Jn. 20.22. pero el Bautismo en el Espíritu no fue sino hasta después de la ascención. Hch. 1.5.  
Los Apóstoles, con todos los Discípulos, 120 a saber, estaban todos juntos, y sin embargo no estaban en una Iglesia Estatal, ni estaban constituidos en el Orden de una Iglesia del Evangelio sino hasta que fueron bautizados con el Espíritu Santo; Hc. 1.15 & 2:47. Sí, los Apóstoles mismos, que habían tenido un llamado y una comisión de Cristo de enseñar a todas las naciones y de bautizar a los Creyentes, no podían seguir adelante para realizar cualquiera de estas dos cosas sino hasta que el Bautismo en el Espíritu Santo viniese sobre ellos, Hch. 2:38. Por lo tanto, las iglesias que bautizan hoy son muy carnales al clamar a sus discípulos ignorantes. ¡Oh!, ¡deben obedecer el mandamiento de Cristo, y el mandamiento de Cristo es que, los creyentes deben ser inmediatamente bautizados, Hch. 8:6, 38; Hch. 9:18. Es cierto, si en verdad hubiese un ministro que haya tenido la manifestación del Espíritu como todos (los que fueron bautizados) la tuvieron. Pero, otra vez, el primer mandamiento de Cristo antes del bautismo fue este: Él les mandó a que no se fueran de Jerusalén, hasta que fueran bautizados con el Espíritu Santo, dentro de no muchos días, Hch, 1:5.   
Si los Santos se quedaran un poco y esperaran por el Espíritu, no yéndose de 'Jerusalén' (es decir, de la morada de Dios con los hombres), y si los hombres pudiesen encontentarse con Dios solamente, vivir en Dios solamente, he aquí Dios moraría en ellos y ellos en Dios: no hubieran tenido que correr tan rápido a la Iglesia, ni tampoco a las Iglesias, presionados por sus ministros a bautizar: ese no es el Orden del Evangelio, ni la ordenanza entre ellos. Ap. 21.3. 
El orden en el Evangelio radicaba estas tres cosas (al igual que el Templo estaba constituido por tres partes); Ap. 21:3: La primera es la manifestación del Espíritu en múltiples dones: 1 Cor. 12.7. Mr. 16.18, St. 5.14. En segundo lugar, el ministerio del Espíritu, cuyos dones son dados por la imposición de manos: 1 Cor. 12.28, Ef. 4.11, 1 Tim 4.14.  En tercer lugar, la administración del Espíritu en todas las ordenanzas de la Iglesia, las cuales no eran solo Bautismo y partimiento del pan, sino también: unos salmos, una doctrina, una lengua, una interpretación y una revelación; 1 Cor. 14:26.   
Todas estas también fueron ordenanzas de Cristo para la edificación de la Iglesia; 1 Cor. 14:26, pero las Iglesias actuales no tienen nada de esto; ninguna de ellas las nombran o las exhiben; por tanto, ciertamente el edificio a caído en una confusión, en una Babilonia, y las Iglesias deben necesitar la condición Apostólica. La apostasía profetizada por el Apóstol, por tanto, comenzó cuando la manifestación del Espíritu casó, cuando el ministerio del Espíritu fue echado fuera, y cuando la la administración del Espíritu fue pisoteada; y esto es una notoriedad suficiente de un signo visible de que todas las Ordenanzas Eclesiásticas se han vuelto una confusión o funcionamientos carnales, cuando el Espíritu desapareció tan visiblemente, y el Orden del Evangelio ya no se halló más... 
Cuando los misterios de Dios fueron abiertos por los dones de los hombres, en vez de abrir el Cielo, abrieron el Infierno..Actualmente no hay Ordenanza según el Evangelio en ninguna de las Iglesias, ni en letra ni en forma, mucho menos en Espíritu y en Verdad, ni de bautismo ni del partimiento del pan, ni en oraciones, ni en predicación, ni en salmodía, y demás. 
En primer lugar, su bautismo de infantes es una tradición tan infantil, que las iglesias que bautizan y algunos hermanos presbiterianos han confundido completamente a su gente insensata.... Por causa de la apostasía, el Bautismo de Cristo, el bautismo del Espíritu, ha decrecido, y el bautismo de agua, el bautismo de Juan, ha incrementado y continúa a este día.  
Porque este, a la verdad, es el bautismo de Cristo: el bautismo en el Espíritu, el cual no es una escueta presencia del Espíritu en gracias, o en alguno de los dones, porque igualmente los Santos bajo la Ley tenían el Espíritu: así que, nuestras Iglesias del Evangelio de hoy en día se han apartado de la Iglesia Legal, porque habían algunos dones del Espíritu manifiestos, tales como el de la profecía, y los dones de sanación, o señales y milagros, pero el Bautismo del Espíritu era esa manifestación o derramamiento completo de todos los dones del Espíritu (no en todo creyente, sino) en cada Iglesia de Cristo, para que la Iglesia no fuese falta de ningún don, 1 Cor. 1:7. Esta era la verdadera constitución de la Iglesia del Evangelio, el bautismo en el Espíritu, la manifestación del Espíritu en multitud de dones, sin la cual, ninguna Iglesia está siguiendo en el orden del Evangelio, 1 Cor. 12, 6, 7, 28.  
...Las Iglesias no pueden orar en el Espíritu, Ef. 6:18, porque no tienen ese Espíritu conforme a un estado del Evangelio, como hemos mostrado; todo lo que más tienen son oraciones legales, como oraciones de los Santos bajo la Ley; porque aunque las repiten,... no hacen más que tomar el nombre de Dios en vano, no conociendo a Dios en Cristo ni a Cristo en ellos, ni al Espíritu de Cristo, al Espíritu del Hijo, el cual los Santos del Evangelio verdaderamente tenía, no fuera que hayan sido de él. Rom. 8.9.Mas creo que muchos ahora se han vuelto Señores que tienen un espíritu legal, pero el espíritu de cautiverio, el espíritu de un esclavo, no el espíritu de un hijo; mucho menos el Espíritu del Hijo... No hay predicación en ninguna de las Iglesias, no se predica de lo que pretenden, no hay predicación del Evangelio, porque ni la doctrina de pecar libremente, ni un discurso carnal sobre Cristo, son la predicación del Evangelio. 
Las Iglesias Independientes pueden percibir su Judaismo en su estricta observancia de un aparente Sabbath; su simplicidad para santificar el primer día de la semana como el día del Señor; su ignorancia o connivencia al no aclarar las cosas que no son ciertas; su conformidad con las Iglesias papistas; su cumplimiento carnal ante la religión estatal protestante, su condición laodiciena, pensando que son ricos, y que no tienen necesidad de nada; que no necesitan Orden, ninguna Ordenanza, ningún oficial, siendo que son pobres, ciegas y desnudas; que no tienen las Ordenanzas del Evangelio, ni caminan de día en absoluto; sino que caminan en la oscuridad, engañándose, a sí mismo y a los demás. La observación del día del reposo por tanto depende mucho de iglesias papistas y de la orden de los príncipes de la cristiandad, con los cuales, las Iglesias independientes se conforman tanto como los Prelatos...  
La Iglesia, bajo la Ley, tenía algunos done del Espíritu manifiestos en ellos, tales como el don de la Profecía, el don de la Sanación, sí, el resucitar a los muertos, con señales y milagros, y los ángeles moviendo las aguas de Betesda, con los cuales todas las enfermedades eran sanadas en un instante; esto continuó en la Iglesia Judía hasta el final; esto es más de lo que las Iglesias de hoy tienen, al tener menos de la manifestación del Espíritu que los que estaban bajo la Ley; por tanto, hay quien está en el cautiverio de Babilonia no teniendo ni un solo don del Espíritu porque prefieren continuar con su Iglesia Estatal para quedarse con la gloria del Evangelio, en lugar de que tengan el Bautismo del Espíritu y todos los dones del Espíritu sean derramados como ríos de Aguas Vivientes en todas las Iglesias de Cristo. 
Porque es como si ningún creyente haya tenido el Bautismo del Espíritu, ni esos ríos corran por su vientre, porque muchos creyentes, siendo por tanto carnales, no son espirituales, como si no tuvieran fe en el Evangelio; fe en Cristo; y sin embargo, todas las Iglesias de antes habían sido bautizadas con el Espíritu y habían tenido esa multitud de dones manifestados en ellos; como la Iglesia de Corintio que aunque era la más carnal, no se quedaba atrás en ningún don, 1 Cor. 12.7.10.12, y el hecho de que ellos tenían el orden marcado por el Evangelio que Dios había establecido en la Iglesia es claro, ver., 27, 28... 
Ese fue el Ministerio de la Iglesia y los dones de Cristo; no eran extra-ordinarios (como dice la gente) para ese tiempo (como si los pastores y los maestros fueran los únicos ministros que hayan de continuar en las Iglesias hasta el final)... Porque, ¿qué Escritura habla de tales como dones que sean extra-ordinarios?, ¿No eran los dones del Espíritu tan ordinarios para la Iglesia, como lo fue la Ordenanza? ¿Porqué la Organización habría de continuar y no los dones? ¿Porque el bautismo [en agua] y el partimiento de pan deberían tener más prominencia que el Bautismo en el Espíritu y todos esos dones (siendo que el Espíritu fue dado para quedarse con ellos por siempre)? ¿Quién prometió esa indulgencia y dispensación, de que (aun cuando las primeras Iglesias de Cristo fueron establecidas por Dios en ese orden con múltiples dones del Espíritu), las Iglesias posteriores quieran permanecer en el Orden del Evangelio sin ningún don manifiesto entre ellas? ¿Quién dijo que esas órdenes Apostólicas eran 'apócrifas': «procurad los dones espirituales», «procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia»?   
¿Dónde esta el Salmo, o la Doctrina, o la Lengua, o la Interpretación, o la Revelación, siendo unas para edificarse? Y ahora, ¿está siendo la Iglesia edificada o construida ahora, para que no se convierta en una Babilonia? ¿Qué confusión de Lenguas debe haber, cuando no hay don de Lengua, ni para traducir las Escrituras verdaderamente, ni para interpretarlas verdaderamente en el don del Espíritu, o para revelar los secretos y misterios espirituales en ellas, que han estado escondidas por tantas épocas y generaciones desde la apostasía? ¿Y que acaso no hay mucha necesidad del Espíritu y Poder que restaura todas las cosas que se han perdido, para confirmar el Evangelio, tal y como fue publicado por los Apóstoles? ¿Y que el ministerio apostólico no es tan necesaro ahora para predicar el Evangelio eterno a todo el mundo, en vista de que los pastores y los maestros sólo quieren atender a Iglesias particulares? ¿Pero dónde etán esos pastores y maestros, y ancianos, a quienes los apóstoles querían designar y enviar? ¿Dónde están las manos de los Apóstoles con la imposición de manos del presbítero?... En una palabra, ¿qué Evangelio es el que se entrega al Mundo, o al gobierno en la Iglesia...? [William Erberg. 1658. The testimony of William Erbery, left upon records for the saints of suceeding ages. Whereunto is added, The honest heretick being his tryal at Westminster.]  
6.4. Los Cuáqueros 

En Inglaterra, un grupo cristiano que se deslindaba del anglicanismo que se promovía en la Gran Bretaña surgió con ayuda de un predicador llamado George Fox (Jorge Fox; 1624-1691) que conformó como la Sociedad Religiosa de los Amigos. Ellos se negaban a jurar lealtad al Rey de Inglaterra porque no querían ser soldados o participar en las guerras del gobierno, pues decían seguir las enseñanzas de Jesús, siendo pacifistas, y decían que solamente tenían "temor de Dios". Por esta razón un juez les llamó por primera vez "los Cuáqueros" (los tembladores) y aunque originalmente el término fue usado en tono de burla, así es como llegaron a ser conocidos popularmente. 

Los cuáqueros también comenzaron a hacer mención de la obra del Espíritu Santo desde los inicios de su movimiento. Por medio de la oración, muchos cuáqueros manifestaron su intención de «encontrar la Verdad» y de revivir las experiencias del cristianismo primitivo y de esa manera, buscaban diligentemente ser guiados por el Espíritu Santo, viviendo en sencillez de corazón y en humildad. Conforme a las Sagradas Escrituras, hacían referencias particulares a esa voz o luz de Cristo que revela el camino para encontrar la verdad espiritual en la vida de cada persona. 



Una de las creencias más características del cuaquerismo cristiano era esta convicción de que cada persona puede tener un contacto directo con la Divinidad de Dios, sin necesidad de recurrir a sacerdotes ni a sacramentos religiosos. Ellos creían en el sacerdocio de todos los creyentes y se caracterizaban por defender la santidad, la justicia, el amor, la honradez estricta y el pacifismo de forma centrada en Dios.


Uno de los primeros cuáqueros, Edward Burrough (1634–1663) escribió de la siguiente manera acerca del don de hablar en lenguas en sus reuniones

"Hablamos con nuevas lenguas, conforme nos las da el Señor para pronunciarlas, y Su Espíritu nos guía" ("Epistle to the Reader"; en Lombard, 2005).
El líder de los cuáqueros, George Fox (1624–1691), hablaba también de la importancia de que cada cristiano escuchara al Espíritu Santo y recibira mensajes directos de Dios en la oración. Desafortunadamente, los cuáqueros fueron estigmatizados por una sociedad anglicana y nacionalista, y por ello fueron muy perseguidos y atacados. Con el tiempo, Fox desalentó en los grupos cuáqueros la práctica de hablar en lenguas, y eventualmente esta práctica se fue dejando atrás. 


Pero en el aspecto positivo George Fox llegó a la conclusión de que la verdadera espiritualidad se lograba poniendo atención a la divinidad del Espíritu Santo a través de la oración y contemplación en silencio, y motivó el movimiento del cristianismo cuáquero sobre esta base. En las reuniones de oración de los cuáqueros, se sentaban todos en silencio y calladamente oraban a Dios dentro de sí mismos, buscando esa Luz de Cristo "que alumbra a todo ser que viene a este mundo". Cuando en oracíón alguien recibía Palabra que consideraban del Espíritu Santo o la percibían como la interpretación de un mensaje dado por Dios, entonces se levantaban y de forma ordenada y con singular templanza compartían el mensaje a sus hermanos y hermanas de la reunión.

Ya hacia el año 1662 d. C., en la época de la Ilustración en distintos lugares de Europa, la variedad de grupos cristianos como los Ranters, los Moravios, los Cuáqueros, los Hermanos Plymouth, los Camisards y otros grupos estaban envueltos en prácticas equiparables a las del Pentecostalismo por su énfasis en el Espíritu Santo. 


Muchos de ellos dominaban la escena religiosa en aquél entonces, por lo cual la Corona de Inglaterra pasó una medida legal llamada "Conventicle and five mile acts". Básicamente, con esta medida legal se tomaban acciones contra los "fundamentalistas" cristianos que hablaban en lenguas, pues se establecía que todas las reuniones religiosas que no fueran parte de la Iglesia Anglicana serían ilegales y estarían prohibidas. El anglicanismo era entonces visto como un aliado del Estado de la Gran Bretaña, por lo cual muchas de los cristianos no anglicanos viajarían a las trece colonias y a Norteamérica en búsqueda de la libertad de religión. 

Otros cristianos como los congregacionalistas no tenían una teología confesional en sí, sino que sólo decidían congregarse libremente y también fueron perseguidos. Asimismo, entre los bautistas, John Bunyan (1628-1688), durante su estancia en la prisión, escribía su tratado del Discurso Sobre Orar en El Espíritu, en donde tocaba su interpretación del tema del don de lenguas.  

6.5. Los Jansenistas

Francia también proveyó un ambiente geográfico para que la manifestación de dones espirituales ocurriera en otro grupo del cristianismo: los Jansenistas, llamados así por seguir la teología del teólogo holandés Cornelius Janson (1585–1638), obispo de Ypres. 

El movimiento jansenista surgió en 1600's y 1700s, originalmente dentro de la Iglesia Católica, pero es mejor descrito como un movimiento evangélico que buscaba la reformación de la iglesia desde adentro de dicha institución. Por causa del énfasis que hacían en la doctrina de la gracia, reduciendo el papel de los sacerdotes como mediadores, y desentendiéndose del culto a la virgen, el jansenismo causó mucha controversia en un país en el que la religión oficial y obligatoria del Estado era el catolicismo. La mal-llamada "Sociedad de Jesús" (los Jesuitas) persiguió a los Jansenistas porque estos, además, promovían la práctica de "hablar en lenguas, profetizar, discernir los espíritus y orar por los enfermos". El rey Luis XIV, el llamado rey Sol (que tenía el respaldo del Vaticano para gobernar), también se levantó para tratar de apaciguar el movimiento jansenista.

Los cristianos jansenistas fueron condenados por los mismos papistas, a pesar de que realizaban buenas obras y actos de caridad para los más pobres y desafortunados; pero muchos milagros substanciales se contaron dentro del movimiento, el cual, pasó a adquirir un poder apologético y considerar del papel en la oración. 

Un milagro notable fue la sanación de Marguerita Perrier, nieta del reconocido filósofo y matemático Blais Pascal (Lombard, 2005:122), quien siguió la teología jansenista y preparó un libro de Pensamientos que se titularía "Apología de la religión cristiana"

El mismo Pascal también describió algo sobrenatural en un escrito conocido como el "Mèmorial", en el cual plasmó citas bíblicas y una descripción de una especie de vivencia poderosa con el fuego del Espíritu Santo: 
"Desde las diez y media de la noche hasta media hora después de la media noche, ¡FUEGO!  ¡Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filósofos ni de los letrados! ¡Certidumbre, certidumbre, sentimiento, gozo, paz! El Dios de Jesucristo. «Mi Dios, Dios de ustedes». Tu Dios será mi Dios. El mundo olvidado, y todo excepto Dios. Uno se encuentra a sí mismo sólo por el camino de las direcciones que se enseñan en el Evangelio. ¡Oh justo Padre, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido! Alegría, alegría, alegría, lágrimas de alegría. Me separé de Él. «Me han abandonado a mí, fuente de agua viva» ¿Dios mío, me dejarás? ¡Que nunca me separe de Ti eternamente! «Esta es la vida eterna, que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y al que has enviado. Jesucristo, Jesucristo»". 
En su artículo secular sobre el movimiento, la Enciclopedia Británica relata que los Jansenistas en general fueron forzados a abandonar la Iglesia Católica por persecución física, y de forma desdeñosa cuenta: "Los jansenistas que se quedaron en Francia habían caído entre tanto en días malos. La persecución a menudo engendra histeria en sus víctimas, y los miembros más extravagantes del partido continuaron en un camino que continuó con profecía apocalíptica y 'el hablar en lenguas'." 

El liderazgo de un joven jansenista francés, Francois de Paris, también se relacionó con eventos que fueron descritos por otros como "trances" en los que la gente decía profetizar y testificaba milagros, a la vez que se levantaba un número de "profetas convulsionarios". Se decía que la gente entraba en éxtasis y que muchos eran movidos a profetizar y a enunciar expresiones incomprensibles en estado 'inconsciente', con "sonidos inarticulados alternados, con cantos insconcientes de himnos", seguidos de una rara recolección de lo que se había dicho (Thomas, 212).

Por estas descripciones se piensa que la llenura del Espíritu y el hablar en lenguas pudo haber sido algo bastante común en la última parte de la historia del movimiento jansenista. Los detractores les describían despectivamente como "convulsionarios" de forma despectiva, pero los jansenistas tenían "un sentir de que el Espíritu Santo estaba presente dentro de ellos y un sentir de comunicación directa con Dios" como resultado de la manifestación bíblica (Lombard, 2005:123)

La gente sacerdotal de la época consideró las manifestaciones del Espíritu como algo "herético" y dentro del mismo movimiento jansenista hubieron quienes llegaron a desantender el hablar el lenguas y a desapegarse de la concepciones que se tenían al respecto. Eventualmente, el mismísimo Jansenio se volvió y se fue apegando más a la Iglesia Católica, mientras que otros Jansenistas se salieron de ella.  Cabe destacar, sin embargo, que aunque entre los Jansenistas se llegó a experimentar presumiblemente el hablar en lenguas, en realidad ellos ponían más atención y tenían más interés en las sanaciones milagrosas y sobrenaturales.

6.6. Los Anabautistas

Entre el 1500 y el 1800 hubieron distintos grupos de Anabautistas, aunque los más influyentes fueron los anabautistas evangélicos que trataban de seguir lo que ellos percibían como un modelo del Nuevo Testamento para ccrear comunidades pacíficas. Entre los Anabautistas se encontraban los Hermanos Suizos, los Hutitas y los Menonitas, de los cuales se comenta: 
"Un prominente líder Anabautista llamado Menno Simmon, cuyos seguidores serían conocidos como Mennonitas, escribió acerca de hablar en lengyas como si fuera una esperada evidencia de recibir el Espíritu Santo. Muchos anabautistas tempranos alababan de forma bastante expresiva: en palabras de un texto secular de historia, ellos participaban en "prácticas evangélicas entusiastas, muy emocionados... lo que los estadounidenses llaman 'holly rolling'.".. la congregación a veces gritaba y bailaba, y siempre cantaba himnos con gran fervor". Los anabautistas, conocidos como la parte radical de la Reforma, no estában satisfechos con el énfasis de la 'Sola Scriptura' (Sólo la Escritura') de Lutero y Calvino. Afirmaban que la voz interna del Espíritu Santo toma una precedencia enfática más que la Palabra externa de la Escritura. Muchos reportes de reuniones llenas altamente, que incluían el hablar en lenguas, están registrado en la literatura anabautista" (Liardon, 2006:27)
El Dr. William J. Samarin, egresado de la universidad de Toronto y Profesor de Lingüística en en la Fundación del Seminario Hartford es un incrédulo que en su estudio sobre la glossolalia comenta otra vez: 
"En relación a grupos de antaño, los Camisardos y Jansenistas del siglo diecisiete en Francia y los Anabautistas y los Waldenses en el siglo veinte, son todos citados como ejemplos de gente que llegó a practicar la glossolalia..." (Thomas, 211). 
Otros autores también han afirmado que, a pesar de que la mayoría de las fuentes seculares no hacen mención de esto, los anabautistas en Alemania llegaban a manifestar la llamada práctica de la glossolalia (Nichol, 1966; Philips, 2011:34). 

Los anabautistas también viajarían a otras partes del mundo escapando la persecución religiosa en Europa (pues entre tanto, los católicos, luteranos y calvinistas los perseguían con violencia), y de los grupos que surgieron más tarde a partir de ellos se conformaron comunidades de husitas, los Amish y diversos grupos menonitas. Sin embargo, con el paso del tiempo y las generaciones, los grupos se fueron deslindando de algunos puntos teológicos de sus predecesores, de manera que muchas de estas comunidades empezaron a tomar tradiciones religiosas basadas en un sistema cultural, étnico, que ya no tenía las mismas experiencias.

6.7. El Quietismo


El quietismo es el nombre dado (especialmente por sus opositores teólogos de la Iglesia Católica Romana) a un conjunto de creencias que se popularizaron en el cristianismo a través de Francia, Italia y España a finales de los años 1670 y 1680, y fueron particularmente asociadas con los escritos de Miguel de Molinos (y posteriormente François Malaval y Madame Guyon), los cuales fueron condenados como herejía por el papa Inocencio XI en 1687. 

La supuesta "herejía" quietista consistía en elevar el valor de la 'contemplación' ante Dios, y en enfatizar la quietud intelectual por encima de los rezos vocales, poniéndo un énfasis en la pasividad interior sobre la acción voluntariada. Los quietistas de alguna manera procuraban una experiencia mística (más allá de los sentidos) y un crecimiento espiritual por medio de una unión a la voluntad Dios.

Para lograrlo, los cristianos que practicaban el quietismo buscaban intimidad con Dios negando sus propios deseos o voluntad por completo en un momento y quedándose quietos esperando esa revelación. Eran acusados de pensar en que existía la posibilidad de alcanzar un estado sin pecado y de supuestamente procurar la unión con Dios, pero lo cierto es que las acusaciones que les imputaban los líderes religiosos de la época muchas veces era en referencia a creencias muy alejadas de lo que realmente predicaban. 

No todos los quietistas predicaban el mismo mensaje o tenían las mismas concepciones, porque el quietismo no era un grupo organizado como tal, sino que era una práctica filosófica-teológica religiosa que se había hecho más común en la época. Los cristianos cuáqueros, por ejemplo, orarían de forma similar y acualmente la práctica de la oración quietista se asimilaría en aspectos a la oración devocional o contemplatativa. 

Los llamados quietistas no solo fueron ex-comulgados en muchas ocasiones, sino también apresados y perseguidos por la Inquisición. Sin embargo, un registro dice que en el despertar quietista un estimado de 60,000 cristianos que antiguamente habían sido católicos experimentaron vivencias de glossolalia pentecostal (o la capacidad de hablar en lenguas) (Knox, p. 372-376, en Mullings, 2010:189). 

6.8.1.  En la época del reavivamiento inglés

Durante el siglo XVIII, ya habían muchos grupos religiosos de creyentes en Inglaterra. Habían dos bandos en la Iglesia Anglicana: el alto anglicanismo y el bajo anglicanismo, el primero de los cuales abogaba más por el apego a los líderes eclesiásticos, mientras que el segundo trataba de prestar más atención a la enseñanza de Cristo por realizar obras caritativas y cuidar de los menos afortunados. Cada vez habían más disidentes del anglicanismos (creyentes que se preferían congregar en iglesias no denominaciones o evangélicas, que se relacionaban con el movimiento congregacionalistas. 

En medio de este panorama, habían muchas controversias (por ejemplo, la del deísmo), pero una de ellas fue impulsada por el clérigo anglicano Conyers Middleton, quien con escepticismo decidió escribir "Introductory Discourse and the Free Inquiry" y rechazó recuentos antiguos y contemporáneos de milagros y de gente que hablaba en lenguas, pues suponía que, de todos los dones profesados en la iglesia primitiva, el de hablar en lenguas era el que había cesado de forma más evidente e inmediata. Middleton habló retando a todos "las grupos de cristianos, de nuestros días, con sus 'presuntuosos dones'," o "pretendidas revelaciones, visiones proféticas e impresiones divinas"

En esa época, tanto Anglicanos, como grupos reformados, y, por supuesto, los bautistas ortodoxos, se mantuvieron en general diciendo que los milagros habían cesado, que el bautismo en el Espíritu Santo no era una experiencia sobrenatural moderna, y que ya nadie hablaba en lenguas, a diferencia de los tiempos antiguos. 

A pesar de la oposición, algunos cuáqueros y metodistas eran entusiastas sobre la posibilidad de que estos dones y experiencias estuviesen disponibles. A partir del Primer Gran Despertar que impactó a la Europa protestante, así como en las colonias americanas de la Gran Bretaña en el siglo XVIII, los movimientos se convirtieron en una experiencia prominente y controvertida del revivalismo protestante, también conocido como el movimiento restauracionista (en referencia a la restauración del cristiano primitivo). 

Los partidarios de los avivamientos eran de varias denominaciones, incluyendo presbiterianas, congregacionalistas, bautistas y metodistas, y quienes eran abiertos a estas experiencias, argumentaban que salir temblando, gimiendo, gritando y cayendo al suelo "como muertos" eran muchas veces signos del poder divino en gente arrepentida que tomaba conciencia de su propio pecado. Estos sobresaltos corporales, así como la convicción del pecado y la culpa, terminaban luego en una experiencia de conversión consciente, que se describía con un carácter de suma paz y alegría.

6.8.2. Los hermanos Wesley y los metodistas


John Wesley y Charles Wesley habían sido predicadores anglicanos que comenzaron a enfatizar muchas cosas que los cristianos británicos habían dejado de lado en el anglicanismo. Después de haber escudriñado las Escrituras, ambos se convirtieron en solo predicadores radicales de arrepentimiento y santidad a Dios,y también impulsaron un movimiento para crear grupos que estudiaran la Biblia de forma metódica profundizando en su significado. Por esto última razón comenzarían a ser llamados 'metodistas', aunque ellos no querían que el metodismo se convirtiera en una nueva denominación.

Si bien, no hay documentos que registren que ellos hubiesen tenido una propia experiencia sobrenatural, a los hermanos Wesley les resultaba muy llamativo el tema de los dones espirituales y el Espíritu Santo, y en 1734 acudieron a Moravios cristianos para aprender de la doctrina. 

De acuerdo a Knox (466-469; en Mulings, 2010:189), los Wesley testificaron sobre prácticas 'pentecostales' del Espíritu en algunas personas en Georgia. 

John Wesley, George Whitefield y Jonathan Edwards, todos ellos predicadores de masas, registraron en escritos suyos relatos de personas que caían al suelo mientras ellos estaban predicando o ministrando. 


Los calvinistas, Jonathan Edwards, en su escrito "Charity & Its Fruits", 29, y George Whitefield, en su sermón "The folly and danger of being not righteous enough", dejaron en claro su postura cesasionista. 

Sin embargo, en el mismo escrito, Whitefield aclaraba que no lo era del todo en el sentido estricto, pues decía que era "necesario" sentir de forma poderosa al Espíritu Santo, comentando: "Aunque nuestros predicadores modernos no nieguen en sí el Espíritu de Dios, no obstante dicen que 'Los cristianos no deben sentirlo', lo cual, en efecto, es negarlo". 

John Wesley, por su parte, como metodista bíblico, consideraba que caerse y tener otros movimientos corporales bruscos no eran eventos sobrenaturales sino respuestas humanas naturales ante el "testimonio" de lo sobrenatural o reacciones subsecuentes de ser "testigos" del Espíritu Santo en la conversión. Hubo ocasiones en que Wesley atribuyó ciertos sobresaltos corporales al intento de Satanás de perturbar el proceso de conversión, pero en otros casos, describió los movimientos corporales como respuestas humanas naturales al intenso amor de Dios. 



Wesley también lamentaba la pérdida de los dones espirituales en la mayoría de los creyentes. Él no creía que los dones hubiesen dejado de ocurrir por voluntad de Dios, sino por la incredulidad del hombre. En su sermón, "El camino más excelente", basado en la 1a de Corintios 12:31, Wesley escribió:
"En los versículos que preceden, San Pablo había estado hablando de los extraordinarios dones del Espíritu Santo; tales como sanar a los enfermos, profetizar (en el sentido propio de la palabra, es decir, predecir lo que vendrá), hablar en lenguas extrañas (como aquellas que el hablante nunca había aprendido9, y la interpretación milagrosa de lenguas. Y el Apóstol dice que estos dones han de ser deseables; sí, él exhorta a los corintios (al menos a los maestros entre ellos; a los que, principalmente, si no es que exclusivamente, solían incluirse en los primeros siglos de la Iglesia) a desearlos seriamente, para que así pudieran ser considerados como más útiles ya sea para los cristianos o para los paganos... 
No parece que estos dones extraordinarios del Espíritu Santo hayan sido tan comunes en la iglesia por más de dos o tres siglos. De forma muy ocasional escuchamos de ellos después de ese período fatal en el que el emperador Constantino se hizo llamar cristiano, momento desde el cual vino una vana imaginación de promover la causa cristiana para con ello amontonar riquezas y poder, y honra, de los cristianos en general; aunque en particular del clero cristiano.  
A partir de ese momento los dones cesaron casi totalmente; encontramos muy pocos ejemplos de ellos después de eso. La causa de esto no fue (como se ha supuesto vulgarmente) "porque no hubiese más utilidad de ellos porque todo el mundo se había vuelto cristiano". Esta afirmación es un error lamentable: ni una vigésima parte de la gente era entonces nominalmente cristiana. La verdadera causa fue que "el amor de muchos," de casi todos los que se hacían llamar cristianos, se había "enfriado". Aquellos cristianos tenían tanto del Espíritu de Cristo como los otros paganos. El Hijo del Hombre, cuando vino a examinar su Iglesia, apenas podía "encontrar fe sobre la tierra". Esta fue la verdadera causa por la que los extraordinarios dones del Espíritu Santo ya no se encontraban en el cristianismo - porque los cristianos se convirtieron en paganos de nuevo, y sólo una muerta apariencia se les había quedado". 
El punto en sí del sermón de Wesley era explicar que a pesar de que poseyéramos todos los dones, como decía el Apóstol Pablo, si no tuviésemos amor, de nada servirían, porque terminaríamos perdidos sin el amor de Dios y la santidad en nuestras vidas. 



No obstante, Wesley sí creía que una minoría de cristianos había seguido experimentando los dones del Espíritu Santo y al amor de Dios, y que éstos eran importantes. Cuando el contensioso Conyers Middleton le escribió a Wesley alegando de que el don de las lenguas no existía en los registros de la iglesia posteriores a la época apostólica, Wesley replicó con 4 argumentos que abrian la puerta al continuacionalismo (Liardon, 30):
  1. Muchos escritos antiguos ya no se conservan.
  2. Muchos cristianos del pasado no escribieron libros. 
  3. Los líderes cristianos antes del tiempo del Concilio en Nicea no dijeron que las lenguas hubiesen cesado con los apóstoles; 
  4. Sólo porque el hecho de hablar lenguas no haya sido algo que se hubiera registrado en muchos escritos, no significa que no fuese practicado. 
En su carta, Middleton (que tenía tendencias deístas), no solo alegaba que no habían registros históricos modernos sino que rechazó fríamente algunos relatos milagrosos de algunos padres de la Iglesia, así que John Wesley escribió: 
"Puede que muchos hayan hablado con nuevas lenguas pero no se haya escrito al respecto: al menos, los registros puede que se hayan perdido en el curso de muchos años.  
Aún más; no solo es posible que haya sido así, sino que es absolutamente cierto que así fue, y usted mismo deber reconocerlo: porque usted reconoce que los Apóstoles, cuando estaban en países extraños, hablaban en lenguas extrañas: así fue con San Juan, por ejemplo, cuando estuvo en Asia Menor; con San Pedro, cuando estuvo en Italia (si es que realmente estuvo allí), y con los otros apóstoles, cuando estaban en otras naciones; en Partia, Media, Frigia, Panfilia, hablaron cada uno a los nativos del lugar en sus propias lenguas las maravillas de Dios. Y sin embargo, no hay ni un registro auténtico de esto: no hay, en toda la historia, un solo ejemplo bien verificado de que un Apóstol haya ejercido este don en país alguno. Pues bien, si el argumento de usted fuese concedido, ¿cuál sería la consecuencia? Pues que ni los mismos Apóstoles hayan hablado más en lenguas que cualquiera de sus sucesores. 
No necesito, por lo tanto, preocuparme por los razonamientos subsecuentes que usted hace, en vista de que usted está basándose en tal fundamento. Sólo debo observar un error histórico en el que usted cae en el final de su página. Usted dice que desde la Reforma "este don nunca ha sido pretendido sino sólo por los mismísimos Romanistas" (p.122). Pero, ¿acaso no se ha reclamado, sea con razón o no, por otros, que no son de los Romanistas? ¿"Nunca se ha oído" de ello desde ese tiempo? Señor, su memoria le falla otra vez. 
Sin duda se ha dicho que ocurre, y se ha dicho no muy lejos de nuestra época y país. Se ha escuchado de ello más de una vez, no más lejos de los valles de Delfinado. ¿No acaban de pasar 50 años desde que los habitantes Protestantes de aquellos valles decían tener tan abiertamente estos y otros dones milagrosos, tanto que hasta muchos se perturbaron en la misma ciudad de París? ¿Y cómo es que el Rey de Francia confrontó esa presencia, y previno que dejara de escuchara al respecto? No fue con la pluma de los entendidos, sino (de la manera verdaderamente pagana) con las espadas y las bayonetas de sus soldados.   
Todos estos [dones espirituales] eran causados por un mismo Espíritu, repartiendo a cada persona varios de éstos según quisiera Él, y cómo Él le da a cada hombre, asimismo Él le da a cada Iglesia, a cada cuerpo colectivo de personas,... 
Viendo que Dios obra como Él quiere; Él puede, sin el permiso de usted, darle el don de lenguas en donde otros no lo tienen; y Él puede tener abundantes razones para darlo, aunque usted y yo no las tengamos. Porque quizá no siempre hemos conocido la mente del Señor, pues no somos parte de sus consejeros. Por otra parte, a Él le puede parecer bueno conceder muchos otros dones, incluso si conceder este no fuese su voluntad... Ciertamente hay algo muy peculiar en lo que usted escribe; algo extraordinario, aunque no milagroso: ¡que un hombre demasiado sabio como para creer en la Biblia haya de creer en todo menos en la Biblia!... 
El clero moderno de Roma sí se adjudica crédito y riquezas en base a sus supuestos milagros, pero el clero antiguo no ganaba nada a partir de sus milagros, nada sino solo "ser afligidos, destituidos y atormentados". Unos ganaron de todo con ello; los otros perdieron todas las cosas. Y esto, pensamos, es lo que hace algo de diferencia. 'Incluso en esta misma hora', dijo uno de ellos (escribiéndole a aquellos que siempre querían confrontarlo, si no hablaba la verdad), 'tenemos hambre y sed, hemos sido desvestidos, somos abofeteados, y no tenemos lugar donde vivir. Al ser vituperados, bendecimos; al ser perseguidos, lo sufrimos; al ser difamados, rogamos. Nos hemos vuelo como escoria para el mundo, como el desecho de todas las cosas hasta el día de hoy'. 1 Cor. IV. 13. Ahora, señor, piense lo que piense sobre los demás, nosotros sostenemos que un clero como tal, trabajando como tal, hasta la muerte, con tal crédito y riquezas, no debe ser acusado de fraude y falsificación...   
...¿Me permite hablarle francamente? ¿Puedo, sin ofenderle, preguntarle a ustedes que se dicen cristianos, preguntarles qué es lo que realmente han perdido dando su presente opinión de que el sistema del 'cristianismo actual es algo de Dios? Aunque carguen el nombre, ustedes no son cristianos: ustedes no tienen ni fe ni amor. No tienen la evidencia divina de las cosas que no se pueden ver; no han entrado a la vida más santa por la sangre de Jesús. No aman a Dios con todo el corazón, ni aman al prójimo como a sí mismos; no son ni bienaventurados ni santos. No han aprendido a encontentarse en todo estado, a regocijarse, aún en la escasés, el dolor o la muerte; y a dar gracias en todo momento. No son santos de corazón..." [John Wesley, Bp. John Emory, Thomas Jackson. 1831. "The Works of the Rev. John Wesley, A.M.: Miscellaneous". Carlton & Porter]
Wesley también atribuía el problema de la malinterpretación histórica a la obra engañosa de la religiosos que tenían celos de los que sí tenían los dones. Por ejemplo, en la entrada de su diario del día 15 de agosto de 1750, Wesley escribió: 
"He quedado convencido de lo que hace mucho había sospechado: 1. Que los Montanistas, en el segundo y tercer siglo, eran cristianos reales y escriturales; y 2. Que la verdadera razón por la cual los dones milagrosos fueron decayendo tan pronto no fue solo que la fe y la santidad se hayan perdido igualmente, sino también que los hombres ortodoxos, formalistas y secos comenzaron prontamente a ridiculizar todos los dones que ellos mismos no tenían, y a censurarlos todos ya sea como una locura o como un fraude".
Wesley pensaba que la abundancia de dones espirituales se había vuelto muy escasa en la historia por causa de la incredulidad; no obstante, es claro que él creía que los dones espirituales habían sido instrumentales y de gran ayuda en las épocas anteriores que vivieron los cristianos predecesores, y en ese espíritu también buscaba que los cristianos regresaran a las bases del cristianismo primitivo y por ello creía que una iglesia completamente restaurada los tendría otra vez en una época futura antes del regreso de Cristo.

En las reuniones metodistas de reavivamiento, Wesley solía predicar al aire libre haciendo un énfasis en la necesidad de arrepentimiento radical, en el libre albedrío, y la necesidad de vivir en Santidad. Un historiador hostil contra Wesley escribía: "Disturbios extremadamente sentimentales, éxtasis y espasmos corporales de distinta clase fueron comunes en el Reavivamiento Wesleyano del siglo dieciocho en Inglaterra", con gente en las reuniones que exhibía "reacciones motrices violentas, agitaciones y estremecimientos" y clamores (Liardon, 30). 

6.8.3. John Fletcher 


John William Fletcher (1729-1785 d.C.) fue un predicador suizo que era un colega estimado de John Wesley. En su teología, Fletcher enfatizaba el reconocimiento de la necesidad de experiencias personales con el Espíritu Santo de Pentecostés, pues creía que "todo siervo fiel del Señor está capacitado para profetizar con la llenura de su corazón, y de hablar las obras maravillosas de Dios". 

Este hombre era conocido por su carácter de piedad y generosidad, su énfasis en la oración, humildad y caridad. Asímismo, creía firmemente en la libertad de voluntad y por ello rechazaba las doctrinas calvinistas de la elección incondicional y el sacrificio limitado. Fletcher creía firmemente en la gracia de Dios y al mismo tiempo en la entera santificación de los creyentes por medio de una vida de santidad cristiana. 

De acuerdo a Fletcher, los "dones extraordinarios" del Espíritu dados en el Pentecostés habían sido "peculiarmente necesarios" para los apóstoles y eran enteramente "distintivos" del Espíritu Santo. Fletcher señalaba que el Espíritu Santo podría darle la completa posesión de los dones a un individuo con el propósito de la "edificación de la Iglesia", y a pesar de todo también señalaba que la presencia de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23), no los dones del Espíritu, era lo que en verdad demostraba que un individuo era un templo fiel del Espíritu Santo. En este contexto, un filósofo contemporáneo llamado Voltaire describió a Fletcher como un ejemplo perfecto de carácter similar al de Cristo.

7. En la época contemporánea

7.1. En el Segundo Gran Despertar y Charles G. Finney

Originario de Connecticut, Charles Grandison Finney era un abogado de 29 años en Nueva York, cuando llegó a él la gran pregunta sobre la salvación de su alma y a donde pasaría la eternidad. Fue el 10 de octubre de 1821 cuando Finney salió al bosque para hablar con Dios y darle su corazón a Cristo. Después de varias horas, regresó a su oficina donde experimentó un encuentro inesperado con el Espíritu Santo.
"Yo estaba a punto de tomar asiento junto a la chimenea, cuando recibí un poderoso bautismo del Espíritu Santo. Sin haberlo esperado, sin haber tenido la idea en mi mente de que había algo así para mí, sin ningún recuerdo de haberlo escuchado  en mi vida por una sola persona en el mundo, el Espíritu Santo descendió sobre mí de una forma en la que parecía pasar a través de mí, de mi cuerpo y de mi alma. Podía sentir la impresión como una ola de energía eléctrica pasando a través de mí. De hecho, parecía venir como oleadas y oleadas de amor líquido; porque no podría expresarlo de otra manera. Parecía que era el respirar mismo de Dios. Puedo recordar claramente que me parecía como si Él me abaniacara, como inmensas alas. 
No hay palabras para expresar el maravilloso amor que fue derramado en mi corazón. Lloré en voz alta de alegría y de amor; y no sabía ni qué decir; literalmente emití indebles bramidos efusivos desde mi corazón. Esas ondas vinieron sobre mí, y sobre mí, y sobre mí, una tras otra, hasta que me acuerdé y grité, "Moriré si estas olas siguen pasando por encima de mí". Le dije: "Señor, ya no aguanto;" sin embargo no tenía miedo de morire" [Charles Grandison Finney. 1876. Memoirs of Reverend Charles G. Finney Written By Himself (New York: A.S. Barnes, 1876), 13–23. (Véase el Capítulo II: Conversion to Christ].
Después de esta experiencia, Finney se preparó para el ministerio en la Iglesia Presbiteriana y fue ordenado como predicador en 1824. Poco después comenzó actividades misioneras y comenzó a predicar, llevando cientos de personas a Cristo.  En esa época, comenzaron a la par los movimientos de reavivamiento del Segundo Gran Despertar, pero la antigua escuela prebisterianos resintió el movimiento debido a la teología calvinista que tenían. Los calvinistas enseñaban que una persona no vendría a creer en el Evangelio si Dios no los había elegido para la salvación. Finney, por otro lado, decía que la incredulidad era un "no querer", y no un "no poder", y podría ser remediado si la persona decidía aceptar a Cristo. Otros religiosos congregacionalistas y unitarios le criticaron de igual manera. Sin embargo, Finney continuó evangelizando y predicó 98 sermones entre septiembre de 1830 y marzo de 1831 en Rochester, Nueva York. Mucha gente acudía a sus reuniones y dejaba sus trabajos para ir a escucharle. Tiempo después, Finney se volvió predicador en la Segunda Iglesia Libre Presbiteriana, pero pronto se decepcionó del presbiterianismo y predicó en otras iglesias independientes. 


Finney enseñó teología en la universidad Oberlin, y también fue elegido director, lo cual le permitió dedicarse a defender reformas sociales, especialmente la abolición de la esclavitud. Escribió bastantes libros y artículos y es llamado por los historiadores el "padre del reavivalismo moderno" por la enorme influencia que tendría y las almas que dirigiría a convertirse al cristianismo. Sus Conferencias sobre reavivamientos en la religión (1835) serían de especial importancia. 



Respecto a uno de los recuentos sobre su ministero, Thomas R. Edgar escribió:
"Sobre el tema de los fenómenos en los avivamientos, me encontré con 'Las Memorias de Charles G. Finney - El texto completo Restaurado' (anotado por la edición crítica de Rosell y Dupuis, (publicado por Academic Zondervan, 1989), Las memorias publicadas anteriormente por Finney habían sido censuradas de cualquier referencia a incidentes y eventos que fuesen considerados ofensivos o demasiado inusuales y no se ajustaran a la expectativa del Norte de Estados Unidos o al cristianismo de ese momento. Al trabajar con sus 'Memorias' íntegras encontré incidentes... su enfoque que parecía ausente en algunas partes del Gran Despertar del siglo anterior. Él describe (en el texto restaurado) la manera en que fue, en su conversión, el impacto de la presencia del Espíritu Santo en su anciano de la iglesia ("un hombre muy serio") y cuando Finney comenzó a explicar cómo Dios había llegado a él, el anciano Bond 'cayó en una risa de lo más espasmódica... que era imposible para él dejar de reírse',.. parecía ser un espasmo que era irresistible..." (p.24) 
Durante la época del Segundo Gran Despertar, a principios del siglo XIX, tanto Charles G. Finney (1792–1875) como Wesley y Peter Cartwright (1785–1872) registraron comportamientos particulares en medio de las predicaciones. Entre el 1735-1740, Cleveland (107-8) comentaba: 
"Inglaterra, Escocia e Irlanda en el siglo XVIII representan ejemplos de epidemias emocionales en las temporadas de reavivamiento. John Wesley registra numerosos casos de personas que caían al piso en el momento de la predicación "como si fueran golpeados por un rayo". En la parroquia de Cambuslang, Lanarkshire, Escocia, en 1742, númerosas personas fueron regarduyidas de pecado bajo la predicación del ministro, un admirador de Whitefield, y fueron dejados con la mayor de las agonías sobre el estado de sus almas. No sólo pronunciaron gritos de lo más penetrantes, sino que también sus cuerpos fueron violentamente agitados; batiendo las manos..., temblando, estremeciéndose, desmayándse... De nuevo, alrededor del año 1774, desmayos y movimientos similares ocurrieron en Kentucky y se volvieron comunes la parroquia (protestante) de Northmaven entre las Islas Shetland... Los Jumpers, un grupo metodista que se originó en Cornwall, todavía retiene sus adherentes en Gales, y presenta una similitud de lo más cercana a los jerkers del reavivamiento de 1800".
Cuando el Gran Despertar hubo llegado a la Universidad de Yale en 1741, el Decano, el reverendo Samuel Johnson, escribió: "...Muchos de los estudiosos se han obsesionado por él; y dos de los candidatos de este año fueron privados de sus títulos por intentos desordenados e inquietos de propagarlo". Él describe el efecto en la vida de las personas afectadas por el reavivamiento como "el entusiasmo más extraño e inexplicable que quizá jamás haya llegado en cualquier edad o cualquier nación... incluso sus cuerpos son con frecuencia afectados en ocasiones por movimientos de lo más extraños y agitaciones involuntarias y como calambres, que a veces también le han sucedido a los que llegan como meros espectadores... " (en su carta de 03 del octubre 1741, a George Berkeley, publicada en 'El Gran Despertar en la Universidad de Yale, por S.Nissenbaum)". 

7.2. Serafín de Sarov


Mientras tanto, en Rusia, había otro hesicasta llamado Serafín de Sarov (1754-1759), un monje ruso y místico cristiano de la Iglesia Ortodoxa enfatizó la oración en contemplación, la theoria, y la negación personal en la vida cristiana. 

Sarov  enseñaba que el propósito de la vida cristiana comprendía en el recibimiento del Espíritu Santo. Sarov dijo tener experiencias espirituales y un número distinto de visiones; también llamó la atención por su reputación de tener el don de sanación y el don de la profecía. En una de sus frases, dijo: "Es necesario que el Espíritu Santo entre en nuestro corazón. Todo lo bueno que hacemos, lo que hacemos por Cristo, nos es dado por el Espíritu Santo, pero la oración, más que cualquier cosa, que siempre está disponible para nosotros". 

7.3. La controversia Irvingita

En los 1800s en la Iglesia de Escocia, Edward Irving, bajo una visión continuacionalista, escribió que el don de hablar en lenguas era poderosamente evidente en su congregación, y que era "un gran instrumento para edificación personal, sin importar lo misterioso que pueda parecer para nosotros". De hecho, como el Apóstol Pablo lo dice en la Primera carta de Corintios 14:2: "Aquél que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende, sino que en su espíritu habla misterios" 

En el siglo XVIII, los miembros de la congregación de Irving que tenía una doctrina de apostolado, empezaron a ser llamados por la gente "Irvingitas", y su movimiento se caracterizó por decir que tenían apóstoles, profetas y hablaban en lenguas, además de otros dones que eran impartidos tanto a hombres como a mujeres en la congregación. 

Edward Irving era un presbiteraiano escocés que predicaba enfáticamente sobre la Segunda Venida de Jesucristo y llegó a ser conocido como alguien que enfatizaba el don de hablar en lenguas, pero el movimiento fue empañado por más controversias doctrinales. "Hubo un breve estallido de milenarismo inspirado por Edward Irving, pero después de la muerte del notable predicador en 1834 el fuego de su movimiento se acabó, y ya no se escuchó de profecías ni de hablar en lenguas, lo que había caracterizado su apogeo. Sus seguidores se fueron desviando cada vez más y más, acercándose a las doctrinas del alto anglicanismo... Los inicios del Movimiento Tractariano en Oxford se suelen fechar en... 1833. El crecimiento del ritualismo y prácticas asociadas con la Iglesia romana dieron lugar a temores de que el Movimiento de Oxford estuviese llevando a una gran parte de la Comunión Anglicana de nuevo a los brazos de Roma... y numerosos fieles anglo-católicos dejaron la Iglesia Anglicana para ir a Roma o a los Irvingitas... " [Webb 126-7]. 

"En 1835, los seguidores de Irving organizaron la Iglesia Católica Apostólica, dirigida por doce apóstoles, de los cuales, al menos uno se esperaba estar vivo en la Segunda Venida. Cuando el último de los doce originales murió a una edad avanzada en 1901, el grupo se terminó" [Boyer 87].

Tras las afirmaciones de Irving, distintos clérigos de la época victoriana británica dedicaron diversas páginas al tema de hablar en lenguas, tratando de justificar sus propias creencias de que estos dones ya no ocurrían, o que habían sido otra cosa distinta de lo que el texto decía. Algunos de los detractores dijeron que éstos Irvingitas habían hablado por causa de espíritus malignos y que el movimiento no era de Dios.  Uno de esos escritos fue publicado en la publicación "The Christian Examiner and Church of Ireland Magazine" donde un clérigo bautista les criticaba escribiendo lo siguiente:
"Nuestros comentarios sobre lo Pentecostal y otros derramamientos similares serán muy breves, y principalmente confinados a la consideración de circunstancias particulares que aluden a la amonestación del apóstol a la Iglesia de Corintio. Es en los términos de esta amonestación en la que nuestros amigos que sostienen una renovación de este milagro en la congregación del Sr. Irving basan principalmente su opinión, así como lo es en otra parte del mismo pasaje: que aquellos que buscan una renovación de los dones milagrosos están dispuestos a recibirlos...  
Las circunstancias en las que estaban los Apóstoles, requería el uso de los medios proporcionados a terminados. Ellos estaban en una profunda aflicción y abatimiento, y los dones prometidos del Espíritu eran esenciales para ayudarlos: tenían que predicar el Evangelio por el mundo, y su ignorancia de lidiar con las dificultades de lenguas extrañas, adquiriendo tales poderes naturales podría ser sin igual, o para obtener aquellos para lo que no tenían tiempo, y parecería que como precursores de su viaje evangelizador, y testificando sus dones, de algún modo serían útiles, por lo cual, los judíos que residían en tierras distintas podrían ser enlistados involuntariamente en el servicio del Evangelio. Todo esto fue cumplido en el día de Pentecostés, cuando un milagro indiscutible que ocurrió, una señal dada a los Apóstoles para que su Señor tuviera en verdad todo poder comunicado por Él en el cielo y en la tierra, para que comunicaran desde arriba el poder y confiadamente pudieran continuar... 
La posesión de al menos algunos de estos dones parece haber sido el privilegio de mayor parte de los creyentes. En muchas ocasiones en la historia Apostólica, su comunicación ocurre, y tenemos razones para creer que las iglesias o comunidades plantadas por los Apóstoles, las recibieron abundantemente, pues, aunque Corintio es la única mencionada, aún así, la forma del lenguaje implica que otras compartían los dones de gracia, porque justo se dice que "no se quedaban atrás en ninguno de los dones de gracia", no que fueran favorecidos particularmente o de forma prominente.  
Estamos conscientes de que muchas preguntas pueden surgir en relación a este tema, a lo cual solo podemos responder con una confesión de nuestra ignorancia, dado que poco es revelado para nosotros sobre el tema... Podemos, sin embargo, concebir, lo importante que en el periodo Apostólico debió haber sido para la iglesia naciente el derramamiento del Espíritu... 
Nuestra opinión, por lo tanto, es decididamente esta: que el hablar en lenguas no era sino uno de muchos dones que fueron dados a la iglesia primitiva, pero fue el mejor calculado como señal de aquellos reunidos en el día de Pentecostés, de manera que fue comunicado de manera muy general a través de las primeras iglesias plantadas, y fue un testimonio del Espíritu de Dios morando en su Iglesia, para aquellos que sabían que el uso de las lenguas extranjeras no era adquirido, sino milagroso, y que su uso a los Apóstoles como mensajeros celestiales resultó esencial; aunque en este caso la evidencia de su uso de lenguas que fueran milagrosas se vuelve menos y menos claro.... 
Añadiríamos también que, como ninguno de los Apóstoles parecía haber tenido el poder de una forma ordinaria de transmitir estos dones, estos debieron haber cesado eventualmente con la remoción de la generación que siguió a los Apóstoles, cuando su necesidad como medios de edificación extraordinaria dejó de existir, al igual que la falta de medios extraordinarios para la difusión del Evangelio, dado que ya había conversos que habían tomado el lugar de los primeros plantadores de la semilla de la palabra... 
La visión que hemos dado de esta notoria manifestación del Espíritu, aunque sea imperfecta, puede ser suficiente para mostrar cuan débil y fútil son los intentos de profetas modernos de encontrar sus pretensiones en las direcciones apostólicas. Aún cuando las doctrinas que están siendo enseñadas por estas personas fuesen verdaderas, las circunstancias que se relacionan a las lenguas prueba que es uno de los ejemplos más torpes de auto-engaño que jamás haya requerido la atención del psicólogo, y la peculiar debilidad de sus argumentos a favor, por sí misma, echaría fuera sus pretensiones. 
Cuando añadimos también, que presunciones similares se han hecho periódicamente en todo país protestante, que las masas de Profetas Franceses a nuestro conocimiento, están llenas de especímenes similares de razonamiento inescritural (o más bien, desvaríos), el hablar en lenguas, curar enfermedades, resucitar a los muertos, y todo lo infundido en la "posibilidad" de un reavivamiento de dones espirituales, nosotros no nos creemos tan presuntuosos si, sin dar una opinión sobre la probabilidad de tal reavivamiento, damos nuestra más decidida protesta contra aquello que recientemente fue exhibido en la capilla de Requent Square bajo el servicio del Sr. Irving" [429. Remarks on the Revival of Spiritual Powers in the Church. Por el Reverendo Bautista W. Noel; Londres, 1831. en Modern Fanatiscm Unveiled, y Miracles and Spiritual Gifts, por el Reev. Hugh M''Neile, A. M. Rector de Alburey, Surrey, Londres, 1832]
También en la Inglaterra Victoriana, a mediados del siglo XIX, había otro personaje llamado Henry Blunt, (Rector de la Iglesia Anglicana Streatham), que publicó su tratado "Two discourses upon the trial of the spirits", citando a Agustín y a personajes como Isidoro de Sevilla y Richard Baxter, con la intención de convencer a la gente que los dones del Espíritu habían cesado y que, por así decirlo, los creyentes debían alejarse de todo espíritu o de toda persona que viniera a decir lo contrario. 

En respuesta a personas como Noel y Blunt, un autor cristiano llamado A. Douglas publicó en 1834 un excelente libro crítico llamado "A Warning Voice to the People of Chelsea and the Neighbourhood" en el que respondía atacando la visión cesacionista y exponía que el hecho de negar las acciones sobrenaturales del Espíritu Santo en la historia de la Iglesia equivaldría a constituirse un mismísimo anti-Cristo, y Douglas lo argumentó de la siguiente forma:
"De las muchas distintas maneras en las que el Espíritu Santo se manifestó en Sí mismo en la iglesia primitiva, el libro de los Hechos de los Apóstoles y sus epístolas a las iglesias dan multitud de ejemplos, y a estos cada uno de nosotros debemos acudir para adquirir sabiduría y conocimiento en relación a Sus dones y Sus frutos. Allí encontramos, y somos encargados de "aferrarnos a la forma de sus sanas palabras", y verdaderamente este llamado es de lo más necesario observar en estos días en que las formas de las palabras, que no son sanas, se utilizan por muchos que hablan y escriben en relación al Espíritu Santo y a los privilegios de la iglesia, para los cuales la edificación, el ministerio, y la perfección, el Espíritu Santo fue dado.  
Estas Escrituras hablan de un Dios, y un Mediador y un Espíritu, y un cuerpo, y una fe, y un bautismo, y repetidamente y expresamente declaran que no puede haber sino un mismo Espíritu Santo manifestado en diversidad de dones y obras internas; pero en nuestros días los hombres parecen creer más que el Espíritu Santo ahora ha cambiado totalmente Sus atributos esenciales y que ya no se manifiesta para nada como Él lo había prometido hacer hasta que regresara el Señor, como dice Juan XIV. XV. XVI.; o que hay dos Espíritus Santos: el que es momentáneo, y el otro que es un permanente invitado en la iglesia, el que habla, y el que es un agente silencioso, el que ejerce poderes milagrosos, y el otro que solo se enfoca en temas de santificación y salvación, el que se manifiesta a sí mismo en los dones, y el otro que lo hace en las gracias, el que es extraordinario, y el otro que es ordinario, el que es exclusivo de los días de los apóstoles y de la iglesia primitiva, y el otro que es común a toda la gente que vive ahora en la tierra.  
Las Escrituras más bien contienen muchas solemnes advertencias a la Iglesia, de que Satanás buscaría, y en gran medida prevalecería para oponerse a la obra del Espíritu Santo, falsificando la obra por la suya, para desacreditar las enunciaciones de los verdaderos profetas, enviando muchos falsos profetas en el mundo...
No es verdad, como el Sr. B. dice, que el Espíritu Santo declara en Hechos 2:16 que la promesa de Joel 2:28-29 fue "cumplida" en el día de Pentecostés... La promesa para todo creyentes no es 'este' o 'ese' don del Espíritu, sino el mismo don de Dios del Espíritu Santo, esto es, el Confortador mismo, recibido por el Señor Jesús del Padre, a su ascención, enviado a la iglesia, conforme a la fe de cada miembro individual del cuerpo.... No es verdad que "la experiencia de la iglesia" se haya ido por generaciones,... ni tampoco "la cesación de los dones en la iglesia de Dios..." puede probarse basándose en las opiniones de hombre que se excusa a sí mismos de buscar la llenura de la promesa del Señor, diciendo que las ocasiones de demostrar poder espiritual han "pasado", o que Dios ha quitado los regalos (Dios no roba ni le quita a la viuda ni al huérfano)...  
La promesa para la iglesia es una: a saber, la persona del Espíritu Santo para edificar el cuerpo en amor... Verdaderamente los líderes de la gente están haciendo que la gente erre, y aquellos que los guían son destruidos; porque aquí tenemos uno de los más respetados clérigos evangélicos de nuestra época, cuyo oído ha sido tan abusado por el enemigo, como para guiarlo a levantar su mano, (en ignorancia, sin duda, pero aún así, ignorancia culpable), contra la obra de Dios....  
Él afirma que la oración que nuestro Señor habló en Marcos XVI. 15-18 debe cortarse en dos partes, y que la primera parte, en relación al bautismo es la única que debe continuar, pero que la segunda parte, en relación a las señales que siguen al creer, sólo se aplica para la época apostólica... El método de Dios para tratar con Sus criaturas responsables es siempre el mismo: Él siempre les da a encontrar aquello que buscan sus corazones. 
Voltaire buscaba encontrar en la Biblia material para sus ocurrencias, y encontró mucho. Bayle buscaba justificar su propio escepticismo, y lo encontró. Los Socinianos buscaban pruebas de que el Señor Jesús no era más que una criatura, y están convencidos. El Calvinista busca argumentos para sus cinco puntos, y el Arminiano argumentos para refutarlo, y ambos asumen que tienen la victoria en la Biblia. Mas el que ama a Jesús le busca a Él en la iglesia en la persona del Espíritu Santo, y lo encuentra a Él, porque así lo desea; otros buscan pruebas del diablo en sus hermanos, y encuentran pruebas, porque así lo desean. Buscan la mentira, aman la mentira, obtienen mentira, se regocijan en la mentira y se condenan a sí mismos al lugar de los mentirosos... 
Les advertimos de las palabras de Jesús: "Cualquiera que hable contra el Espíritu Santo, no les será perdonado, ni en este mundo, ni en el mundo venidero". Les advertimos contra la infidelidad de los sacerdotes, que ahora seleccionan un texto y dicen "No le crean todos los espíritus, sino cuestionen los espíritus, aunque sean de Dios", y que con esto les dicen a sus rebaños, "¡No crean en ningún espíritu, y no prueben con ningún espíritu en absoluto!". Les advertimos contra el pecado y el peligro de ignorancia contraria al Espíritu Santo, porque un error en relación a la naturaleza o a la forma de Su obra es un obstáculo fatal en la manera en que cualquiera reconoce Su obra y recibe su bendición"
7.4. La congregación de Swedenborg

En Suecia, otro grupo cristiano, el de la llamada Nueva Iglesia (o Swedenborgianismo) se desarrollaba como un movimiento religioso que seguía la interpretación del científico y teólogo Emanuel Swedenborg. Él también estaba interesado en el don de lenguas, y el mismo Swedenborg escribió sobre el tema. Cuando un reavivamiento resurgió en Escocia y en Londres a principios de la década de 1830, la revista New Jerusalem Magazine, en de sus editoriales, trató de analizar si la cuestión se trataba de una posible restauración de los dones. Haciendo mención a reportes de gente que decía haber hablado en lenguas durante la oración y la adoración a Dios, el autor trató de censurar la forma en que aquellos periodistas educados como los del Edinburgh Review en Escocia habían estigmatizado el don como "jeroglíficos proféticos" y un "desgaste salvaje de aliento humano", pero, sin querer emitir juicios más duros o groseros, el autor tentativamente decidió cuestionar los dones, y los congregantes de la Nueva Iglesia desecharon la idea de que se tratara de la enunciación de una lengua que se hubiese aprendido por obra celestial. 

7.5. Bushell: ministro congregacionalista

Del otro lado del mundo, Horace Bushnell (1802-1876), un ministro congregacionalista y teólogo estadounidense, también emergió como alguien que escribió afirmando la disponibilidad de los dones espirituales para los cristianos, e hizo una defensa especial del don de hablar en lenguas, la sanación y otros milagros sobrenaturales. Como argumentaba, negar que estos dones habían estado ocurriendo en la historia sería como negar la mismísima actuación sobrenatural del Espíritu. 

Bushnell hizo una defensa de Edward Irving y sus experiencias, y además, escribió que desde su punto de vista, el don de hablar en lenguas era algo que ocurría más comúnmente en las clases humildes y en los pobres porque entre ellos "las convencionalidades y los juicios carnales del mundo tienen menos efecto". Cerca de su muerte en 1879, Bushnell comenzó a escribir un libro final que dejó incompleto, pero el libro se titulaba "Inspiración por el Espíritu Santo" y trataba el tema (Utzinger, 2006: 92).  

7.6. El reavivamiento de Cane Ridge

En 1801, Cane Ridge, en el estado de Kentucky, se convirtió en otros de los centros de reavivamiento del Segundo Gran Despertar. Allí, un ministro llamado Barton W, Stone había predicado y servido en la Iglesia Presbiteriana de Cane Ridge en Bourbon Country, y emocionado por escuchar acerca de un reavivamiento en Red River, decidió invitar a otras iglesias presbiterianas y metodistas a participar en su servicio anual de comunión.

Ministros de antecedentes Presbiterianos, Metodistas y Bautistas participaron (en total 18 predicadores) en una época en que se celebraba una tradición escocesa presbiteriana para conmemorar la Santa Cena del Señor; de manera que la reunión ocurrió en Mayo de 1801.

Hubo actividades de evangelismo en la que distintos ministros predicaron al mismo tiempo en varias localidades alrededor de la reunión campestre, usando tocones, vagones y árboles caídos como plataformas improvisadas.



Tras el éxito, una segunda reunión con duración de seis días fue convocada para el mes agosto, y al organizarse, la reunión campestre atrajo entre un estimado de 10,000 y 20,000 personas (casi 10% de la población del estado de Kentucky en aquél entonces). 

En una entrevista en el Club 700, el Dr. Elmer Tows de la Universidad Liberty comentó: 
"Comenzó como un servicio de comunión y con un servicio de comunión presbiteriana. Era una especie de servicio comunitaria, y una mujer tuvo una manifestación del Espíritu Santo. Estos extraordinarios servicios explotaron en el campo de reunión de Cane Ridge. La feroz predicación comenzó desde la puesta del sol y no se detuvo hasta que fue noche. Mucha gente cayó sobre sus rostros por el peso de sus pecados golpeándolos en el frío. Otros cantaban y bailaban al sentir la presencia de Dios en medio de sí. Miles de personas acudieron a Cane Ridge para experimentar un toque de Dios" (Liardon, 39).
Entre los cientos que se convirtieron a Cristo se encontraba el escéptico James B. Finley (1725-1795), quien más tarde participaría activamente en el metodismo. Finley escribió: 
"El ruido era como el de [las cascadas del] Niágara. El mar de gente parecía estar agitado como por una tormenta. Conté a siete ministros predicando todos en tocones, otros en vagones, y uno de pie en un árbol que se había caído... Algunas personas estaban cantando, otras estaban orando, algunos estaba clamando por misericordia en tonos de lo más piadosos, mientras otros gritaban casi vociferando. Al percibir estas escenas particulares, una extraña sensación particular como algo que nunca había sentido vino sobre mí. Mi corazón palpitaba agitado; mis rodillas temblaban, mis labios se estremecían, y sentó como si debiera caerme al piso. Un poder sobrenatural parecía invadir la entera muchedumbre de gente reunida allí...  Me subí a un tronco para tener una mejor visión del mar de gente. La escena que luego ocurrió me pareció indescriptible. Por un momento, vi al menos a cinco cientos ser barridos de un momento a otro como si una batería de mil armas se hubiese disparado sobre ellos, e inmediatamente se oyeron alaridos y gritos que abrieron el cielo mismo". 
Barton Stowe, como figura de este reavivamiento, describió también un escena similar:
"La escena me pareció nueva y momentáneamente desconocida... Muchos, mucha gente cayó al piso como si fuesen hombres derribados en combate, y esto continuó ocurriendo por horas, estando juntos en un estado aparentemente sin respirar y sin moverse. A veces, por algunos momentos se reanimaban y exhibían síntomas de vida con un profundo gemido, o alaridos penetrantes, o por una oración de clamor por misericordia expresada de la manera más ferviente..." (Liardon, 39).
Por su puesto, los cristianos no deberíamos atribuir todos los movimientos extraños a los movimiento del Espíritu, y es necesario reconocer que no todo lo que ocurre en las iglesias es causado por el Espíritu Santo, pero el caer como al piso es algo que se justificaría bíbliamente citando, por ejemplo, la conversión de Pablo y la forma en que él cayó al piso en el momento de su convicción ante Jesús. Al respecto la socióloga pentecostal Margaret Poloma definiría el caer al piso por causa del Espíritu Santo como "el poder del Espíritu Santo para llenar tanto a una persona con una pesada consciencia interna, que el cuerpo se desvanece y la persona colapsa al piso". 

7.7. Dwight L. Moody y R. A. Torrey

Otros cristianos que no eran metodistas también estaban interesados en el Movimiento de Santidad; entre ellos, evangelistas de reavivamiento como Charles Finney y Asa Mahan de la Universidad Oberlin. 


El mismísimo Dwight L. Moody (1837–1899) y sus sucesores R. A. Torrey e Ira Sankey hicieron mucho para difundir la enseñanza sobre el Bautismo en el Espíritu Santo. Moody fundaría el Instituto Bíblico Moody en 1886, el cual a la fecha es uno de los seminarios bíblicos más importantes del mundo y sigue reconociendo el bautismo en el Espíritu Santo en su declaración de fe o credo doctrinal. 

El evangelista Torrey (1856-1928), que en sí era un ministro congregacionalista, escribió un libro llamado "Why God used D. W. Moody" (Por qué Dios usó a D. W. Moody), y en él escribió lo siguiente:
"La séptima cosa que fue el secreto de por qué Dios usó a D. L. Moody fue que él tuvo una investidura muy definida con poder desde lo alto, un bautismo muy claro y definido con el Espíritu Santo. El Sr. Moody sabía que él tenía "el bautismo con el Espíritu Santo", él no tenía ninguna duda de ello. En sus primeros días él había sido un gran estafador, había tenido un enorme deseo de hacer algo, pero no tenía poder verdadero. Trabajó en gran medida con la fuerza carnal. Pero había dos mujeres humildes Metodistas Libres que solían asistir a sus reuniones en el Y.M.C.A. Una de ellas era "la tía Cook" y la otra era la Sra. Snow (creo que su apellido no era Snow en ese momento). Estas dos mujeres se acercaban al Sr. Moody al terminar sus reuniones y le decían: "Estamos orando por usted". Finalmente, el Sr. Moody se irritó un poco y una noche les dijo: "¿Por qué están orando por mí? ¿Por qué no oran por los pérdidos?" Ellas respondieron: "Estamos orando para que usted obtenga el poder". El señor Moody no sabía lo que eso significaba, pero se quedó pensando en ello, y luego fue a esas mujeres y les dijo: "Me gustaría que me dijeran qué es lo que quieren decir con eso", y ellas le hablaron sobre el bautismo definitivo con el Espíritu Santo. Luego él les preguntó que si él podía orar con ellas; para que no solo oraran ellas por él. 
La hermana Cookie me contó una vez acerca del intenso fervor con que el Sr. Moody oró en esa ocasión. Me lo dijo con palabras que apenas me atrevo a repetir, aunque nunca las he olvidado. Y él no sólo oró con ellas, sino que él también oró a solas. No mucho tiempo después, un día en que se preparaba en su camino a Inglaterra, Moody estaba caminando por Wall Street en Nueva York (el Sr. Moody muy rara vez contaba esto, y yo casi vacilo en decirlo) y en medio del bullicio y la prisa de esa ciudad, su oración fue contestada; el poder de Dios descendió sobre él mientras él caminaba por la calle; él tuvo que salir de allí apresurándose hacia la casa de un amigo y pidiéndole que le permitiera estar en una habitación sólo; y en ese cuarto se quedó sólo durante horas. Y el Espíritu Santo vino sobre él llenando su almo on una alegría tal que al final le tuvo que pedir a Dios que retirara Su mano, para que no muriera de la pura alegría. Luego salió de allí con el poder del Espíritu Santo sobre de él, y cuando llegó a Londres (en parte por las oraciones de un santo postrado en la cama en la iglesia del señor Lessey), el poder de Dios obró a través de él poderosamente en el norte de Londres, y cientos de personas fueron añadidas a las iglesias, y eso fue lo que le llevó a ser invitado a la maravillosa campaña que siguió en los años posteriores. 
Una y otra vez el Sr. Moody venía y me decía: "Torrey, quiero que prediques acerca del bautismo con el Espíritu Santo". No sé ni cuántas veces me pidió que hablara sobre el tema. Una vez fui invitado a predicar a la Iglesia Presbiteriana de la Quinta Avenida de Nueva York (invitado sólo por sugerencia del Sr. Moody, porque de no haber sido por su sugerencia, tal invitación nunca se me habría extendido a mí). Justo antes de empezar en Nueva York, el Sr. Moody condujo hasta mi casa y dijo: "Torrey, quieren que prediques en la Iglesia Presbiteriana de la Quinta Avenida , en Nueva York. Es una iglesia grandísima, costó un millón de dólares su construcción".  Luego continuó: "Torrey, sólo quiero pedirle una cosa. Quiero decirle acerca de lo que debes predicar. Predica ese sermón tuyo sobre "Diez razones por las cuales creeo que la Biblia es la Palabra de Dios" y tu sermón sobre "El Bautismo con el Espíritu Santo". Una y otra vez, cuando me llegaba una llamada para que fuera a alguna iglesia, él venía a mí y me decía: "Ahora, Torrey, asegúrate y predica del bautismo con el Espíritu Santo". No sé cuántas veces él me dijo que hiciera esto. Una vez le pregunté: "Sr. Moody, ¿no le parece que no tengo ningún otro sermones, más que esos dos: "Diez razones por las que creo que la Biblia es la Palabra de Dios" y "El bautismo con el Espíritu Santo". "No importa", me respondió, "dales esos dos sermones". 
Hubo un tiempo en el que se encontró con unos profesores en Northfield - hombres propios, todos ellos, pero ellos no creían en el bautismo definitivo con el Espíritu Santo para cada individuo. Ellos creían que cada hijo de Dios estaba bautizado con el Espíritu Santo, y no creían en ningún bautismo especial del Espíritu Santo para cada individuo. El Sr. Moody vino a mí y me dijo: "Torrey, ¿vendrás a mi casa después de la reunión de esta noche? Voy a hacer que esos hombres vengan, y quiero que hables de esto con ellos". Por supuesto, ellos consintieron muy fácilmente y el señor Moody y yo hablamos durante mucho tiempo, pero ellos no alcanzaron a ver por completo lo que veían nuestros ojos. Y cuando ellos se fueron, el Sr. Moody me hizo una señal para que permanecieramos juntos por unos momentos. El Sr. Moody se sentó allí con su barbilla en el pecho, como acostumbrabaa sentarse tantas veces cuando se encontraba en una profunda reflexión; luego levantó la vista y dijo: "Oh, ¿por qué discuten tanto? ¿Por qué solo ven que esto es justo lo que ellos mismos necesitan? Son buenos maestros, son maestros maravillosos, y estoy muy contento de tenerlos aquí, pero ¿por qué no solo ven que el bautismo del Espíritu Santo es justo ese toque que ellos mismos necesitan? 
Nunca olvidaré el ocho de julio de 1894, hasta el día de mi muerte. Fue el día de cierre de la Conferencia de Estudiantes de Northfield - la reunión de los estudiantes de las universidades del este. El Sr. Moody me había pedido que predicara la noche del sábado y el domingo por la mañana acerca del bautismo con el Espíritu Santo. El sábado por la noche había hablado sobre "El Bautismo del Espíritu Santo": Qué es, qué hace, la necesidad del mismo y la posibilidad del mismo". El domingo por la mañana hablé sobre "El Bautismo con el Espíritu Santo": cómo tenerlo. Eran  exactamente las doce cuando terminé mi sermón de la mañana, y saqué mi reloj y dije: "El Sr. Moody nos ha invitado a subir a la montaña a las tres de esta tarde para orar para recibir el poder del Espíritu Santo. Faltan tres horas para tres. Algunos de ustedes no pueden esperar tres horas. No tienen que esperar. Vayan a sus habitaciones, salgan al bosque, vayan a su tienda de campaña, vayan a cualquier lugar donde puedan estar a solas con Dios y tratar este asunto con Él". A las tres nos reunimos todos frente a la casa de la madre del Sr. Moody (la cual entonces todavía vivía), y luego comenzaron a pasar por el camino, a través de la puerta, sobre la ladera de la montaña. Había cuatrocientos cincuenta y seis de nosotros en total; sé el número de personas porque Paul Moody nos contaba cuando pasábamos por la puerta. 
Después de un rato, el Sr. Moody dijo: "No creo que tengamos que ir más lejos; sentémonos aquí". Nos sentamos en tocones y troncos y en el suelo. El Sr. Moody dijo: "¿Alguno de ustedes estudiantes tiene algo que decir?". Yo pienso que como setenta y cinco de ellos se levantaron, uno tras otro, diciendo: "Sr. Moody, no podíamos esperar hasta las tres. Hemos estado a solas con Dios desde el servicio de esta mañana, y creo que tenemos derecho de decir que hemos sido bautizados con el Espíritu Santo". Cuando estos testimonios concluyeron, el Sr. Moody dijo: "Jóvenes, no veo ninguna razón por la que no debamos arrodillarnos aquí ahora mismo y pedirle a Dios que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros igual de definitivamente como Él cayó sobre los apóstoles el Día de Pentecostés. Oremos". Y entonces hicimos que oraran, allí en la ladera de la montaña. Desde que habíamos subido, se habían estado reuniendo nubes cargadas en la laderao, y justo cuando empezamos a orar, esas nubes se abrieron y las gotas de lluvia comenzaron a caer a través de los pinos que sobresalían. Pero había otra nube que se había estado formando durante Northfield durante diez días; una nube grande con misericordia y con gracia y con el poder de Dios, y cuando empezamos a orar con nuestras oraciones parecía atravesar esa nube y el Espíritu Santo descendió sobre nosotros. Damas y caballeros, eso es todo lo que necesitamos – el bautismo con el Espíritu Santo".
R. A. Torrey, que también es autor del libro "How to bring men to Christ" ('Cómo llevar a los hombres a Cristo') publicó el libro "The Baptism with the Holy Spirit" ('El bautismo con el Espíritu Santo') en 1895, rescatando 

7.8. El Movimiento de Santidad

Los conceptos de "perfección cristiana", "pureza de corazón" y "entera santificación", enfatizados así años antes por el metodista John Wesley en su libro "A plain account of Christian Pefection" (1766), sería de particular influencia para un movimiento de reavivamiento que se conocería como el "Movimiento de Santidad"

Wesley había afirmado que éstos aspectos eran impartidos al creyente con una "segunda bendición" subsecuente, una "bendición" espiritual separada de la conversión inicial o justificación primera (es decir, una experiencia posterior a la confesión del pecado ante Dios y al perdón recibido por el mismo). 



Este Movimiento de Santidad (Holiness movement) contribuyó en gran manera al reavivamiento y la expansión del cristianismo en el siglo XIX, y fue de particular interés en el ministerio de dos creyentes llamados Phoebe y Walter Palmer en Estados Unidos. Los Palmer decían que esa "segunda bendición" era lo mismo que el "bautismo en el Espíritu Santo" en el Libro de los Hechos, y que ocurría como una experiencia espiritual que le daba al creyente un "poder para servir". Al final del siglo, surgieron al menos 20 grupos de distintas denominaciones influidos a partir del movimiento de Santidad, y todos afirmaban ser acordes a la postura de Wesley. 

De forma significativa, la predicación se extendió a otras partes del mundo. En el continente africano, un líder de este movimiento fue Andrew Murray Jr., quien era egresado del Colegio Médico de Cirujanos y fue varias veces moderador de la Iglesia Reformada Holandesa en Sudáfrica (la cual descendía de un grupo de doctrina luterana en la Gran Bretaña de países como Escocia).


Andrew Murray fue un gran predicador sudafricano con un carácter piadoso que quería ganar a África para Cristo. Él no predicaba denomincaciones. Él predicaba a Cristo, y en su libro "El Espíritu de Cristo: Pensamientos sobre la morada del Espíritu Santo y la Iglesia" (1888), dedicaba una publicación entera a estudiar el tema del Espíritu Santo de Cristo en nosotros. En un capítulo titulado "El Bautismo del Espíritu", Murray escribía:
"En relación a este bautismo del Espíritu hay preguntas que puede que no encontremos fáciles de responder, y a las cuales no todos daremos la misma respuesta. ¿El derramamiento del Espíritu fue en el día de Pentecostés un cumplimiento completo de la promesa, y es ese el único bautismo del Espíritu, dado sólo una vez por todas para todos los de la naciente Iglesia? ¿O acaso no la llegada del Espíritu Santo vino a los discípulos en el capítulo cuatro de Hechos, y luego a los Samaritanos (Hechos VIII), y a los gentiles en la casa de Cornelio (Hechos X), y sobre los doce discípulos en Efeso (Hechos XIX), también han de ser considerados como llenuras separadas de las palabras "Él os bautizará con el Espíritu Santo"? ¿Es acaso el sello del Espíritu Santo dado a cada creyente en la regeneración para ser contado por éste como su bautismo en el Espíritu? ¿O será que, como algunos dicen, una bendición distinta y definitiva debe ser recibida después? ¿Es una bendición dada una sola vez, o puede repetirse y ser renovada? 
En el curso de nuestro estudio encontraremos la luz en la palabra de Dios que nos ayuda a dar solución a dificultades como estas. Pero es de mucha importancia que en el comienzo no nos entretengamos con puntos como estos,... sino que pongamos nuestros completos corazones en las grandes lecciones espirituales que Dios quiere que aprendamos de la predicación del Bautismo en el Espíritu Santo. Estas son especialmente dos. La primera es que, el bautismo en el Espíritu Santo es la corona y obra de la obra de Jesús; que [sea lo que sea] lo necesitamos, y que debemos saber si lo tenemos, si es que vamos a vivir la verdadera vida cristiana. Lo necesitamos. El Santo Jesús lo necesitó. Los amados y obedientes discípulos de Jesús lo necesitaban. Es algo más que la obra del Espíritu en la regeneración. Es la Persona del Espíritu de Cristo haciéndose presente dentro de nosotros, siempre permaneciendo en el corazón, en el poder de Su naturaleza glorificada, a medida que es exaltado por encima del enemigo. Es el Espíritu de la Vida de Cristo Jesús haciéndonos libres de la ley de pecado y muerte, y dándonos, como una experiencia personal, la libertad de pecado del cual Cristo nos redimió, aunque para muchos regenerados sea sólo una redención registrada en su nombre, pero no poseída o disfrutada. 
Es la llenura del poder que nos llena con valor en la presencia de todo peligro, y nos da la victoria por siempre sobre el mundo y todo enemigo. Es el cumplimiento de lo que Dios quiso dar a entender en Su promesa: 'Moraré en ellos y caminaré en ellos'. Preguntémosle al Padre para que Él nos revele a todos lo que Su amor debe significar para nosotros, hasta que nuestras almas estén llenas con la gloria del pensamiento de que Él bautiza con el Espíritu Santo" (Murray, 2004. p. 28-29). 
Dayton señala que para el año 1900 el paso del movimiento de la Santidad "de la perfección cristiana al bautismo del Espíritu Santo fue casi universal". Una gran parte del movimiento de Santidad también estaba empezando a enseñar acerca del don de sanación divina como una creencia central (Elphick, 1997:227-228).

7.9. La noción de Hudson Taylor

En esta época, el ahora legendario misionero de la China, Hudson Taylor (1832-1905) se presentó en una conferencia en Nueva York diciendo lo siguiente:
"Dios mismo es la fuente de poder. Más aún, el poder de Dios es un poder disponible. Somos personas sobrenaturales, nacidas de nuevo, sustentadas por comida sobrenatural, enseñadas por un Maestro sobrenatural, con un libro sobrenatural. Somos guiados por un Capitán sobrenatural en caminos rectos a victorias aseguradas. El Salvador resucitado, antes de que Él ascendiera a lo alto, le dijo a Sus discípulos: "Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes". No muchos días después de esto, en respuesta a la oración de unidad y perseverancia, el Espíritu Santo en verdad vino sobre ellos y todos ellos fueron llenados. Alabado sea Dios; Él sigue con nosotros todavía. 
El poder dado no es algo más aparte del Espíritu Santo. Él, Él mismísimo, es el poder. Hoy en día, Él está en verdad disponible y es tan poderoso como lo fue en el día de Pentecostés. Pero, ¿acaso la iglesia entera, desde los días de Pentecostés, ha apartado toda otra obra y ha esperado en Él por diez días, para que ese poder sea manifestado? ¿acaso ha fallado la fuente en este aspecto? Le hemos dado mucha atención a métodos de maquinería y a recursos, y muy poca atención a la fuente del poder: la llenura con el Espíritu Santo. Esto, pienso que concordarán conmigo, ha sido la mayor debilidad hasta el día de hoy, y ha sido la gran debilidad de nuestro servicio en el pasado. A menos que se remedie, será la gran debilidad de nuestro futuro. Estamos mandados a ser llenos con el Espíritu. Si no estamos llenos, estamos viviendo en desobediencia y en pecado, y la causa de nuestro pecado es la misma que el viejo pecado de Israel: la incredulidad.  
Dios está dispuesto a llenarnos del Espíritu Santo y a enviarnos a todos llenos del Espíritu Santo, hasta los confines de la Tierra. En respuesta a nuestras oraciones, un gran poder puede venir sobre nuestros obreros misioneros y nuestros cristianos nativos en cada rincón del globo. ¡Si tan sólo tuvisemos fe en el Dios viviente! ¡No se pierde tiempo cuando se espera en Dios!" (Hudson Taylor citado en Murray, 2012. Cap. 5; citado también en Citado en Royal Gould Wilder, Delavan Leonard Pierson, Arthur Tappan Pierson, James Manning Sherwood; 1900. The Missionary Review of the World, Volume 23. C.S. Robinson & Company, printers, p. 516)
Cabe destacar qye Taylor fue fundador de la sociedad misionera "China Inland Mission" ('Misión Hacia el Interior de China'); pasó 51 años en China y la sociedad iniciada fue responsable de traer a más de 800 misioneros al país oriental. Comenzaron 125 escuelas y todo esto tuvo como resultado directo 18,000 conversiones de chinos al cristianismo, el establecimiento de 300 estaciones de trabajo y más de 500 promotores locales en las dieciocho provincias chinas. 

7.10. El movimiento de Keswick

Entre 1858 y 1875 se gestó otro movimiento de evangélicos fundamentalistas que sería de vital importancia para el reavivamiento. Haciendo un recuento:
"Entre los que siguieron la estela de Moody se encontraba Reuben Archer (R. A.) Torrey, primer superintendente del Instituto Bíblico Moody en Chicago; Adoniram Judson Gordon, fundador de la Biblia Gordon en Boston; y Albert Benjamin Simpson (1843–1919), fundador de la Alianza Cristiana y Misionera, con su sede en Nyack, Nueva York. Estos hombres continuaron las apelaciones evangelísticas de Moody pero reforzaron sus mensajes con una teología acerca de una "vida más poderosa"
Comenzando en reuniones campestres anuales, las reuniones de campo en Keswick, Inglaterra, habían a su vez sido impulsadas por la campaña británica de Moody en 1873-1875. Se defendía la filosofía de una vida más poderosa con un énfasis en el Espíritu Santo dentro de la vida del creyente. De lo más importante fue el concepto de que el Espíritu Santo daría una unción especial que prepararía mejor a un converso para el servicio cristiano a través de lo que a menudo se denominaba libremente como "el bautismo del Espíritu Santo". Los defensores del movimiento en Keswick entendían que los cristianos recibían una dotación de poder que solidificaba su compromiso y envalentonaba su carácter. A medida que el siglo XIX llegó a su fin, R. A. Torrey predijo que este movimiento del espíritu de Dios marcaría el comienzo de un reavivamiento que se extendería, literalmente, por todo el mundo" [Goff 52-53].
Impulsados por un libro de William Boardman que llevaba el título "The Higher Christian Life", cristianos de Inglaterra con una doctrina wesleyana de santificación empezaron a enfatizar también la necesidad de ser bautizados en el Espíritu Santo y organizaron series de reuniones masivas cristianas. Por su parte, el predicador bautista Adoniram Judson Gordon (1836–1895) y Albert Benjamin Simpson (1843–1919) "fueron particularmente instrumentales en subrayar el poder de Dios para dar sanación" [Goff 52-53]

Pronto surgió "la Convención Keswick" como un evento del movimiento impulsado por un anglicano llamado T.D. Harford-Battersby y un cuáquero de nombre Robert Wilson. La primera convención comenzó con una unión de oración el lunes 28 de junio y continuó hasta el viernes. Más de 400 cristianos asistieron unidos con el lema "Todos somos Uno en Cristo Jesús"
"Comúnmente conocidos como la 'Vida Cristiana Victoriosa' o la 'Más alta Vida Cristiana' o simplemente el 'Movimiento de Keswick', este movimiento fue una rama particular y más grande del Movimiento de Santidad que había demostrado ser especialmente atractivo para bautistas, congregacionalistas y presbiterianos evangélicos,... los cuales, sentaron las bases para el fundamentalismo cristiano. 
Este movimiento tomó algunas de sus ideas directamente del Movimiento de Santidad en Estados Unidos, pero su fuente más inmediata fue una mutación británica de la campaña de la santidad llamada el "Movimiento de Keswick', nombre tomado de una conferencia sobre santidad realizada en 1875 en Keswick, Inglaterra. La enseñanza más amplia en Keswick, como la del Movimiento de Santidad, emanaba del metodismo estadounidense, y hacía hincapié en que la clave para una vida cristiana más sagrada y eficaz era una experiencia posterior a la conversión cristiana en la que uno se entregaba totalmente a Dios. 
La mayor parte de la enseñanza sobre la santidad, la enseñanza de este acto de entrega y la consagración de la propia voluntad se traduciría en términos de un "bautismo del Espíritu Santo" y conduciría a "la entera santificación', o a la erradicación de la propia propensión al pecado.
En Keswick se moldeó esta creencia haciéndola un poco más compatible con las doctrinas reformadas de santificación, haciendo hincapié en lo que era la unción fresca del Espíritu Santo, que traía una comunión más profunda con Dios, más poder para hacer Su voluntad, y el acto de la supresión, mas no la aniquilación, de la tentación del pecado... 
En una época de controversias-fundamentalistas contra modernistas, la enseñanza de santidad de Keswick se integró completamente en una red fundamentalista de escuelas bíblicas, conferencias de verano, y misiones religiosas. A pesar de que estas creencias habían sido aceptadas y ampliamente difundidas por los asociados de Dwight L. Moody a finales del siglo XIX, el promotor principal del movimiento durante el siglo XX fue Charles G. Trumbull. Él se convirtió a la doctrina en 1910, y en 1913 ayudó a fundar el centro de conferencias Keswick de Estados Unidos en el sur de Nueva Jersey" [Carpenter, 81].
En la Gran Bretaña, este fuerte reaviamiento emergió del Movimiento de Santidad y en con las Convenciones Anuales Keswick las predicaciones se referían al Bautismo en el Espíritu Santo como "el bautismo para servicio".

Tras los años (y hasta hoy en dúa) la convención se repetiría época tras época, y figuras como Handley Moule, Andrew Murray, Frederick Bortherton Meyer, Hudson Taylor y John Stott, entre otros, serían algunos de los hombres de Dios que presentarían allí para predicar radicalmente o compartir mensajes relacionados. 

En el siglo XXI se reafirmarían los objetivos que históricamente se consideran claves en la Convención: El Señorío de Cristo en la vida personal y comunitaria, la transformación a través de la llenura del Espíritu Santo, el impulso al evangelismo y la promoción misionera en las Islas Británicas y alrededor del mundo, el discipulado y entrenamiento de creyentes de todas las edades, y la demostración de unidad evangélica. 

7.11. El movimiento de lenguas y la noción de Oswald Chambers

En 1891, un ministro metodista llamado Richard Reader Harris, autor de 34 libros cristianos, fundó la Revista League Magazine ('Liga de Oración') en Estados Unidos. Su publicación "Tongues of Fire" ('Lenguas de fuego') fue inmediatamente relacionada con lo que también sería llamado "el movimiento de lenguas". 

Cuando el Sr. Harris la fundó, los términos "pentecostal" y "lenguas de fuego" no tenían todavía connotaciones denominacionales ni de otro tipo divisorio. Él solamente exploró el tema como una experiencia que continuaba y distinguió entre la habilidad de hablar en una lengua extranjera que no se aprendió (Hechos 2:6-12) y la enunciación de una lengua misteriosa, aparentemente desconocida, (o glossolalia), tratada en las cartas de el Apóstol Pablo. 

En esa misma época, el evangelista bautista Oswald Chambers, mejor conocido por su devocional "My Utmost For His Highest" comentó al respecto. Algunas personas del movimiento de lenguas empezaron a decir que hablar en lenguas era la única forma de ser bautizados en el Espíritu Santo. Chambers, que también era parte del Movimiento de Santidadescribió en una postura continuacionalista, pero no excluyente, cuando en 1907 dijo lo siguiente respecto al don de hablar en lenguas: 
"Hablar en lenguas no tiene nada de malo; era el privilegio de la Iglesia Primitiva y puede ser el privilegio de cualquier creyente hoy en día. Lo que condenamos en ese movimiento es lo siguiente: que con su literatura le enseñan a la gente que no están bautizados con el Espíritu Santo hasta que hablen en lenguas. La Biblia nunca dice eso". 
Esta posición sería precisamente la misma postura del movimiento carismático respecto al tema. Pero Chambers escribió más al respecto en un artículo titulado "Tongues and Testing", el cual fue publicado en enero de 1908 en la League Magazine. Él dijo que "el carácter, nada más y nada menos, es el resultado y el sello inmediato del Bautismo con el Espíritu Santo y fuego" (McCasland, 2010, p. 4) respondiendo a la contraria afirmación de emergentes grupos que estaban dejando de lado la cuestión. 

7.10. Reavivamiento pentecostal
"Los siglos XIX y XX testificaron un nuevo y fresco derramamiento del Espíritu en la Iglesia. Las renovaciones Pentecostales y Carismáticas son un testimonio de que ese rastro, aunque fue escaso por un tiempo, no sólo se convirtió en un hilo sino en una cuerda de gran poder y testimonio fiero para el Cristo viviente. Esta antorcha incendiaria de Su presencia quema brillantemente el día de hoy y está registrada para los años venideros"-
Muchos consideran el comienzo del reavivamiento pentecostal en 1901, cuando en Topeka, Kansas, una mujer de treinta años llamada Agnes Ozman había estado estudiando el tema del Bautismo el Espíritu Santo en un grupo de estudio bíblico y había estado orando hasta que recibió el don del Espíritu Santo hablando en lenguas.
"Charles Fox Parham, un ministro metodista que era parte del Movimiento de Santidad había establecido el Instituto Bíblico Bethel en Topeka, Kansas. Mientras Parham estaba lejos de la escuela, el 1 de enero, Agnes N. Ozman, una de las estudiantes de Bethel, testificó experimentar el bautismo del Espíritu y hablar en lenguas. Parham y otros estudiantes tuvieron experiencias similares, y con un nuevo celo comenzaron a evangelizar en Missouri y Texas" [Gentz 797].

El testimonio de la experiencia sobrenatural que tuvo Ozman comenzó un movimiento que llevó a la consolidación del Movimiento de la Santidad (Holiness Movement) y la rápida difusión del pentecostalismo, no como una denominación todavía, sino como un movimiento de reavivamiento.

El mismo evangelista, Charles Fox Parham le pidió a Dios la experiencia y experimentó el bautismo en el Espíritu Santo y el hablar en lenguas junto a otros cristianos. Ellos también se dieron cuenta que, como en el Nuevo Testamento, el don del Espíritu podía darse después de la imposición de las manos. 

En 1906 y 1907, la Iglesia de Dios en Cristo (COGIC), que había sido fundada en 1897 por un grupo de bautistas disidentes con doctrina wesleyana, pasó a adoptar el pentecostalismo en su teología fundamental. Actualmente, esta iglesia se encuentra en más de 60 países, con un estimado de entre 6 y 8 millones de miembros, predominantemente afroamericanos.
Bautismo en agua realizado por la Iglesia de
Dios en Cristo
en el lago Lake Mead en 1972.

Más tarde, predicaron a masas de personas, consolidando el movimiento de reavivamiento pentecostal. De manera notoria, en una época y lugar donde el racismo era común, Parham se deslindó de tales prejuicios mundanos en nombre de Cristo e invitó por igual a Afroamericanos y Mexico-americanos a unirse al movimiento para ser llenos por el Espíritu Santo de Dios.  

Un evangelista afroamericano que era amigo de Parham también experimentó el bautismo en el Espíritu Santo y el don de hablar en lenguas. Su nombre era William J. Seymour; alguien que había sido descendiente de esclavos afroamericanos, y que sería desde entonces uno de los predicadores más influyentes en el movimiento pentecostal.

Entre los pentecostales británicos al comienzo del siglo XX se tiene documentado el testimonio de el Reverendo Alexander Boddy en su iglesia de Monkwearmouth All Saints, sin embargo, en otra parte distinta de Londres, en Akerman Road, Brixton, una mujer cristiana de treinta años llamada Catherine Price también testificó que había recibido el don de hablar en lenguas por el Espíritu Santo, y el movimiento que enfatizada en buscar la llenura del Espíritu Santo comenzó a expandirse en Gran Bretaña.

George Jeffreys (1889–1962) emergió como fundador del Movimiento Pentecostal Elim en Gran Bretaña, con una doctrina comparable a la Iglesia Pentecostal Foursquare de Estados Unidos, y posteriormente al patrón bíblico adoptado por la Iglesia Fellowship. Jeffreys llegó a hablarle a multitudes de lo más grandes, comparables incluso a las de Billy Graham. Llenó las más grandes salas y auditorios en Gran Bretaña y tras su muerte fue recordado calurosamente como un evangelista excepcional. 


El escritor secular, Nicholas R. Werse, en Laycock (2015:39), hace un recuento de estos eventos desde el comienzo:

"A principios del siglo XX, la práctica de la glossolalia experimentó renovada popularidad en los reavivamientos de la calle del afroamericano William J. Seymour en Los Angeles, California. 
La glossolalia figuró como una práctica central en los reavivamientos que buscaban el bautismo en el Espíritu Santo. Las denominaciones cristianas pentecostales y carismáticas (como las Asambleas de Dios) emergentes de estos reavivamientos retuvieron por lo tanto la glossolalia como un componente integral de sus servicios de adoración".
Otras figuras notorias como líderes fueron Harald Bredesen, luterano que recibió el bautismo en el Espíritu Santo y fue influyente inicialmente. 
De igual forma fue con Gaston B. Cashwell (1860–1916), quien siendo parte de la Iglesia Episcopal Metodista del Sur fue bautizado en el Espíritu Santo y comenzó a hablar en lenguas en una reunión en la calle Azuza, momento desde el cual impulsó el movimiento pentecostal y animó a distintos grupos del Movimiento de la Santidad a unirse.

En Estados Unidos, Alfred Goodrich Garr fue bautizado en el Espíritu Santo en 1906, y asimismo ocurrió con Ambrose Jessup Tomlinson, quien fue fundador de la Iglesia de Dios de la Profecía en Tennesse y posterior director de la Universidad Lee.

Cuando se difundió la noticia de que muchos cristianos habían sido bautizados en el Espíritu Santo en la Calle Azuza, algunos grupos como los religiosos cesionistas como el de la "Iglesia Nazarena" se rehusaron a tener lazos con las iglesias relacionadas con Seymour o con los personajes que estuviera relacionados con ellos.

En general, todos los pentecostales serían considerados evangélicos dentro del cristianismo, pero, por su puesto no todos los evangélicos les verían como evangélicos. Históricamente, ha habido especialmente una oposición que hasta hoy en día sigue ocurriendo entrela teología de bautistas conservadores y pentecostales. Los bautistas 'ortodoxos' (por causa de su teología cesacionista) rechazarían inflexiblemente la idea de ser "llenos del Espíritu" por medio de un bautismo sobrenatural, rechazarían la idea de hablar en lenguas, y tacharían a los pentecostales de herejes o cosas semejantes. Asimismo, otros creyentes con una doctrina textualista rechazarían la idea de que Dios sigue hablando audiblemente o en el Espíritu, o la idea de que sigue levantando profetas, y los más celosos entre la iglesia bautista tacharían a los nuevos pentecostales como "falsos profetas". Estas crítica divisorias, de hecho, siguen ocurriendo hasta hoy en día, aunque también han surgido extremos por parte de nuevos pentecostales que han tomado una postura inflexible:
"La percepción de la glossolalia como evidencia del Espíritu Santo ha llevado a algunos pentecostales estrictos a sugerir que es la única evidencia de salvación cristiana. Otros han adoptado una visión moderada identificándola como uno de los muchos dones que todo creyente puede exhibir (según 1 Cor. 12)".
De acuerdo a un punto de vista, el Movimiento de Santidad y el pentecostalismo clásico, vistos de forma unida, podrían ser casi considerados como "el Tercer Gran Despertar" religioso en América (Miller, 1997:180). Sin embargo, tanto los creyentes como los incrédulos que veían con antipatía los movimientos les pondrían el apodo de "holly rollers", una expresión derogatoria u ofensiva que hacía burla de las reacciones frenéticas que exhibían y consideraba que el entusiasmo o el éxtasis que mostraban los pentecostales era una especie de 'trance' irracional. 

No obstante, el evangelicalismo, desde la tradición de reavivamiento del siglo dieciocho hasta los siglos diecinueve, el militante fundamentalismo de la década de 1920, y el Pentecostalismo con su énfasis en el hablar en lenguas y otros dones del Espíritu, fueron movimientos profundamente relacionados con la promesa de tener una intimidad con Dios, una relación personal con Jesucristo y una comunión verdadera con los hermanos y hermanas creyentes, y en parte se expandieron rápidamente. 

Entre los grupos cristianos que prontamente aceptaron los hechos de la presencia de los dones se encontró la Iglesia Congregacional de Santidad (Congregational Holiness Church), formada en 1921, con una teología trinitaria y pentecostal que enfatiza la importancia del Bautismo Espíritu Santo, el hablar en lenguas y la autoridad de la Biblia. 

H. K. Menchen, que no era ningún amigo de los evangélicos, comentaba en 1925 que si lanzabas un huevo en la ventana de un Pullman casi en cualquier lugar de Estados Unidos, le darías a un fundamentalista. Hoy en dia, los carros Pullman están obstoletos, pero los fundamentalistas siguen aquí (Balmer (2004:248).

También comenzaron a reconocer los dones del Espíritu Santo y sus manifestaciones sobrenaturales en la congregación Calvary Chapel Costa Mesa, una de las más grandes en E.U.A, y una iglesia dirigida por el pastor Chuck Smith, quien formó parte del Jesus Movement y fue una evangelista de hippies en la década de 1970. 

También se aceptaron estos elementos en el Movimiento Vineyard de John Wimber, quien escribió un libro notable llamado "Power Evangelism"  realizó una serie de conferencias en los 80's, llamadas "Signs & Wonders" y lideraba en las Iglesias Vineyard.

El libro y la serie de videos "I Believe in Miracles" (Creo en los milagros, en los 1992s), fue escrito por la predicadora Kathryn Kuhlman y fueron materiales que igualmente reanimaron la creencia en las sanaciones milagrosas en el nombre de Jesús.

7.11. La expansión del pentecostalismo a otras partes del mundo

A pesar de las críticas recibidas, creyentes de países como Suecia, Inglaterra, India y China viajaron para visitar al antiguo metodista Cashwell y visitaron las iglesias donde se predicaba el mensaje para aprender acerca de su teología cristiana (DuPree, 2013:35).


Aunque es difícil llegar a un definición, en general, el término "pentecostal" es usado actualmente para describir globalmente a las iglesias y movimientos del cristianismo en donde se enfatizan los dones del Espíritu Santo, tanto en cuestiones fenomenológicas como teológicas. Anderson y Clarke dividen al cristianismo pentecostal en cuatro sub-grupos en general: 

  1. Los pentecostales clásicos, entre los cuales se encuentran los pentecostales del Movimiento de santidad, los pentecostales bautistas o de la obra cumplida, los pentecostales unicitarios y los pentecostales apostólicos;
  2. Las iglesias de antaño, entre las cuales se encuentran iglesias cristianas independientes que se formaron desde hace épocas en China, India y la África subsahariana,
  3. Los carismáticos de iglesias antiguas, tales como los anglicanos carismáticos y católicos carismáticos, los cuales han buscado renovar o reformar sus sacramentos básicos dándole más paso a los dones y a la obra del Espíritu, 
  4. y los neo-pentecostales o las iglesias neo-carismáticas, las cuales emergieron principalmente en la década de 1970 en adelante, y actualmente se consideran iglesias independientes carismáticas que incluyen a menudo a mega-iglesias  (Clarke, 2014:21). 
A lo largo del siglo XX, grupos pentecostales de distintas partes del mundo comenzaron a desarrollar una teología sistemática propia, a valorar más el rol de la educación y establecieron universidades y escuelas pentecostales. Los grupos pentecostales a veces trabajaban de forma unida, pero surgieron grupos que comenzaron a trabajar de forma dividida, orillando con esto a la formación de nuevas denominaciones. 

Por un lado, los pentecostales más apegados a la típica doctrina evangélica, no dejaron de enfatizar la autoridad de la Escritura, la necesidad de salvación experimentada al ser nacidos de nuevo espiritualmente, de llevar una conducta santa alejada del pecado, de practicar el bautismo en agua, la importancia de involucrarse en la iglesia local, la obligación de participar y apoyar con el evangelismo y las misiones, y la realidad del cielo y el infierno, además de la creencia en el Bautismo en el Espíritu Santo y la importancia de una relación personal con Dios (Frahm-Arp, 80). Por estas razones, los pentecostales son considerados como parte de las Iglesias Evangélicas en el mundo contemporáneo.

Por otro lado, también se fueron formando supuestos grupos pentecostales que no se apegaban a lo que originalmente se había predicado en el pentecostalismo clásico. Lamentablemente, el reino de Satanás siempre está rugiendo como león feroz, mintiendo, falsificando la verdad, y sembrando cizaña y causando divisiones entre hermanos, por lo cual, se originaron grupos religiosos que falsamente se hicieron llamar pentecostales e introdujeron doctrinas erradas con comportamientos anti-bíblicos. Algunos dejaron a un lado el papel de la Biblia, comenzaron a dejar de predicar el bautismo en agua o el bautismo en Espíritu, y dejaron de predicar del arrepentimiento, de la santidad, y de la dependencia hacia Dios, prefiriendo hablar de otras cuestiones como la teología de la prosperidad. Por culpa de esto, muchos creyentes contemporáneos que nunca conocieron el pentecostalismo clásico puede que hayan sido reacios a recibir algunos de sus conceptos y hasta el día de hoy no comprendan lo que es en realidad o lo vean con malos ojos. 

Lo cierto es que el siglo XX se vio lleno de iglesias cristianas con teología pentecostal y de grupos religiosos pseudo-pentecostales, como denota el escritor secular Allan Anderson: 
La teología cristiana del pentecostalismo incluye una gran y amplia diversidades de grupos religiosos. Desde la Misión Cyone Pentecostal, hasta la sabatista "True Jesus Church" en China; desde la enorme "Zion Christian Church" en el sur de África, hasta la mega-iglesia "Universal Church of the Kingdom of God" en Brasil, junto a las Asambleas de Dios, varias "Iglesias de Dios", movimientos carismáticos, e iglesias "neo-carismáticas" independientes. Algunas tienen la teología de la "Palabra de fe", o la tercera ola del movimiento evangélico, otras no enseñan que el Bautismo en el Espíritu sea una experiencia subsecuente, y muchas otras formas de cristianismo carismático son tan diversas como el mismísmo cristianismo (Clarke, 2014:21).
En este recuento evitaremos ahondar en las controversias y no haremos caso de los grupos pseudo-pentecostales con teologías engañosas, porque lo que interesa en este escrito es conocer acerca de los creyentes que bíblicamente experimentaron verdaderamente la obra del Espíritu Santo. 

7.11.1. En Europa


En Suecia, un antiguo bautista llamado Lewi Pethrus (1884-1974), tuvo una experiencia con el Espíritu Santo y ayudó a promover el movimiento pentecostal en su país: fue predicador, organizó misioneros para ser enviados a África a llevar el Evangelio, y lideró también el Partido Democrático Cristiano de Suecia.

En Irlanda, a pesar de ser un país mayormente católico, desde 1915 George Jefrr fundó la Iglesia Pentecostal Elim en la ciudad de Monaghan, un considerable grupo cristiano que cuenta actualmente con más de 9,000 iglesias alrededor del mundo.

En otros países, las iglesias clásicas como el Luteranismo o el Anglicanismo prevalecieron en la comunidad protestante, aunque en algunos países como Dinamarca, la Iglesia Apostólica también surgió con un movimiento que tuvo sus raíces en el reavivamiento galés. 

7.11.2. En África

Wakkerstroom en Sudafrica es considerada "la calle Azuza" del continente africano. Wakkerstroom se encuentra en una iglesia al sureste de Transvaal, lugar al cual muchos grupos pentecostales del país remontan sus raíces. Allí, Pieter Louis le Roux, un misionaro reformado holandés que trabajaba en Wakkerstoom, se unió al movimiento de la Iglesa Sion en 1902 y 1903, junto a alrededor de 400 colegas africanos y conversos. 


Muy pronto, algunos de los primeros misioneros influidos por el reavivamiento de la Calle Azuza llegaron a África; a saber, John G. Lake y Thomas Hezmalhalch, quienes fundaron la actual Misión de Fe Apostólica de Sudáfrica (AFM), con elementos de organización presbiterianos y episcopales, y con una teología totalmente pentecostal.

Pieter Le Roux había sido estudiante de Andrew Murray y estaba especialmente interesado en la opinión que Murray había tenido sobre la afirmación de la sanación divina. En 1904, otro predicador llamado Daniel Bryant llegó a Sudáfrica y poco después bautizó a alrededor de 141 conversos cristianos, incluyendo a Le Roux. De allí, hasta el año 1905 la Iglesia en Wakkerstroom creció a alrededor de 5,000 miembros y el movimiento de iglesias similares iba creciendo. 

Para 1908, llegaron a Sudáfrica misioneros pentecostales provenientes de E.U.A. y el Reino Unido. Entre ellos, se encontraban Charles Chawner, Henry & Anna Turney y Hannah James. Por su parte, George Bowie llegó en 1019; y Archibald Cooper, imigrante a Sudáfrica, junto a Le Roux, se unió al nuevo movimiento pentecostal de la "Misión de la Fe Apostólica", en la cual, pronto se hicieron líderes ambos. 

Cooper más tarde se separó e hizo servicios independientes en otras iglesias cristianas. Sin embargo, ellos tenían una teología común que afirmaba la continuación de los dones del Espíritu Santo como la sanación milagrosa, la expulsión de espíritus malignos, la santificación personal y el reavivamiento espiritual; la adoración a Dios, la oración y el evangelismo. Asimismo, enfatizaban el bautismo en el Espíritu Santo como segunda experiencia posterior a la conversión, y decían que la prueba que le acompañaba era del don de hablar en lenguas como evidencia del mismo. 

El reavivamiento fue creciendo rápidamente entre afrikaaners pobres blancos y entre los africanos negros que se mantenían lejos o al margen de la Guerra Anglo-Boer que ocurría en el país. En años posteriores, el liderazgo en las Iglesias negras Zion se separó del movimiento pentecostal, y para el año 1911, los propios nativos indígenas estaban siendo propios líderes de la obra cristiana pentecostal. Hasta la fecha de hoy, la Iglesia Africana Zion y otras iglesias cristianas indígenas apostólicas retienen desde sus inicios la práctica de profetizar y hablar en lenguas (Elphick, 1997: 229-231).


En 1955 la iglesia pentecostal International Church of the Foursquare Gospelingresó a Nigeria y jugó otro papel importante en la difusión del movimiento pentecostal. Desde décadas antes, los misioneros pentecostales en África habían estado predicando el mensaje, de manera que en el Sur de África y en las partes del centro de África, hay muchísimas iglesias pentecostales africanas hoy en día. De acuerdo a un estudio contemporáneo, para el año 2002, se estimó que en África al menos el 11% de la población es cristiana pentecostal (Clarke, 2014:21).

La gente que ha observado el cristianismo africano no puede evitar hacer mención del sorprendente crecimiento del cristianismo pentecostal en el subsahara. El Pew Forum en su estudio "Espíritu y Poder: Una encuesta a pentecostales en 10 países" realizada en 2006, estimó que de todas las naciones africanas encuestadas, el pentecostalismo constituía un porcentaje muy significativo de la población. En seis de los países, los cristianos pentecostales y carismáticos representaban más del 60% de todos los protestantes. En lo que respecta a Kenia, más de la mitad de la población se identificó como cristianos pentecostales y un tercio de la población en Sudáfrica. Estas figuras, aunque sean estimaciones, reflejan el crecimiento del pentecostalismo africano al día de hoy. 
Muchas iglesias cristianas independientes con doctrina pentecostal han surgido en África desde 1975 y actualmente son prominentes en muchas ciudades. Éstas se encuentran creciendo particularmente a lo largo de Zimbabwe, Zambia, Sudáfrica, Kenia, Nigeria y Ghana. Asimismo, muchos misioneros cristianos son pentecostales, y han surgido grupos carismáticos a partir de tradiciones anglicanas, metodistas e incluso católicas, varios de los cuales se han vuelto cristianos pentecostales de la noche a la mañana (Cartledge & Cheetham, 2010:128)
Entre las figuras prominentes pentecostales en África se encuentran el cuatro veces nominado al Premio de la Paz, Denis Mukwege, hijo de un pastor pentecostal y médico congolés que fundó el Hospital Panzi junto a la organización CEPAC (la Iglesia Organización Pentecostal nacional de Congo).


Una de las iglesias pentecostales con mayor presencia en África Occidental, la Iglesia de Pentecostés fundada en Ghana, declara en su declaración de fe: 

"Todos los creyentes en Jesucristo tienen el derecho a recibir, y deben buscar fervientemente el Bautismo del Espíritu Santo y fuego conforme al mandamiento de nuestro Señor... Esta es una experiencia que fue normal para la Iglesia Primitiva. Con esta experiencia viene poder para predicar y otorgamiento de los dones de hablar en lenguas conforme el Espíritu de Dios los da para pronunciarlos. Esto es acompañado por un deseo ardiente y un poder supernatural para testificar a otros sobre la salvación y el poder de Dios" (Kalu, 2008:8)
7.11.4. En Latinoamérica

No se trata sólo de África cuando se habla de reavivamiento, sino que un impacto notable se está haciendo sentir en distintos países de toda América Latina. Recientemente se informado que más del 40% de la población guatemalteca se identifica estrechamente con el cristianismo pentecostal o carismático. De forma similar, Argentina tiene multitudes que llenan los estadios de fútbol y transforman el ethos de su nación. Sería difícil encontrar un país de América del Sur que no esté escuchando de ministerios de sanidad y liberación. Un detractor católico exclama al respecto:
"El pentecostalismo no sólo reclama al menos el 70% de todos los protestantes de América Latina, sino que también ejerce una gran influencia 'renovada' en muchas de las principales denominaciones protestantes, como los presbiterianos y los metodistas, que han adoptado prácticas-pneumo-céntrica [es decir, sanación, liberaciones, hablar en lenguas] con el fin de permanecer relevantes".
En Brasil, se está experimentando un crecimiento acelerado debido a las plataformas abiertas para experimentar el poder sobrenatural de Dios. El Pastor Marcio Valadao de la Iglesia Bautista de Lagoinha reconoció en 2011 que su iglesia comenzó a experimentar un gran crecimiento desde que comenzaron a hacer la oración de sanidad y liberación. Él comentó: "En 1998, había más o menos 5,000 miembros. Hoy hemos superado los 35,000". 

Del mismo modo, Paul Strand observa que "El cristianismo está aumentando en Brasil. Si la tendencia continúa, se prevé que más de la mitad de todos los brasileños (109 millones de cristianos de los 209 millones de ciudadanos) serán cristianos evangélicos para el año 2020.... Brasil es una tierra en la reavivamiento... Es un lugar donde la creencia en milagros y sanaciones es muy alta".[7]

Estos factores son aún más sorprendentes cuando se considera el hecho de que antes de la década de 1970, las cifras de los gobiernos estimaban que menos del 3% de la población brasileña era evangélica. Que en 50 años se haya pasado de 2,5% a 50% de la población en una nación que históricamente fue rígidamente católica no tiene precedentes, pero está ocurriendo.

Recientemente, la ambientalista, pedagóga y política Marina Silva, que es una mujer cristiana pentecostal y miembro de la Iglesia Asambleas de Dios, fue candidata a la Presidencia del Brasil en la elección de 2014. 

En otros países como Colombia o Venezuela el crecimiento de grupos evangélicos que reconocen la guía del Espíritu Santo ha ido creciendo. En Perú, también, a manera que, por ejemplo, el arquitecto y político peruano Humberto Lay Sun se adhiere a una doctrina neo-carismática. Incluso en Cuba, desde el siglo XX cuatro denominaciones cristianas con teología pentecostal fueron establecidas, y sobrevivieron el tiempo de la revolución y el socialismo de Castro hasta permanecer el día de hoy.

7.11.4. En Asia

En la mayor parte de los países asiáticos, el activismo social o político de los pentecostales ha sido muy poco influyente en comparación a la gran población que vive en estos países y dado que en lugares como Sri Lanka y la India, la expansión misma del evangelio es expuesta como una "amenaza" a las identidades religiosas nacionales y la percepción de los cristianos como "los extranjeros" es persuasiva. Por estas nociones, en comparación con la difusión en África y Latinoamérica, puede parecer que el pentecostalismo haya permanecido limitado en Asia. Sin embargo, en la última mitad de siglo ha crecido considerablemente, y tomando en cuenta los datos del Pew Forum, en el año 2006 el diario Christian Post informó que de los 351 millones de cristianos asiáticos de ese año, una tercera parte se identifica como cristianos pentecostales o carismáticos

En la época moderna, los reavivamientos en Asia se remontan al Sur de la India en la década de 1860 y 1870 , cuando las iglesias cristianas de la región mostraron la presencia de dones del Espíritu. Eventualmente, los reavivamientos pentecostales se continuaron en Pyongyand, Corea, que a su vez influyó un reavivamiento en China en 1907. 

En este país, los hermanos cristianos chinos dan testimonio de muchas oraciones respondidas milagrosamente para preservar sus vidas y restaurar su salud de maneras dignas de la gloria de Dios. Una antigua creyente de Xi'an dio testimonio de que en 1897, tras la muerte de su esposo, ella enfermó gravemente y trató de ser sanado en casi cada hospital de la ciudad, gastando grandes sumas de dinero en medicinas y exámenes. Eventualmente, un vecino cristiano le persuadió de reunirse a una oración de cristianos chinos, en la cual, una hermana de 80 años oró por ella de forma simple pero poderosa. Dos días después, la mujer recibió un sueño en la que veía a Jesús llevándose completamente su enfermedad (1).

En un excelente estudio detallado sobre el movimiento pentecostal en Asia, Anderson & Tagg (2005:6) comentan:
"El primer reavivamiento Pentecostal en Asia probablemente estuvo asociado con el evangelista Aroolappen en Tamil Nadu, India, remontándose hasta el año de 1860. En los años 1905 a 1907, el reavivamiento ocurrió en la Misión Muki de Pandita Ramabai en Pune India, cuando mujeres jóvenes bautizadas por el Espíritu vieron visiones y hablaron en lenguas. De forma notable, Ramabai pensó que este reavivamiento significaba la inauguración que el Espíritu Santo usó para formar una Iglesia cristiana india de forma indígena. Aunque no se formaron denominaciones nuevas, el reavivamiento Mukti tuvo consecuencias que impactaron en que el pentecostalismo se expandiera a Chile en Sudamérica por primera vez. 
Michael Bergunder señaló en una investigación que el pentecostalismo en la India se extendió más en la década de 1930, y Roger Hedlund informó sobre la actividad en vibrantes iglesias pentecostales indígenas a lo largo de la India, Sri Lanka y Nepal, a pesar de ser minorías en estos países. En el Sur de Asia, los cristianos pentecostales idearon formas creativas de plantar iglesias, evangelizar y realizar proyectos sociales para mejoras... De acuerdo a la Enciclopedia Cristiana Mundial, para el año 2000, más de la mitad de los 62 millones de cristianos en la India eran pentecostales o carismáticos.   
En el Sureste de Asia, la expansión  pentecostal más grande ha ocurrido en Indonesia y Filipinas, pero también hay importantes minorías pentecostales y carismáticas en Myanmar, Malasia y Singapur. 
El caso de Mianmar es extremadamente interesante, porque el gobierno no ha permitido que ningún misionero occidental opere durante las últimas cuatro décadas, pero el pentecostalismo se formó a partir de un movimiento indígena, particularmente entre minorías del interior, tales como los cristianos Karens y Chins. 
El caso de Malasia es diferente, ya que desde la década de 1930 han habido misioneros pentecostales de occidente que han operado vigorosa y continuamente, y se ha estimado que alrededor del 75% de todos los cristianos evangélicos en Malasia son pentecostales o carismáticos. 

En Indonesia, a pesar de la población musulmana, hay entre 9 y 12 millones de cristianos pentecostales, y las conversiones notorias comenzaron en el "Reavivamiento Indonesio" que siguió después de la caída del gobierno de Sukarno en 1965. 
Un reavivamiento se concentró en West Timor, pero más de 2 millones de personas en Java se volvieron cristianas entre 1965 y 1971. Mark Robinson, un ministro pentecostal en Australia, y Gani Wiyono, un teólogo pentecostal indonesio, también han escrito sobre la expansión del movimiento en las regiones circundantes a esta parte de Asia. 
En Filipinas, grandes iglesias protestantes pentecostales también se han establecido: ente ellas, la Iglesia Jesus Is Lord Fellowship fundada por Eddie Villaneuva en 1978, y los Ministerios Bread of Life comenzados por Butch Conde en 1983. 
En China, la expansión del Pentecostalismo es extraordinaria. En 1907 ya habían misioneros pentecostales clásicos, pero para el éxodo de cristianos que ocurrió en 1949, había una estimación de sólo cinco millones. Sin embargo, hoy en día, China tiene probablemente las congregaciones más grandes numéricamente hablando de cristianos pentecostales y carismáticos en Asia, y entre las más grandes del mundo. Una estimación calcula que alrededor de 69 millones, aunque las cifras del gobierno naturalmente son mucho más bajas.  
Sin embargo, sea cual sea la verdad, en las últimas décadas ha habido un crecimiento acelerado del cristianismo en China y mucho de esto ha ocurrido en iglesias indígenas que no están registradas por el gobierno. Las Iglesias Chinas también se han formado alejadas del cristianismo del resto del mundo, al menos por cincuenta años, y cuando enfrentaron oposición severa, las iglesias independientes crecieron rápidamente. 

Dos de las más grandes de estas iglesias, "True Jesus Church" y "Jesus Family" pueden ser consideradas pentecostales. Todas las actividades de iglesias fueron prohibidas en 1966, pero recomenzaron a finales de la década de 1970, después de la cual apareció un rápido crecimiento. 

Las Iglesias Cristianas que reemergieron, en palabras de Daniel Bays, "revelaron sorprendentes similitudes con el periodo temprano de reavivamiento". Los movimientos de iglesia en casa fueron ampliamente diversos, pero se caracterizaron por ser reavivalistas y fundamentalistas. Deng Zhaoming, editor de la notable revista de noticias cristianas "Bridge", y Gotthard Oblau, han llegado a considerar si una parte de estas iglesias podrían considerarse "pentecostales". 
En el caso de Corea del Sur, el crecimiento del pentecostalismo está muy bien documentado, y el reavivamiento comenzó en 1903 con el "Pentecostés Coreano" que comenzó en Pyangyand en 1907. Hubo ministerios y predicaciones acompañadas con milagros y sanaciones por parte de los pastores presbiterianos Kil Sun Joo y Kim Ik Du, y el ministro metodista Lee Yong Do, que continuaron impulsando el reavivamiento hasta la década de 1930. Estos movimiento eran carismáticos, dado que el pentecostalismo clásico llegó a Corea en 1928. 
El crecimiento fue lento al principio, pero con el ministerio de Cho Yong Gi (David Yonggi Cho) y su suegra Choi Ja Shil, se difundió tremendamente, pues en 1958 ellos comenzaron con cinco miembros en una iglesia pequeña en Seúl, y eventualmente crecieron hasta 1982, en una época en la que los Cristianos pentecostales clásicos ya formaban el tercer grupo protestante más numeroso de Corea del Sur, con más de medio millón de miembros, de los cuales, la mitad eran parte de la congregación de Cho.  En Corea, los movimientos del reavivamiento fueron conocidos como "los movimiento del Espíritu Santo" (Anderson & Tang, 2005: 2-10).
El movimiento creció rápidamente en Filipinas y Corea del Sur, donde ya ha alcanzado más del 15% de la población de ambos países, de acuerdo al reporte del Pew Forum. La iglesia más grande del mundo, la Iglesia Yoido Full Gospel, está compuesta de Pentecostales coreanos en Seúl, y dice tener una membresía de más de 700,000 personas. 


En Filipinas, la Iglesia Jesús es el Señor (Jesus Is Lord Church) que tiene una doctrina neopentecostal, tiene una membresía de 300,000 personas. En Filipinas, rivalizando con la mismísima Iglesia Católica, el pentecostalismo se ha expandido y ha surgido un grupo cristiano llamado "El Shaddai", otro grupo de carismáticos católicos con más de 7 millones de adherentes. 

En India, donde la religión mayoritaria es el hinduísmo, y en Indonesia, donde la religión mayoritaria es el Islam, también se han leído reportes de crecimientos dramáticos del pentecostalismo evangélico en las últimas décadas. Históricamente, ha habido una población notable en Kerala, estado del Sur de la India. 

Por su parte, la Iglesia Pentecostal de Indonesia calculó tener un estimado de 2 millones de miembros para el 2001. También existe una rama de las Asambleas de Dios en Vietnam y en Filipinas, aunque el menor crecimiento del pentecostalismo (y cristianismo en general) se halla en países como Japón, Taiwan, Tailandia, Uzbekistán y Vietman, junto a los países de Asia Central y el Medio Oriente.

No obstante, en los demás países, los pentecostales se han visto como un movimiento en crecimiento en la vida pública. En Corea, por ejemplo, la Iglesia Yoido Full Gospel ha destacado como una de las principales voces defensoras de los derechos humanos y de libertad religiosa para Corea del Norte. 

8. El testimonio de algunos predicadores y ministerios notables 

8.1. Frank W. Boreham


Los hombres cristianos de tradición bautista no se han quedado atrás. Hasta hace poco, los típicos bautistas del sur de Estados Unidos habían prohibido por décadas que sus miembros hablaran en lenguas; no solo eso, sino que uno de sus requisitos para ser misioneros bautistas era "no haber hablado en lenguas" durante sus oraciones en el último año antes de su ingreso a la organización. Sin embargo, desde principios de siglo surgieron grupos cristianos que han sido llamados "bautistas carismáticos", entre los cuales destaca Frank W. Boreham (1871-1959), un predicador bautista conocido en Nueva Zelanda, Australia e Inglaterra.

Boreham, que fue alguien que tuvo contacto directo con Dwight L. Moody y Charles Spurgeon, escribió un ensayo sobre la dramática conversión que tuvo en 1888 a la edad de 17 años y la relación que tuvo su ministerio a lado de Spurgeon. Pero luego continuó describiendo su encuentro con el Espíritu Santo a través de la imposición de las manos en 1890. Desde entonces, dijo, experimentó una novedad en su caminar con Cristo, una pasión por los perdidos, un fresco amor por la Palabra de Dios, y aludió a lo que llamamos hoy en día "dones del Espíritu Santo". 

8.2. Watchman Nee
Cerca de esa época, había un gran predicador cristian en la China llamado Watchman Nee. Su madre había sido conversa por una misión metodista, y Nee se convirtió al cristianismo en 1920. Por consejo de su profesora Miss Yu, el joven comenzó a buscar la experiencia de la "segunda bendición". Nee dijo haber sido bautizado en el Espíritu Santo en 1922 y se volvió un prolífico predicador de santificación en la vida. Asimismo, dijo que Dios le habló para fundar las iglesias locales cristianas en China.

Nee sería un escritor de cerca de 40 volúmenes de libros cristianos que llamaron la atención de creyentes en el otro lado del mundo. En uno de sus libros llamado "Assembling Together" (1973, p. 60), reconoció la presencia de los dones del Espíritu Santo en la iglesia contemporánea, escribiendo que "los dones encontrados en cada iglesia local son diferentes". En su opinión, "A algunas iglesias locales, Dios puede dar palabras de revelación, así como dones de profecía y enseñanza, a otros, Él puede añadir el don de lenguas y el don de interpretar lenguas...", razón por la cual se volvería una figura de influencia en el movimiento carismático clásico.

Nee habló de la dirección interna del Espíritu Santo y siguió escribió cosas similares a los cristianos de Plymouth Brethren, rechazando la idea de que había una jerarquía eclesiástica de iglesianismo, pues decía que ese clase de organización no era bíblica. Con la llegada del tirano Mao-Tse-Tung al poder y el establecimiento del comunismo en la política, Nee fue apresado por su fe cristiana y permaneció allí hasta su muerte en 1972. 

8.3. Aimee Semple McPherson

Aimee Semple McPherson (1890–1944), fue una famosísima evangelista canadiense de doctrina pentecostal semi-carismática que predicó sobre las sanaciones milagrosas, hablando del poder Espíritu Santo; ella hablaba en lenguas y predicaba el Evangelio a masas, además de dirigir una organización de beneficencia para ayudar de forma caritativa a los menos afortunados. Fue una firme figura que apoyó el creacionismo y a William Jennings Bryan durante la época del Caso de Scopes en 1925, en la cual el gobierno introdujo la enseñanza de la teoría darwinista. 

Después de casarse con un misionero pentecostal irlandés, McPherson inició una campaña de evangelización en Asia y después de la muerte de su esposo predicó a lo largo de Canadá en reuniones de reavivamiento e iglesias, y rompió records de las más grandes reuniones evangélicas de la época, superando a predicadores como Billy Sunday. Predicó por radio y televisión e impulsó el movimiento pentecostal desde la Foursquare Gospel Church logró conseguir a más de 2 millones de seguidores alrededor del mundo. Aquí su testimonio en español.

8.4. Corrie Ten Boom
La evangelista Corrie Ten Boom (1892–1983), famosa cristiana que fue aprisionada por los nazis por haber escondido y ayudado a judíos en su natal Dinamarca, es otra figura que ha abogado por el conctinuacionalismo. En recuentos personales en su libro "Tramp for the Lord" (1974), Boom contó que después de salir de la prisión, justo antes de su viaje a Alemania, ella fue bautizada con poder por el Espíritu Santo. 

Por otro lado, en su libro "Messages of God's Abundance" ('Mensajes sobre la Abundancia de Dios'), Boom afirmó que los dones de la 1a de Corintios 12:7-10 ciertamente están disponibles para todos los cristianos, y que deberíamos desear tenerlos, aunque siempre recordando que, por sobre de esto, es necesario tener el amor de Dios en el corazón. 

8.5. Martin Lloyd-Jones 

En sus conferencias "Grandes doctrinas de la Biblia", el conservador y reconocido ministro protestante Martin Lloyd-Jones (1899-1891) dejó claro que él sí creía en una experiencia del Bautismo en el Espíritu Santo posterior a la conversión:
"¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo? Bien, hay algunos, como hemos visto, que dicen que no hay realmente ninguna dificultad en absoluto... Dicen que es simplemente una referencia a la regeneración y nada más. Que es lo que le sucede a la gente cuando se regeneran y son incorporados a Cristo como Pablo enseña en 1 Corintios 12:13. Pero, desde mi punto de vista, yo simplemente no puedo aceptar esa explicación, y es aquí donde llegamos a enfrentarnos con la dificultad. No puedo aceptarlo porque si tuviéramos que creer que los discípulos y los apóstoles no se habían regenerado sino hasta el Día de Pentecostés, se trata de una suposición que me parece ser bastante insostible" [Great doctrines of The Bible; Dr. Martin Lloyd-Jones]
8.6. Billy Graham

En 1946, Stephen Olford le habló a su amigo  Billy Graham (1918-) acerca del mensaje que se predicaba en las Convenciones del Movimiento Keswick.

En una época de racismo y guerra secular, Graham pasaría a organizar gigantescas cruzadas evangelísticas a lo largo y ancho de su país, y se volvería un pionero integracionista al invitar a gente de toda nacionalidad y raza a reunirse para aceptar el Evangelio de Cristo. 

Billy Graham reconocería en su autobiografía la fuerte influencia que la Convención tuvo en él para formarlo como evangelista y entre sus muchos libros, publicó uno titulado "El Espíritu Santo: Activando el poder de Dios en tu vida" (1978), donde escribió un capítulo llamado "Los dones que son señales", en el cual hablaba respecto a la cuestión de hablar en lenguas. Claramente desde una postura continualista, él escribió en la página 226: "Yo personalmente no puedo encontrar ninguna justificación bíblica para decir que el don de lenguas estaba destinado exclusivamente para los tiempos del Nuevo Testamento"


Por otro lado, en la página 228, Graham escribió que: "La llenura del Espíritu puede dar lugar a muchas experiencias diferentes en nuestras vidas, de las cuales las lenguas en ocasiones pueden ser sólo una evidencia", escribiendo entonces desde una postura carismáticaAunque escribió que él no hablaba en lenguas aún, en la página 231, Billy Graham dijo: "Varios amigos me han dicho que después de haber orado por un largo período de tiempo, se encontraron de repente hablando en una lengua desconocida". Y añadió: "El uso privado de lenguas es implicado por Pablo cuando comenta que "hablo en lenguas más que todos vosotros.


En la página 233, Graham expresó la necesidad de que los creyentes estén llenos del Espíritu Satno y dijo, "con motivo de un particular, en la llenura, las lenguas pueden ser una señal que Dios le da a algunos". En la página 233 sintetizó su postura: 

"Para resumir, en primer lugar, hay un verdadero don de lenguas. Muchas de las personas a las que se les ha dado este don han sido transformadas espiritualmente. En segundo lugar, Dios usa las lenguas en determinados momentos, en algunos lugares, especialmente en el fronteras de las misiones cristianas, para promover el reino de Dios y edificar a los creyentes " [1]. 
Si bien esta última opinión de Graham es flexible, queda claro que este evangelista, que ha sido uno de los más famosos de la época moderna, reconoce la realidad de que este don no ha cesado, sino que está disponible para los cristianos.

8.7. Leonhard Ravenhil

Otro cristiano no-denominacional que habló sobre la necesitad del Bautismo en el Espíritu Santo fue Leonard Ravenhill (1907–1994). Conocido por ser un valiente predicador en la calle y en el púlpito, Ravenhill dijo haber sido bautizado en el Espíritu a los 18 años. En su libro "¿Porqué se demora el reavivamiento?", Ravenhill escribió: 
"El Espíritu Santo destruye, purifica, calienta, atrae y empodera. Algunos cristianos no pueden decir cuando fueron salvos. Pero nunca he sabido todavía de un sólo hombre que haya sido bautizado con el Espíritu Santo y fuego y haya sido incapaz de decir cuando pasó"- 
Leonard Ravenhill, que había sido muy influido la teología de santidad predicada por Wesley también escribió un sermón titulado "Pentecostés", donde dijo:
"La Iglesia en verdad necesita un reacondicionamiento poderoso por manos Divinas; esto es, necesita un Bautismo con el Espíritu Santo y fuego. Cuando el Señor Jesucristo ascendió al cielo desde el Monte Olivet, Él mandó a sus discípulos a "esperar la promesa del Padre": "el Bautismo en el Espíritu Santo" con su poder resultante. Esta promesa fue exclusiva:  "Recibiréis poder". ¿Quién iba a recibir la promesa? Sólo los seguidores de Cristo. La promesa era emocionante: "Recibiréis poder"; con ansiosa espera de esta bendita investidura, los que esperaban pudieron ver toda su propia debilidad evaporándose en el bautismo de fuego. La promesa fue explícita: "dentro de no muchos días". La promesa se fue expandiendo: esto no estaba para a hacerse en una esquina, ni para ser susurrada entre los redimidos. Llegaría a través de ellos hasta Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra.  
Esta promesa se estaba enfatizando: en todo el mundo de las cosas creadas no hay mayor poder que aquél que es del Espíritu Santo de Dios. Tenían que ser llenados con el Espíritu del Dios Viviente. La Tierra no tiene mayor honor que ese.  Ángeles: ¡miren y maravíllense!...  
Esta purificación ha perdido su énfasis en estos días en la interpretación del bautismo con el Espíritu. Entre las que se hacen llamar "iglesias llenas del Espíritu", hay algunas cosas extrañas y desenfrenadas que operan en la actualidad. 
Si no se ha puesto mucho énfasis de los dones del Espíritu, entonces mucho menos se ha dicho de los frutos del Espíritu. Noten cuan pocos libros están disponibles acerca de los frutos del Espíritu, mas ¿cuántos hay sobre los dones del Espíritu?. Sin embargo, el Hijo de Dios dijo: "Por sus frutos los conoceréis". 
El primer elemento esencial de la venida del Espíritu Santo en un corazón el día de hoy es que el corazón debe ser purificado del pecado, porque el Espíritu Santo no llena un corazón impuro. Lo que Dios limpió, luego lo llena. Finalmente, Dios, quien lo llena, lo usa".
Ravenhill enfatizaba la gran necesidad de oración, y una de sus plegarias era que se levantaran profetas que condenaran el pecado y sirivieran a Dios humildemete, en justicia y santidad: 
“¡Oh Dios, envíanos predicación profética que sondee las almas hasta lo más recóndito! Envíanos una raza de predicadores-mártires, hombres cargados, inclinados, arrodillados y quebrantados... Los predicadores hacen que los púlpitos se hagan famosas; los profetas hacen que las prisiones sean famosas. Que el Señor nos envíe profetas...” (2004:94)
Al dar un sermón, Leonard Ravenhill hizo un serio llamado al arrepentimiento en el que advertía contra las enseñanzas de aquellos que mutilaban la vida cristiana negando la presencia de las señales prometidas a los creyentes. Este predicador tenía la convicción de que Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre y en su sermón "A Midnight Cry" (44:00), Ravenhill:
Todo el mundo quiere una nueva definición del cristianismo; pero lo que necesitamos es una vieja demostración del cristianismo... ”.  

En seguida llamó a todos a leer Hebreos, capítulos 2, donde se enseña que la predicación del Evangelio vendría con señales y prodigios del Espíritu Santo. En dicho sermón, Ravenhill se levantó contra la falsedad de aquellos que niegan que los dones no están disponibles hoy en día, y agregó:

"Ahora bien, ¿qué es lo que dice la Palabra de Dios? La Palabra de Dios dice (y esto es una cosa terrible) que si tú y yo quitamos cualquier cosa de la Palabra de Dios, Él quitará nuestro lugar y nuestros nombres del libro de la Vida. Ustedes dirán, 'hermano Ravenhill, nunca he retirado ni quitado nada de la Palabra de Dios'. Pues bien, predicador, déjame decirte algo: por los últimos tres años la has estado quitando porque nunca has predicado al respecto, y eso es una misma cosa... Yo estoy absolutamente convencido, por muchas razones, de que la bancarrota en nuestras iglesias es que no vamos hasta el final con las cosas del Espíritu de Dios. No sólo son dones del Espíritu; son dones del Señor Jesús... Yo quiero ver un Evangelio completo".
Ravenhill es citado asegurando que “No hay sino solo una manera de salvar a esta generación. Es el camino de Cristo y el derramamiento del Espíritu Santo” (Francen, 1996:31). 


8.8. David Wilkerson


En 1963, el predicador David Wilkerson (1931–2011) , quien por testimonio propio dijo haber recibido el bautismo en el Espíritu Santo a la edad de 8 años, publicó su más famoso libro "La Espada y la Cruz" donde relataba la evangelización del ex-criminal Nicky Cruz. 

Como señala Balmer en su Enciclopedia de Evangelismo, el libro de Wilkerson, con sus abiertos relatos del don de hablar en lenguas, tuvo una significativa influencia para que emergiera el movimiento carismático (2004:744). Estudiantes y académicos de la Universidad Duquesne leyeron el libro y se interesaron en hablar en lenguas, un don que dicen haber recibido durante un famoso "fin de semana Duquese".


Aunque Wilkerson había sido formado en un seminario del grupo pentecostal de las Asambleas de Dios, el afirmó haber fundado, por voluntad de Dios, la gran iglesia inter-denominacional de Times Square Church en Nueva York con el motivo de llevar el evangelio a una parte de la ciudad que entonces estaba perdida terriblemente en crímenes, vandalismo y prostitución y necesitaba a Jesucristo. 
Wilkerson tuvo cuidado de aclarar que él y su iglesia "no pertenecían a ninguna denominación" y que sólo predicaban el mensaje de Jesucristo con el poder del Espíritu Santo. Así lo dijo en su sermón "Necesitas el Bautismo en el Espíritu Santo"

Él fue conocido como un duro crítico de la apostasía, denunció las prácticas de muchos pastores engañosos mostrando que claramente no creía que todo lo que ocurría en las iglesias pseudo-carismáticas o pseudo-pentecostales fuera causado por el Espíritu Santo, e incluso llegó a levantar advertencias continuas hacia pastores pertenecientes a las Asambleas de Dios o iglesias como tales que decían ser pentecostales pero no actuaban con los frutos del Espíritu Santo. 


A pesar de esto, Wilkerson, quien también era conocido por sus sermones de llamado a arrepentimiento, dijo haber recibido profecías en bastantes ocasiones y no dejó de enfatizar que los cristianos necesitaban "Un fresco bautismo en el Espíritu Santo" en sermones como: "Necesitas el Bautismo en el Espíritu Santo", y otros. Tampoco dejó de hablar de la necesidad de escuchar la voz del Espíritu Santo. En la opinión que tenía Wilkerson al liderazgo de su ministerio evangelístico World Challenge"El bautismo del Espíritu Santo, es dado a los creyentes que lo piden, con todas las pruebas que se manifiesta en el libro de los Hechos (Hechos 2: 4)". Wilkerson también dijo que cada día en sus devocionales de oración diarios él hablaba en lenguas, pero enfatizaba que el conocer al Espíritu Santo es más que sólamente hablar en lenguas. Wilkerson no dejó de enfatizar que conocer al Espíritu Santo significa conocer a Jesucrito mismo.

David Ravenhill, hijo de Leonard Ravenhill, estudiaría con David Wilkerson en una misión juvenil en World Challenge Inc., y en su ministerio pastorearía iglesias cristianas en Nueva Zelanda, además de escribir para la Revista Carisma (Charisma News Magazine).

8.9. Los Swaggart


Un evangelista cristiano que se levantó y predicó sobre el mensaje de los dones del Espíritu Santo en cadenas cristianas fue Jimmy Lee Swaggart (1935-), a cargo de los ministerios Swaggart.


Swaggart comenzó su vida sobrenatural a la edad de ocho años, cuando en su poblado rural en Louisiana comenzó a profetizar y hablar en lenguas en una reunión de reavivamiento pentecostal. Swaggart también era compositor de música además de predicador y era escritor de libros cristianos, por lo cual alcanzó a tener una influencia global que se intensificó al realizar cruzadas evangelísticas. Fue parte de las Asambleas de Dios hasta que en una ocasión en televisión confesó con lágrimas en los ojos haber adulterado y estar arrepentido de ello. 


Su confesión causó una controversia en el mundo secular y creyentes que no le pudieron perdonar desde entonces le revocaron su papel predicador de dicha denominación. Tiempo después, sin embargo, comenzó un ministerio independiente que ha tenido notable simpatía entre considerable cantidad de cristianos ya que él predica un mensaje centrado en la sumisión a Jesucristo y en la obra regeneradora del Espíritu Santo en la vida del creyente. Su ministerio actualmente retiene la afirmación de fe de que el bautismo en el Espíritu Santo les es dado a aquellos que piden por él. Su hijo Donnie Swaggart, es también un predicador notable que ha hablado duramente en contra de la teología de la prosperidad

8.10. El resurgimiento del debate entre continuacionalistas y cesacionistas

En la de´cada de 1970 la práctica de hablar en lenguas se difundió a denominaciones no-pentecostales como los presbiterianos carismáticos y los llamados "católicos carismáticos", levantando controversiales debates dentro del cristianismo y estudios fenomenológicos en el mundo secular. Un grupo reaccionario llamado "cesacionistas" emergió, contendiendo más fuertemente que nunca que la verdadera glossolalia había cesado de ser practicada con la iglesia primitiva" (Laycock, 2015:138), pues era imposible que los católicos recibieran un don como tal.

A decir verdad, surgió confusión entre el protestantismo y desconfianza de los dones por la posibilidad de que gente con tradición católica pudiese ser movida por el Espíritu Santo. Sin embargo, debe entenderse que a menudo en el movimiento de catolicismo carismático, como se caracteriza por líderes como Briege McKenna y Francis MacNutt, lo que se califica como "carismático" o "pentecostal", o lo que a menudo se percibe como el don del Espíritu Santo son sanaciones milagrosas por medio de la oración y la expulsión de demonios: cosas que infaliblemente pueden realizarse cuando los creyentes oran, piden y reprenden con seguridad y fe en el nombre de Jesús. Nuestro mismo Señor diría que habría gente que nunca le conocería, pero que haría milagros en su nombre:
"No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: 'Jamás les conocí; Apártense de mí, los que practican el pecado" (Mateo 7:21-23)
Muchos se centran en imputar los errores de los pseudo-pentecostales o falsos carismáticos a todos los demás pentecostales, y tienen una visión distorsionada de lo que originalmente representaba el movimiento carismático. Uno de los acusadores, el cesacionista John F. MacArthur, escribió a principios de la década de 1990 un libro titulado "Charismatic Chaos", 1991, p. 232 y "Strange Fire") donde habló dura y agriamente contra la doctrina de continuidad de los dones y la concepciones relacionadas con el movimiento pentecostal. 
Guiados por gente como MacArthur, que generalizó a los continuacionalistas como herejes, muchos han sido impulsados a creer la mentira de que los dones han cesado y de que todos los que los profesaban están equivocados, que son "herejes" o que probablemente están siendo inspirados por el enemigo o espíritus falsos.  Sólo pedimos que Dios tenga misericordia de quienes blasfeman el Espíritu Santo.

Jesús nunca dijo que profetizar, echar fuera demonios o hacer muchos milagros serían cosas que dejarían de ocurrir; mucho menos que fuesen cosas que deberíamos evitar. Lo que enseñó es que, si aún haciendo estas cosas poderosas, la gente seguía en el pecado, de nada servirían los milagros para entrar al reino de los cielos. Pero nuestro Señor afirmó que habrían señales milagrosas que seguirían a los creyentes e incluso dijo: "El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Juan 14:12).

Gracias a Dios, en 1990 y 2002, el Grupo Centinela, una agencia de investigación cristiana fundada por reavivalista George Otis Jr., publicó, en las respectivas fechas, un par de documentales titulados "Transformaciones" y "Transformaciones II: La gloria se extiende" donde se documenta el poder transformador del Evangelio en diversas comunidades del mundo y se glorifica el poder del Hijo. 

El primer documental relata algunos casos de sanaciones milagrosas, tanto físicas como espirituales. En el segundo de éstos documentales, se documenta una poderosa vivencia de bautismo en el fuego del Espíritu Santo que ocurrió en un pueblo Inuit de cristianos en una iglesia anglicana de una comunidad profundamente arrepentida. Asimismo, se documenta el bautismo en fuego que ocurrió hace décadas durante el reavivamiento galés en el siglo XX; un reavivamiento que recuerda a las palabras: "Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada" (Juan 14:23)

8.11. Pat Robertson - CBN

Pat Robertson es un ministro yevangelista, director de la cadena cristiana CBN (Christian Broadcasting Network). En su país es reconocido como un fundamentalista cristiano y conservador y alguien que ha usado las transmisiones en Internet y las telecomunicaciones para hacer que el mensaje del Evangelio llegue a alrededor de 180 países alrededor del mundo. Robertson es conductor del programa del Club 700 donde se ha entrevista a una incontable cantidad de cristianos conocidos y desconocidos. 

Pat ha dado su testimonio de haber recibido el Bautismo en el Espíritu Santo después de haberlo buscado diligente y perseverantemente. Dice haber hablado por primera vez en lenguas en la Primera Iglesia Reformada de Mount Vernon, Nueva York y ha enseñado al respecto en su "Enseñanza sobre el Bautismo en el Espíritu Santo", en "Los dones del Espíritu Santo", y "Hablando en Lenguas", donde explica que se trata de experiencias bíblicas

8.12. Derek Prince 

En los últimos años del siglo XX, el evangelista Derek Prince (1915-2003), que fue un maestro de la Biblia y fundó transmisiones cristianas que llevaron el mensaje del evangelio por medio de la radio alrededor del mundo, publicó su libro "Bautismo en el Espiritu Santo" (1995) y también hablaría al respecto al predicar en el púlpito, especialmente en su mensaje "Recibir el Espíritu Santo", donde aclara de forma hábil y bíblicas las controversias en torno al tema, y refuta los malentendidos que a menudo atañen los cesasionistas acerca de la experiencia sobrenatural.

8.13. Casa de Oración Internacional


En 1999, Micke Bicke junto a 20 misioneros fundaron en Kansas City la Casa de Oración Internacional (IHOPKC) mejor conocida como International House of Prayer (IHOP o IHOPKC), una organización misionera cristiana y evangelística que ha impulsado la práctica de adoración y oración intercesora en un itinerario de 24 horas, los 7 días de la semana. 


Esta ministerio ha organizado conferencias internacionales y reuniones de alabanza bajo la etiqueta "One Thing". Muchos cesasionistas se han levantado en contra del ministerio por su abierta declaración de fe que profesa el Bautismo en el Espíritu Santo y la continuación de dones como hablar en lenguas, profecía, y oración contemplativa. Sin embargo, el árbol no se reconoce por la habladuría de los críticos, sino por sus frutos. 

8.14. Reinhard Bonnke


Reinhard Bonnke (1940-) es un evangelista cristiano originario de Alemania, que con una teología pentecostal ha destacado tremendamente por sus campañas masivas misioneras en África y por ser fundador del ministerio "Cristo para todas las naciones". 

Bonnké era hijo de un pastor alemán pero entregó su vida a Cristo hasta los nueve años y experimentó el Bautismo en el Espíritu Santo a los 10 años y ha predicado sobre su importancia en la vida cristiana en cruzadas evangelísticas a través del continente africano. Ha participado en conferencias alrededor del mundo defendiendo el evangelismo dirigido por el Espíritu Santo; es autor de numerosísimos libros y productor de ocho filmes cristianos titulados "Full Flame Film Series". Asimismo se ha decidido a predicar sobre la continuación del don de sanación en conferencias como "The Normal Christian Life" y OneThing


8.15. Heidi Baker


Heidi Baker (1959-) es una misionera y autora cristiana reconocida porque en el nombre de Cristo ha trabajado en ministerios sirviendo a los pobres en países asiáticos y africanos desde su lugar de residencia en Mozambique. 


Baker ha relatado la importancia de los dones y ha contado su testimonio en videos como  "Tongues of Fire" y "Testimonio de Heidi Baker" dondedice que poco después de convertirse fue bautizada en el Espíritu Santo, cayó al piso y recibió de forma poderosa la llenura del Espíritu Santo, razón por la cual, ni si quiera pudo hablar en su idioma natal (el inglés) y estuvo orando y adorando a Dios por tres oras seguidas en lenguas, antes de que Él le hablara y le dijera que era llamada a ministrar (servir) entre los necesitados en África y en Ásia. 


Baker, junto a muchos otros evangelistas, habla de la continuación de los dones y la obra poderosa del Espíritu Santo en un documental danés titulado "Sons of God".

8.16. I'll Be Honest

El ministerio evangélico bautista "I'll Be Honest", a cargo de Tim Comway, también ha reconocido la presencia del don de lenguas en la iglesia actual con bases bíblicas y entendiendo el debate que ha habido en las últimas épocas al respecto ha hecho señalizaciones al respecto. Aunque Comway dice que parte de muchas de las manifestaciones que se dan en las iglesias pseudo-carismáticas no son del Espíritu Santo, y aunque aclara que el diablo o los demonios pueden llegar a falsificar las lenguas verdaderas, ellos han reconocido el testimonio de personas misioneras que han usado el don de lenguas para predicar el Evangelio y para edificar la iglesia de Cristo. Asimismo, Comway ha a predicado sobre el bautismo en el Espíritu Santo.


También del ministerio "I'll Be Honest", Charles Leiter, en un artículo titulado  "Cesasión vs. Continuamiento: El error de extremos" trata las equivocaciones malinterpretativas:

"El Pentecostés fue por lo tanto sólo el comienzo del cumplimiento de esta Escritura, que promete un derramamiento del Espíritu sobre "toda la humanidad", profetizando de "hijos e hijas", visiones, sueños, etc., ninguna de los cuales se terminaron en el día de Pentecostés. Unos versículos más adelante (v.33, 38-39) Pedro aclara de nuevo que esta promesa de Joel se extiende, no sólo a los cristianos del primer siglo, sino a los cristianos de todas las generaciones, "a todos los que están lejos, y a cuantos el Señor nuestro Dios llamare".
El predicador bautista Paul Washer, quien también ha destacado en el ministerio I'll be honest, también considera que los dones espirituales de la Iglesia están disponibles y él mismo ha dicho que ha tenido compañerismo con, ha orado con personas que los tienen, y considera que ha muchosy cristianos pentecostales que sirven a Dios y que son sus hermanos y hermanas en Cristo, a pesar de las diferencias teológicas que pueda tener con ellos. Paul Washer ha incluso reconocido la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo, diciendo: 
"Mucha gente dice, "El Pentecostés fue un único evento, ya que marcó el derramamiento del Espíritu". Sí, hay muchas cosas únicas en él, pero lo que tenemos que darnos cuenta es que ese cumplimiento, esa promesa de Joel, fue inaugurada en ese momento. Sin embargo, no fue inaugurado y completamente terminado de manera que nunca volviera a suceder. No está diciendo, "El Espíritu ha venido. La profecía se ha cumplido y se ha hecho. Ahora van a caminar de una manera diferente y sin el poder del Espíritu Santo después de la era apostólica". Eso no es lo que está diciendo. 
Es un error pensar que la profecía de Joel se cumplió por completo en el día de Pentecostés, o en el primer siglo de la iglesia, o con los apóstoles .... es un error pensar que las promesas son sólo para la era apostólica. La verdad increíble de Joel es que el Espíritu no sólo sería derramado sobre los líderes, o derramado sobre los apóstoles, sino que se derramaría sobre el menor de entre el pueblo de Dios a lo largo de toda la historia de la Iglesia... No debemos dejar que los herejes roben nuestra herencia. 
La vida y el poder del Espíritu Santo es la herencia de todo cristiano. Joel 2: 28-29 dice: "Y será que después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne; vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días".Esa es una promesa del Nuevo Pacto.Mateo 03:11 dice: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, cuyo calzado yo no soy digno de llevar. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego ".¿Es esto una realidad en tu vida?Hechos 1: 8 dice: "Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra ".Ahora: estas son promesas, promesas del Nuevo Pacto, para cada creyente en Jesucristo." (Paul Washer; El Poder del Espíritu Santo) 
8.17. John Piper

Otro predicador reconocido, John Piper, también es un continuacionista y en un video titulado "What Is Speaking in Tongues?" ('¿Qué es hablar en lenguas?') se le preguntó respecto al don de hablar en lenguas, explicó que él nunca ha hablado en lenguas todavía, pero afirma que sabe que el don es genuino porque él le enseña a gente que tiene el don. Afirmó que él se mantiene abierto a la experiencia, la cual,reconoce en otros creyentes que él conoce personalmente, y afirma que es algo que Dios sigue dando a otros cristianos y a misioneros. 

8.18. Sid Roth


Sid Roth es un autor cristiano y conservador evangelista que se convirtió del judaísmo al cristianismo evangélico. Es otro conductor del programa "It's Supernatural" (Es sobrenatural) en el que también se ha predicado del tema en "Power of Speaking in Tongues" y en su sitio web dedica un comentario especial diciendo que este don le fue otorgado de forma poderosa a él mismo en una ocasión en la que fue capaz de hablar un dialecto filipino a pesar de que no sabía ni una palabra consciente del idioma.

8.19. Yiye Ávila

En Sudamérica, uno de los predicadores más conocidos, el evangelista puertorriqueño Yiye Ávila, es alguien que en diversas ocasiones habló sobre el bautismo en el Espíritu Santo numerosas ocasiones y dirigió incontables reuniones pentecostales donde se hablaba en lenguas y se predicaba del inminente regreso de Jesucristo.  


9. Una reforma final es necesaria

Hemos visto un breve recuento de algunas épocas y personajes que han experimentado la obra del Espíritu Santo en la historia. Sin embargo, como ha señalado el evangelista danés Torben Sondergaard, es necesaria Una Reforma Final en la que seamos guiados completamente por el Espíritu Santo de Dios dentro del cristianismo.

Los milagros que ocurren en el nombre de Jesús y el poder del Espíritu Santo son más reales que tú y que yo, y, aunque hemos visto que a menudo la historia ha visto esto en relación a grupos religiosos, esta cuestión por sí misma no se trata de denominaciones o meras doctrinas teológicas. Se trata de Jesús: de Su Espíritu en nosotros, de la Santidad, de la voluntad de Dios, de Su obra. 

Dios sigue hablando; Él no está mudo, pero los humanos no hemos escuchado. Dios sigue obrando y sigue bautizando en el Espíritu Santo; el problema es que no hemos tenido fe y no le hemos pedido. Los milagros pasan en nombre de Jesús, los dones continúan, pero Dios le da a quien le pide con fe. 

10. Comentarios finales
"Dios ha hecho durante este tiempo de la historia. Sé parte de esta línea milagrosa: El registro histórico de hablar y orar en lenguas es evidencia clara de la incesante presencia de la gracia (charis) de Dios en la Iglesia. La fidelidad de Dios para llamar, ungir con el Espíritu Santo, y enviar a aquellos escogidos por Él a continuar manteniendo viva la llama del Espíritu Santo en la Iglesia ha sido algo que se ha comprobado una y otra vez. Las maravillosas buenas noticias es que ahora, en este tiempo presente, tú puedes ser parte de la fe de los apóstoles y santos que se han ido antes. Tú también puedes hablar y orar en lenguas conforme el Espíritu te llene y se mueva en tí en los años que vengan. La habilidad de hablar misterios a tu Padre Celestial en tu nueva lengua de oración del Espíritu tiene una larga herencia de poder y fructifidad. Que la línea continúe contigo". 
Para mayor información, recomiendo el libro "Porqué el diablo no quiere que ores en lenguas" (2014), publicado por Roberts Liardon, un autor cristiano protestante, historiador de la iglesia, filántropo y conferencista en universidades y escuelas cristianas. 



Asimismo, recomiendo totalmente los 20 estudios bíblicos gratuitos que el ministerio La Reforma Final, de Torben Sondergaard tiene disponibles en Youtube. 



Por último recomiendo algunos canales en inglés de unos hermanos cristianos que no pertenecen a ninguna denominación sino a Jesús, y predican el mismo mensaje de arrepentimiento, santidad, y bautismo en el Espíritu Santo con sus evidencias propias: Jan Boshoff, Robert Lyte, KingdomWarriors. Que Dios les bendiga y el Espíritu Santo actué de forma poderosa en sus vidas.

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